Madrid celebra en Cibeles una cena de Nochebuena para 220 ¡®sin techo¡¯
Los asistentes tomaron sopa de marisco, langostinos o paletilla de cordero El convite estuvo organizado por la ONG Mensajeros de la Paz
Antes de declararse a Sonia, Manuel se lo estuvo pensando un mes. No se atrev¨ªa. Para ¨¦l, ella era demasiado guapa y demasiado alta, cuenta. Pero al final le ech¨® valor y medio en broma, medio serio se lo dijo: ¡°Oye, que me gustas desde que te conoc¨ª¡±. Al o¨ªrle, Sonia le mir¨® muy seria y le pidi¨® el curr¨ªculum. ¡°Lo que esta empresa busca¡±, le especific¨®, ¡°es un hombre que me haga re¨ªr, que sea buena persona y trabajador¡±. Manuel esta vez no se lo pens¨® y la invit¨® a cenar. Nada m¨¢s y nada menos que en el patio acristalado del palacio de Cibeles. Ayer esta pareja de 44, ¨¦l, y 42, ella, tuvo su primera cita tras conocerse en la cola del desayuno de la parroquia de San Ant¨®n. Y si la cosa no ha acabado en boda, a¨²n, es porque no son¨® un vals. Porque cura hab¨ªa. Y orquesta y un men¨² que hizo las delicias de los 220 comensales; la mayor¨ªa de ellos sin techo o en situaci¨®n de riesgo de pobreza o exclusi¨®n social. En una Nochebuena, sin duda, para recordar, el Ayuntamiento de Madrid cedi¨® sus instalaciones a?Mensajeros de la Paz, la fundaci¨®n que preside el padre ?ngel. Y unos y otros se dieron cita con sus mejores galas. Hubo fotos, palmas, alg¨²n que otro baile y mucho tupper hasta arriba de cordero. Todo gratuito.
¡°El Papa Francisco lo hizo el a?o pasado en Roma y yo quer¨ªa hacerlo aqu¨ª, en Madrid. Y ahora estoy flotando. Se ha cumplido mi sue?o. Echa un vistazo¡±, suger¨ªa el padre ?ngel a la entrada. ¡°Pero, ?qui¨¦n se casa, padre?¡±, le preguntaba uno de los asistentes nada m¨¢s cruzar la puerta del Ayuntamiento totalmente asombrado. Frente a ¨¦l, 22 mesas engalanadas con su botella de champ¨¢n -sin alcohol- en el centro y velas y flores. Y para abrir boca, pan y mantequilla. ¡°No comas tanto que todav¨ªa falta lo bueno¡±, le recordaba ?scar a Jacobo; menos habladores. Y no le faltaba raz¨®n. A¨²n quedaba por llegar la sopa de marisco. La raci¨®n de ocho langostinos a dos salsas. Y el plato estrella. A elegir: o paletilla de cordero con patatas panaderas o dorada al horno. O qu¨¦ narices. Ambas. Y con posibilidad de repetir. Que se lo digan si no a Omar Ruiz, un trotamundos de 51 a?os que se llen¨® a s¨ª mismo y tambi¨¦n dos recipientes. Para cuando lleg¨® el postre, flan con nata, estaba ya demasiado lleno. Pero ninguno de los asistentes se qued¨® con hambre. ¡°Te digo una cosa¡±, se sinceraba casi a mitad del convite, ¡°habr¨¦ recorrido f¨¢cilmente 114.000 kil¨®metros con mi bici vendiendo pulseras por todo el mundo. Pues nunca, nunca he visto una cosa semejante en ninguna ciudad. Lo que ha pasado aqu¨ª hoy es algo maravilloso¡±.
Para llevar a cabo esta experiencia pionera en Madrid hizo falta la suma de muchas voluntades: la del Ayuntamiento de Manuela Carmena (Ahora Madrid), que fue vitoreada cuando lleg¨® y no dud¨® en sacarse decenas de fotos con los invitados; la voluntad del Padre ?ngel de llevar la Nochebuena hasta el ¨²ltimo plato; la de la empresa de catering Lecaser y su legi¨®n de 20 voluntarios que dejaron su cena enfriando en casa; la voluntad tambi¨¦n de decenas de cocineros, llegados de toda Espa?a, que se pusieron a los fogones desde las ocho de la ma?ana; la del colegio mayor Marqu¨¦s de la Ensenada que cedi¨® su cocina para estos pudieran preparar unas 250 raciones; o la predisposici¨®n del sargento de polic¨ªa municipal Paco S¨¢nchez y el agente Jos¨¦ Plaza, de 57 y 68 a?os, que se encargaron de echar un vistazo aunque no hubiera ning¨²n incidente. Sin olvidar a Alberto Torres, Javier Vaquero y Sergio Rojas. Los m¨²sicos del programa Qu¨¦ tiempo tan feliz, de 21, 27 y 26 a?os. Que tocaron durante m¨¢s de dos horas con una sonrisa y aceptando todos los bises.
