La jota quiere ser may¨²scula
Un documental defiende la vigencia del baile popular como ejercicio de comunicaci¨®n
No es la primera vez que ¡°el baile total¡± cae y tiene que volver a levantarse. A finales del siglo XIX se top¨® con el f¨¦rreo marcaje de la Iglesia que lo consider¨® un acto pecaminoso. Despu¨¦s, el nacionalismo le cogi¨® la mano para hacer de la jota un baile casto, puro y exclusivo de los vascos; aunque, bien mirado, tiene una base com¨²n con otras tantas danzas regionales. Los ¨®leos de Jos¨¦ Arrue o Aurelio Arteta retratan al detalle aquellas romer¨ªas en las que se encontraban, en un di¨¢logo festivo, se?oritos de ciudad y aldeanos, todos ataviados con trajes tradicionales, txapelas y albarcas.
Desde hace una d¨¦cada, Aiko Taldea trabaja por recuperar el ambiente de esos lienzos y volver a tomar las plazas con el baile. Es un colectivo de m¨²sicos y maestros de danza que trabaja la difusi¨®n del baile sin el cors¨¦ y la rigidez de las academias. Pretenden ¡°sacar a la gente del armario coreogr¨¢fico¡± a trav¨¦s de un modelo de ense?anza alternativo. El fundador de este grupo, Sabin Bikandi, habla de recuperar la esencia de la jota, que hablando pronto y claro, ¡°no ten¨ªa otra funci¨®n que arrimar la cebolleta¡±.
El ligue siempre ha estado detr¨¢s del baile popular, hasta que ¨¦ste se cerr¨® entre cuatro paredes. En 1927 se fund¨® el primer grupo de danzas. Se logr¨® una importante proyecci¨®n internacional pero, sin pretenderlo, supuso un tijeretazo con su filosof¨ªa. La depurada t¨¦cnica de las competiciones avergonz¨® a quienes solo levantaban los brazos y piernas para socializar. ¡°Ver la uniformidad de los espect¨¢culos hizo que el p¨²blico se acomplejara¡±. Perdieron la confianza. Bikandi toma como referencia la educaci¨®n musical. Nadie se sienta delante de un piano para tocar una sonata de Beethoven sin haber aprendido antes solfeo, ni haberse familiarizado con el instrumento. Con la danza ocurre lo contrario.
Se ense?an bailes pero no la t¨¦cnica del baile en s¨ª misma, y eso va en claro detrimento de esas funciones b¨¢sicas, como son la capacidad de comunicaci¨®n e interacci¨®n entre personas. ¡°No queremos que parezca que estamos amargados¡±, puntualiza Bikandi, pero consideran que el futuro de la jota pasa por simplificarla. Un punto de vista que comparte el director de la compa?¨ªa Kukai Dantza, Jon Maya: ¡°La clave es bailar de forma natural e incorporar la jota en cada momento a cada persona¡±. No aspiran a tener miles de seguidores. Tampoco se les pasa por la cabeza competir con el reggaet¨®n. ¡°Pretendemos ser una alternativa m¨¢s, ligada a una cultura y que, adem¨¢s, creemos que tiene su sitio como punto de encuentro en una sociedad individualista¡±, sostiene Bikandi.
e hecho, cada semana se re¨²nen decenas de personas en las salas que la Universidad P¨²blica del Pa¨ªs Vasco (UPV-EHU) tiene en Bilbao. Tambi¨¦n organizan romer¨ªas, talleres y cursos que han congregado a m¨¢s de 4.000 personas en los ¨²ltimos diez a?os. El ¨²ltimo proyecto ha sido la grabaci¨®n de un documental en el que, desde una visi¨®n coral, se repasa pasado, presente y futuro de la jota. Grabado en euskera, Jotamentala (coproducido por Bideografik Ekoizpenak) es un homenaje al baile popular a trav¨¦s de la recopilaci¨®n de testimonios de bailarines y core¨®grafos como Cesc Gelabert y Jon Maya, o investigadores como Juan Antonio Urbeltz, I?aki Irigoyen o Jose Inazio Ansorena. Ahora preparan el salto a Internet con una plataforma online en la que se incorporar¨¢n grabaciones de audio y video, ejercicios, partituras y otros elementos para seguir extendiendo a lo largo y ancho del mundo su devoci¨®n por la jota.
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