Enfermos de hepatitis C se encierran en Vall d¡¯Hebron
Una decena de personas se movilizan esta noche para exigir el tratamiento universal para combatir la enfermedad
A Antonio Capilla todav¨ªa se le nublan los ojos de l¨¢grimas cuando recuerda lo que han sido los ¨²ltimos 20 a?os con un diagn¨®stico de hepatitis C sobre los hombros. La losa de la enfermedad a¨²n le pesa, y eso que gracias al nuevo tratamiento contra la enfermedad que le suministran desde hace un mes la carga viral en su organismo ya es, a ojos cl¨ªnicos, "indetectable". Pero precisamente por esa losa, Antonio sigue "en la lucha". Apoyado en una columna del vest¨ªbulo del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, enfrente de una mochila de monta?a con esterilla y saco de dormir incluidos, Antonio cuenta que pasar¨¢ la noche, junto a una decena de compa?eros, encerrado en el centro sanitario como protesta para exigir al gobierno central que suministre los novedosos y car¨ªsimos tratamientos de la hepatitis C a todos los enfermos. El Ministerio de Sanidad acord¨® medicar primero a los que tienen el grado de fibrosis hep¨¢tica m¨¢s alto (F4) y ya sufren cirrosis (unos 52.000 pacientes), pero los tratamientos llegan a cuentagotas y la enfermedad avanza m¨¢s r¨¢pido que la cura, protestan los afectados.
"No sabemos exactamente ni cu¨¢ntos enfermos de hepatitis hay ni a cu¨¢nta gente se le est¨¢ suministrando el tratamiento. Faltan transparencia y rapidez. Y mientras, los F4 se mueren", critica Antonio, vestido con la camiseta roja insignia de la Plataforma de Afectados por la Hepatitis C (PLAPHC), de la que tambi¨¦n es portavoz en Barcelona. Las acciones de protesta, que desde las 10 de la ma?ana han llevado a atrincherarse en el Vall d'Hebron a una decena de afectados, se han realizado simult¨¢neamente en otras partes de Espa?a. Mesas informativas en La Rioja o Vizcaya se complementan con otros encierros en el hospital de Le¨®n en el de Txacorripxu de ?lava.?
En Catalu?a, el Departamento de Salud calcul¨® hace unos meses que unos?9.401 pacientes del total de 15.132 enfermos de hepatitis?C registrados en Catalu?a acceder¨ªan a este tratamiento. "Entre enero y marzo de 2015, 1.730 pacientes han recibido tratamiento, mientras que en el mismo per¨ªodo de 2014, lo hab¨ªan recibido 1.181", apunta una portavoz de Salud. La Agencia de Salud P¨²blica de Catalu?a tambi¨¦n ha puesto en marcha un grupo de trabajo para elaborar un Plan de Prevenci¨®n y control de la Hepatitis C. La iniciativa prev¨¦ crear un registro epidemiol¨®gico para identificar a todos los afectados por esta dolencia.
Antonio ten¨ªa 35 a?os cuando le diagnosticaron la enfermedad. "Yo no s¨¦ c¨®mo me contagi¨¦", reconoce. En 2010, comenz¨® el tratamiento con interfer¨®n, uno de los agresivos f¨¢rmacos que se empleaban hasta la aparici¨®n de la nueva medicaci¨®n (que tiene una tasa de curaci¨®n que ronda el 95% y apenas cuenta con efectos secundarios). "A las 12 semanas me lo retiraron porque no surt¨ªa efecto. El interfer¨®n te dejaba fatal, como cansado, de mal humor... Te provocaba insomnio y picores", explica. Hace tres a?os intentaron incluirlo en la llamada triple terapia (con interfer¨®n, rivavirina y unos inhibidores de proteasas), m¨¢s efectiva pero con importantes efectos secundarios. Sin embargo, su caso fue descartado "porque los m¨¦dicos pensaban que tendr¨ªa m¨¢s contras que pros".
La llegada de los nuevos f¨¢rmacos supuso una luz de esperanza para Antonio pero tambi¨¦n un motivo de angustia constante porque el acceso a esta medicaci¨®n era muy limitado. "Vives en una angustia continua porque tienes una medicina que te puede curar pero no es accesible para ti", se?ala. Sus ojos vuelven a humedecerse cuando recuerda c¨®mo un antiguo jefe se ofreci¨® a acompa?arlo a Egipto a comprar el tratamiento. "Yo me acostaba en la cama por las noches y ped¨ªa a qui¨¦n fuese que me diese vida para poder ver crecer a mi nieta, que fuese lo suficientemente mayor para que se acordase de su abuelo", sonr¨ªe nervioso
Pese a que su carga es "indetectable", Antonio no piensa abandonar la lucha por conseguir el tratamiento universal. "No me merecer¨ªa curarme si ahora abandono", protesta.?
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