M¨¢s que un club
Albiol impone. La impresi¨®n es que lo pones en el agujero que comunica Hungr¨ªa con el mundo y no pasa ni el gato
Hola. Saludos desde el autob¨²s de campa?a del PP. Descripci¨®n: a) es grande, bonito, limpio, y b) los periodistas vamos con esa cara que se te pone en el AVE o en el WC cuando piensas en tu vida. Todo el mundo en las aceras nos mira, sonr¨ªe y nos se?ala. Les hace gracia nuestro autob¨²s, decorado con el careto de Albiol ¡ª1 parte de Zaplana, 2 de Pedro Picapiedra¡ª, junto a la marca PP. Meditaci¨®n: las personas que viajan en veh¨ªculos rotulados con una marca ¡ªno s¨¦, los jugadores del Bar?a, los pol¨ªticos en elecciones, yo, o el hombre de Tulip¨¢n¡ª, podemos acabar majaras si abusamos.
Rayos, ya hemos llegado a nuestro destino, Cornell¨¤ de Llobregat, estadio del Espanyol, planeta f¨²tbol, esa cosa que es lo que dijo Canetti, pero con mayor brutalidad y, a la vez, mayor ternura: padres con hijos, adolescentes, ancianos, parejas y personas que no pillan cacho, todos con su camiseta favorita y una sonrisa en los labios. Albiol es, a su vez, una de las consecuencias de la futbolizaci¨®n de la pol¨ªtica, tendencia horizontal que transforma la pol¨ªtica en equipos de f¨²tbol. Los equipos no necesitan, como saben, formulaci¨®n, tan s¨®lo fe, pasi¨®n y enemigo.
Vaya. Ya hemos llegado. El candidato nos recibe al pie del chiringuito del PP, agrupaci¨®n local. Van vestidos de PP/monter¨ªa en el cintur¨®n. A escasos metros, con otra equipaci¨®n m¨¢s casual, est¨¢ el chiringuito de C's, y un poco m¨¢s all¨¢, el de Societat Civil Catalana, vestidos ya con utillaje de compa?eros del metal. Parece, en fin, que hoy tampoco habr¨¢ ning¨²n chiringo del PORE en las inmediaciones del campo del Espanyol. Aparece Albiol. Impone. La impresi¨®n es que lo pones en el agujero que comunica Hungr¨ªa con el mundo y no pasa ni el gato.
El aliciente del encuentro es ver a Albiol a su bola. Su bola: el PP parece ser que quedar¨¢ como un partido marginal tras estas elecciones, lo que hace a su candidato un hombre libre que, por instinto de conservaci¨®n de la especie, puede superar en cualquier momento los l¨ªmites de lo correcto, como al parecer sucedi¨® en su cuenta de Facebook. Pero, sorprendentemente, no va por ah¨ª. Hace un discurso ecum¨¦nico, se emplea poco / a la Merkel con el Proc¨¦s, y se centra en el partido de hoy: ¡°Con una Catalu?a independiente, no habr¨ªa un Espanyol-Madrid¡± ¡ª90 minutos despu¨¦s, la pericada firmar¨ªa eso, me temo¡ª. La sensaci¨®n de equipo la aporta su Gol Sur, voces de p¨²blico espont¨¢neo, que aportan otro tipo de consignas -en mi moleskine releo algunas: ¡°Vivaspa?ia¡±, ¡°Albiol, limpia Catalu?ia¡±.
Fin del encuentro. Albiol regatea la caseta de Ciudadanos y llega al ¨¢rea de la de Sociedad Civil Catalana, otra ONG no-nacionalista, sobre la que el periodista Jordi Borr¨¤s, por cierto, acaba de sacar articulazo vinculando a su staff con la extrema derecha, ese equipo.
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