Los due?os afirman que el edificio estaba ¡°perfectamente cuidado¡±
La pareja asegura que han hecho "todas las reformas" que han podido para mantenerlo
Los due?os del edificio aseguraron ayer que el inmueble derrumbado la noche del martes en la calle de Bravo Murillo se encontraba "perfectamente cuidado", tal y como demuestra el que pasara la inspecci¨®n t¨¦cnica de edificios (ITE) en diciembre de 2013. As¨ª lo expres¨® Celia Salazar en una conversaci¨®n telef¨®nica con este peri¨®dico. "Mi marido, que es propietario real, no conoce la noticia de que se ha venido abajo. Tiene 94 a?os y el edificio ha sido y es toda su vida. Juntos lo hemos mimado, lo hemos cuidado y hemos hecho todas las reformas que hemos podido", afirm¨® la mujer, visiblemente emocionada. "Si mi marido se entera de lo que ha pasado, le cuesta la muerte. Se lo estamos ocultando porque est¨¢ muy delicado", resumi¨®.
Celia Salazar record¨® que todos los residentes del inmueble son alquilados, en su mayor¨ªa extranjeros "que nunca han dado ning¨²n problema". "El edificio estaba bien. Cuando hemos tenido que hacer arreglos para adecentar los pisos, no se han movido muros ni la estructura, por lo que todo ha debido de ser porque han tocado algo en el local o en la fachada", explicaba Salazar. "Ha cedido el escaparate de la tienda, que no estaba bien y se ha ca¨ªdo hasta el primer piso, que estaba vac¨ªo desde que se march¨® su inquilina hace unos a?os. Arreglar esta casa costaba mucho y, como no pod¨ªamos gastarnos ese dinero, lo dejamos cerrado", a?adi¨®.
Parte intacta
La due?a afirma que un hecho que demuestra que la estructura estaba bien es que no qued¨® afectada en ning¨²n momento la parte de la calle de Amalia. "Si no hubieran tocado la tienda o la fachada, seguro que el edificio continuaba todav¨ªa en pie. Nunca hemos tenido ning¨²n problema con la estructura ni con nada", aseguraba. De hecho, la propietaria afirma que se estaba reuniendo dinero para arreglar la escalera, poner autom¨¢ticos de la luz en los descansillos y mejorar la instalaci¨®n el¨¦ctrica.
"Gracias a Dios que no ha pasado nada y que no ha habido v¨ªctimas. Estamos muy tristes por lo que pueda ocurrir tanto a los inquilinos como al propio edificio", explicaba entre l¨¢grimas la mujer. Esta mantiene que el inquilino de la tienda de alimentaci¨®n hab¨ªa solicitado permiso para hacer una reforma en el local este mes de agosto. Supuestamente no hab¨ªan empezado a¨²n los trabajos. El comerciante lo niega. "Puede ser que todo se deba a una negligencia o a una fatalidad", resum¨ªa Celia Salazar.?
El propietario chino niega haber "tocado nada" de la tienda
Haijun Lin, de 29 a?os, se encontraba ayer destrozado. Hab¨ªa perdido el establecimiento que ten¨ªa alquilado desde hac¨ªa a?o y medio y, con ¨¦l, toda la mercanc¨ªa a la venta. ¡°No s¨¦ si el seguro me pagar¨¢ ahora lo que ten¨ªa, pero es mucho dinero¡±, afirm¨® ayer este empresario chino.
El pilar cuya supuesta desaparici¨®n provoc¨® el desplome del edificio deb¨ªa estar en su tienda. ¡°Yo no he tocado nada del local¡±, afirma categ¨®rico. ¡°Lo regento desde enero de 2013 y no he hecho ninguna reforma ni he tocado nada. Est¨¢ tal y como me lo dieron¡±.
Lin obtuvo el local por traspaso. Siempre se ha dedicado a venta de alimentaci¨®n y de productos para el hogar. ¡°Lo tengo tal y como me lo dejaron¡±, reiter¨®. El martes por la ma?ana, d¨ªa en que se produjo el derrumbe, abri¨® con normalidad. No not¨® nada en el inmueble. Tampoco oy¨® ning¨²n ruido que le alarmara. Por la tarde estaba en su puesto tranquilamente cuando llegaron los bomberos y la polic¨ªa. ¡°Me dijeron que saliera cuanto antes, que la casa se pod¨ªa caer. Hice lo que me mandaron, sin tiempo para recoger nada¡±, explica.
Las p¨¦rdidas en g¨¦nero pueden ser ¡°muy altas¡±, seg¨²n afirma. ¡°En mi tienda se vende mucha cerveza, mucho vino, g¨¹isqui, jam¨®n y todo lo que se necesite para la casa. Adem¨¢s, hay maquinarias muy grandes para mantener todo eso fresco. Lo que no s¨¦ es qu¨¦ va a pasar ahora¡±, a?adi¨®. Por la ma?ana acudi¨® a su seguro, y por la tarde se acerc¨® a ver los restos de la tienda.
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