Alcaldesa, ?qu¨¦ hay de lo m¨ªo?
Los barrios aguardan expectantes que el nuevo gobierno que encabeza Ada Colau responda a sus reivindicaciones
El pasado d¨ªa 15, lunes, en la primera rueda de prensa como alcaldesa de Ada Colau, tras las preguntas de los periodistas aguant¨®, paciente, las intervenciones de media docena de vecinos de Nou Barris. Le preguntaron por cuestiones de vivienda, de seguridad o sobre los locales comerciales que cierran. Le ocurre todos los d¨ªas: la nueva alcaldesa de Barcelona recibe muchas felicitaciones, asegura; pero ah¨ª donde va el nuevo equipo, los barrios tambi¨¦n les leen la cartilla de las reivindicaciones.
De hecho, y campa?a electoral a parte, el primer listado de demandas lo pudo apuntar Colau durante el encuentro que mantuvo con la Federaci¨®n de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB) a comienzos de mes. Le pidieron que recupere los planes comunitarios del Carmel; que no permita el hotel del Rec Comptal en el Casc Antic; que siente a las entidades financieras para hablar de desahucios en Ciutat Meridiana; que presione para abrir la residencia Alchemika del Camp de l¡¯Arpa, para impedir la privatizaci¨®n del hospital Cl¨ªnic; que legalice los barrios de Collserola o que cubra la ronda de Dalt en Montbau. ¡°Me llamo Ada sin hache, no podemos hacer magia pero s¨ª cosas entre todos¡±, respondi¨®. Antes, alguien, acertadamente, intervino para alertar del riesgo de que los barrios se enfrenten entre ellos.
Apenas hace una semana que Colau y su equipo tomaron posesi¨®n del cargo y los barrios (?73!) est¨¢n expectantes a la respuesta del nuevo gobierno a sus demandas. La victoria de Colau obliga a las entidades vecinales y a los movimientos sociales a resituarse ante un consistorio que, a priori, ser¨¢ m¨¢s sensible las demandas, muchas incluidas en el programa electoral. Y obliga al Ayuntamiento a cuidar mucho los gestos: con qui¨¦n se re¨²ne primero para no herir sensibilidades, c¨®mo afronta las protestas o c¨®mo y con qui¨¦n y c¨®mo teje complicidades.
El presidente de la FAVB, Llu¨ªs Rabell, sabe que los barrios esperan mucho de Colau y entiende que ¡°habr¨¢ paciencia pero en algunos casos la situaci¨®n puede ser complicada para el nuevo ejecutivo¡±. Rabell menciona en primer lugar ¡°los puntos calientes del verano, como la Barceloneta, donde el riesgo de que los vecinos tengan motivos para estar enfadados existe y los instrumentos del Ayuntamiento son limitados¡±. ¡°No porque el Ayuntamiento no tenga la voluntad de intervenir, sino porque el problema heredado es grande¡±.
Rabell considera que ¡°en general¡± hay un inter¨¦s en que el nuevo Ayuntamiento intervenga en las ¡°medidas de emergencia social¡±, como son la vivienda, lucha contra situaciones de pobreza infantil¡ ¡°Son demandas compartidas para apaciguar las situaciones m¨¢s graves de los barrios populares¡±, relata. Tambi¨¦n ser¨¢ b¨¢sico, a su juicio, ¡°que se pueda trabajar r¨¢pidamente en un nuevo reglamento de participaci¨®n ciudadana y arranquen procesos participativos en temas donde el tejido social ya est¨¢ disponible¡±, como en el eje Pere IV, la definici¨®n de nuevos usos de la c¨¢rcel Modelo, la reurbanizaci¨®n del entorno de La Sagrera o el parque de los Tres Turons. Otro cap¨ªtulo ser¨¢n las infraestructuras que pide la ciudad pero que no dependen de Barcelona.
Mientras, Rabell aplaude gestos como la intenci¨®n de revisar las multas de la ordenanza de civismo: ¡°Es una se?al de que habr¨¢ un abordaje distinto de la l¨ªnea anterior [del alcalde Xavier Trias (CiU)]¡±; o el carpetazo a los Juegos Ol¨ªmpicos de Invierno. ¡°Hasta pa¨ªses como Noruega han desistido. Es un evento artificioso que pide grandes inversiones p¨²blicas para infraestructuras que resultan insostenibles¡±, sostiene.
La lista de demandas es interminable. A las reivindicaciones ya citadas en este texto se pueden sumar las del distrito de Nou Barris, autodenominado ¡°cabreado¡±, la revocaci¨®n del Plan de Usos de Ciutat Vella, el nuevo de Poble-Sec y el Pla Paral.lel, resolver la saturaci¨®n del entorno de la Sagrada Familia, el futuro del cine Niza, la eterna no resoluci¨®n del plan urban¨ªstico de Vallcarca, los equipamientos que faltan en la Fabra i Coats, la rehabilitaci¨®n de Can Ricart, los asentamientos de subsaharianos en antiguas naves de Sant Mart¨ª o la patata m¨¢s caliente de todas: el futuro de Can Vies.
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