Manuela Carmena fue vitoreada cuando lleg¨® y no dud¨® en sacarse decenas de fotos con los invitados
En una mesa, Violeta tarareaba La chica de ayer. Apenas hab¨ªa probado bocado porque anda fastidiada de los ri?ones: ¡°Es que patearte la ciudad cargando con la mochila no veas la fatiga que da¡±. Pero ayer no hab¨ªa quien la parara. Se las sab¨ªa todas. D¨¦jame, Entre dos tierras, Esos ojos negros... ¡°Yo no tengo verg¨¹enza de n¨¢¡±, presum¨ªa esta mujer de 45 a?os y con los ojos tan negros como la protagonista de la canci¨®n de Duncan Dhu. Acostumbrada a servir a los dem¨¢s, como temporera en hoteles, ahora disfrutaba del buf¨¦ como clienta. Con el pelo recogido y las u?as pintadas. ¡°Pero no te creas que esto me hace mucha gracia. Yo lo que quiero es volver a trabajar¡±. Mientras cambia su suerte, duerme en la iglesia de San Ant¨®n del padre ?ngel. Fue ah¨ª donde se enter¨® del convite. Y donde recogi¨® su invitaci¨®n personal e intransferible. A su nombre. Y con una prenda de un ropero y de otro, explica, se hizo un traje a medida. Tan elegante como una estrella de cine. ¡°La que vale, vale. Y f¨ªjate que no puedo comer apenas nada, pero vienes aqu¨ª y te olvidas y te lo pasas bien¡±.
Para entonces, casi al final de la velada, Mar¨ªa Jos¨¦ Mart¨ªnez, de 72 a?os, se hab¨ªa olvidado tambi¨¦n del m¨®vil y de la bronca que hab¨ªa tenido con sus hijos por no cenar con ellos. ¡°Esto es m¨¢s divertido¡±, describ¨ªa de punta en blanco. Con un vestido azul celeste y un collar de perlas. ¡°Mira, yo he trabajado toda mi vida como limpiadora. Me ha quedado una pensi¨®n de 380 euros y aunque vivo en un piso de la Comunidad, pago unos 117 euros de agua, tel¨¦fono, calefacci¨®n. Bastante tengo ya como para encima no hacer lo que quiero a mis a?os¡±. A su lado, Pedro Manuel Chica, de 57, asent¨ªa. "Aqu¨ª nos conocemos todos de la parroquia [de San Ant¨®n]. De ir a desayunar o a merendar. Yo era agente de seguros, f¨ªjate. Pero me qued¨¦ en el paro, me divorci¨¦. Y ahora sobrevivo en un piso compartido cobrando 426 euros de renta m¨ªnima. ?Este traje? Pues mira, tiene su miga. La ¨²ltima vez que me lo puse fue en la boda de mi hijo Pedro, hace cinco a?os. Cuando todo me iba bien. Para que veas que a cualquiera le puede pasar lo que a m¨ª¡±. Pedro no va desencaminado. Seg¨²n el ¨²ltimo recuento realizado por el Consistorio, en Madrid hay 1.905 personas sin hogar; 764 duermen al raso y el resto, 1.141, en alg¨²n albergue municipal o en alg¨²n centro de alguna ONG.
Francisco Angeli pas¨®, precisamente, la Nochebuena de 2014 en la calle. Hu¨¦rfano desde los ocho a?os, este chaval de 25 vivi¨® en un piso de acogida en su Soria natal hasta que con 18 a?os le dijeron que ten¨ªa que buscarse la vida. ¡°Es decir, me echaron a la puta calle, hablando claro¡±. Se vino a Madrid y estuvo un a?o durmiendo frente al Ministerio del Interior, en pleno paseo de la Castellana. Le rescat¨® una amiga, ¡°a la que se lo debo todo¡±. Se fue a vivir con ella y hace una semana firm¨® un contrato para trabajar de conserje. ¡°Estoy que no me lo creo¡±, exhalaba con una sonrisa. Ayer, huelga decirlo, gast¨® todas las reservas de Champ¨ªn [el champ¨¢n sin alcohol que sirvieron]. Como Manuel y Sonia, la no pareja, todav¨ªa, que a ¨²ltima hora de su cita se hac¨ªan ya ojitos en la mesa. ¡°La verdad que te acercas bastante a lo que busco¡±, le dec¨ªa esta exvigilante ya menos seria. De fondo sonaba Imagine, de John Lennon. Aunque ayer, en el palacio de Cibeles, no hizo falta imaginarse nada.
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