Idiomas en el mercado
Maestros nativos imparten clases a alumnos de multiples nacionalidades en el Mercado de Barcel¨® todos los viernes. Luego, intercambian experiencias y hasta ligan
El estadounidense Jay Guerrero (Dallas, 1975) es profesor de ingl¨¦s biling¨¹e. Lleva m¨¢s de dos a?os en Espa?a y es uno de los maestros nativos que impartir¨¢ clases en el Mercado de Barcel¨® los viernes. Son casi las ocho de la tarde y la segunda planta tiene m¨¢s ambiente de lo habitual.
¡°Nos viene bien porque por las noches faltaba algo de movimiento¡±, cuenta Severiano D¨ªaz, de 55 a?os y due?o de un bar en el mercado. ¡°Esto de que la gente venga a practicar otros idiomas me parece muy interesante¡±, a?ade.
Los alumnos siguen llegando. Seg¨²n su nacionalidad, los organizadores los colocan una banderita en la solapa. Previamente han tenido que registrarse (www.milingual.com) y pagar 10 euros. Tienen derecho a una consumici¨®n y a una hora de conversaci¨®n con un profesor nativo. ¡°El proyecto de tener clases en el mercado fue posible gracias a la colaboraci¨®n del Ayuntamiento de Madrid¡±, dicen Gabriel (31 a?os) y Andr¨¦s Pazos (34 a?os), creadores de Milingual, la plataforma web que pone en contacto a alumnos y profesores de idiomas. