La fachada del edificio Espa?a
El arquitecto Ricardo Aroca discierne sobre la posibilidad de mantener el inmueble original
Justo antes del verano salt¨® a los medios de comunicaci¨®n el tema de la fachada del edificio Espa?a, construido ahora hace 70 a?os, que fue vaciado en una operaci¨®n inmobiliaria fallida y acab¨® en manos del Banco de Santander. El edificio, con m¨¢s valor ic¨®nico que arquitect¨®nico, gozaba de una "protecci¨®n integral" que s¨®lo permit¨ªa obras interiores.
Estando todav¨ªa en poder del banco, ¨¦ste tramit¨® con ¨¦xito una "desprotecci¨®n parcial" quedando s¨®lo la obligaci¨®n de mantener la fachada a la Plaza de Espa?a y parte de las fachadas laterales y en estas condiciones lo vendi¨® al grupo Wanda.
El nuevo propietario ha solicitado cumplir con la protecci¨®n mediante el artificio de demoler la totalidad del edificio y luego reconstruir una fachada "id¨¦ntica a la original", alegando una supuesta imposibilidad t¨¦cnica de mantener la fachada y haciendo uso con "amplia liberalidad" de un p¨¢rrafo de la ley que permite, previa justificaci¨®n de la imposibilidad de conservaci¨®n, "desmontar" elementos protegidos y "volverlos a montar".
Ni que decir tiene que es imposible y est¨²pido tratar de recuperar los ladrillos y las chapas de piedra artificial que forman la fachada y que la palabra correcta aunque no legal para describir la pretensi¨®n es "demoler" y no "desmontar".
Aqu¨ª aparecen al menos tres interrogantes que no tienen una respuesta f¨¢cil: ?No ser¨ªa mejor hacer un excelente edificio nuevo que fuera un icono del Madrid del futuro? ?Es realmente imposible conservar la fachada? ?Qu¨¦ diferencia hay entre mantener la fachada original o reproducirla fielmente?
La primera pregunta encontrar¨ªa una respuesta afirmativa en muchos arquitectos, entre los que me encuentro, pero me temo que no en la mayor¨ªa de los madrile?os, y adem¨¢s seguro que tendr¨ªa serias dificultades legales, ya que el volumen actual est¨¢ ligado a la conservaci¨®n del edificio y seguramente har¨ªa falta una modificaci¨®n del plan general (que seguramente requiere consensos, tr¨¢mites y no poco tiempo) para mantenerlo en el edificio nuevo.
"Es imposible mantener la fachada"
La segunda pregunta tiene como respuesta un rotundo s¨ª. La fachada, es muy delgada, apenas 26 cent¨ªmetros, y se mantiene porque est¨¢ ligada a la estructura de vigas y soportes de hormig¨®n armado (que dicho sea de paso est¨¢ en muy buen estado).
El efecto del viento sobre una superficie de cerca de 10.000 metros cuadrados que se alza hasta m¨¢s de 100 metros de altura es enorme, la fachada actualmente se mantiene porque tiene detr¨¢s un edificio con un peso descomunal que evita que se vuelque y es adem¨¢s muy r¨ªgido (unos movimientos excesivos podr¨ªan desprender la fachada de la estructura de hormig¨®n a la que lleva 70 a?os s¨®lidamente sujeta sin da?os estructurales aparentes).
Si se pudiera por arte de magia sustituir de forma instant¨¢nea el edificio actual por otro del mismo o parecido volumen, el nuevo edificio sostendr¨ªa la fachada con la misma, o mayor, eficacia. El problema se produce en la etapa intermedia, cuando no hay edificio detr¨¢s, ya que mediante andamios, por complejos que sean, es imposible conseguir la rigidez suficiente para asegurar la estabilidad de la fachada durante el proceso.
Como en tantas ocasiones, la propia geometr¨ªa del edificio actual ofrece una soluci¨®n clara al problema: la fachada posterior tiene 5 grandes patios abiertos; con unas peque?as demoliciones previas en plantas bajas y s¨®tanos es posible construir en ellos sendas pantallas de hormig¨®n armado que luego sirvan como "soportes" del nuevo edificio.
Las pantallas son suficientemente pesadas y r¨ªgidas (he hecho los n¨²meros) como para asegurar la estabilidad de la fachada, que se unir¨ªa a ellas mediante elementos met¨¢licos provisionales no muy costosos en t¨¦rminos relativos y a ellos puede unirse a trav¨¦s de las ventanas un andamiaje que proporcionar¨ªa una seguridad total a las calles adyacentes durante el proceso de construcci¨®n de la obra nueva y de rehabilitaci¨®n de la fachada.
El ¨²nico problema, si es que lo es, de esta soluci¨®n es que condiciona en alguna medida el nuevo proyecto, que conservar¨ªa una "huella interior" del orden de la antigua construcci¨®n, lo que no tiene por qu¨¦ ser un inconveniente, pero un edificio no es un solar, y si hay una obligaci¨®n de conservaci¨®n el proyecto debe redactarse desde el principio de manera que la condici¨®n previa pueda ser cumplida, y si no se ha hecho, tiene que ser reconsiderado, lo que no es tan dif¨ªcil ya que entre las pantallas quedan vanos de m¨¢s de 15 metros, m¨¢s que suficientes para cualquier uso, am¨¦n de que la geometr¨ªa de las pantallas admite considerable libertad de forma y tener los huecos precisos para la funcionalidad de las plantas.
Hay alguna complejidad m¨¢s, debida a retranqueos de los cuerpos superiores, que tambi¨¦n tiene soluciones t¨¦cnicas que alargar¨ªan excesivamente el presente texto.
"Una r¨¦plica es un decorado"
Queda por responder la tercera pregunta: ?Por qu¨¦ no una reproducci¨®n de la fachada? Ya la respondi¨® hace a?os el maestro de la arquitectura ya fallecido Ram¨®n V¨¢zquez Molezun.
Ram¨®n ten¨ªa una casita en el mismo borde de la r¨ªa de Pontevedra en Boeu y en ella una "dorna", fr¨¢gil embarcaci¨®n de madera, que casi cada a?o sufr¨ªa los inevitables desperfectos que causa la mar.Como era muy ma?oso, la arreglaba ¨¦l mismo y dec¨ªa: "Creo que ya no queda ni una sola tabla original pero es la misma barca".?Si le hubieran ofrecido una r¨¦plica id¨¦ntica "no hubiera colado".
A lo largo de su vida un edificio sufre da?os, algunos elementos se reparan, otros se sustituyen si es preciso, pero hay una continuidad material y unas huellas del paso del tiempo que en cierta medida son parte de la historia, una r¨¦plica es un decorado y una ciudad es algo m¨¢s que un escenario.
Ricardo Aroca es catedr¨¢tico em¨¦rito de C¨¢lculo de Estructura y fue decano del Colegio de Arquitectos.
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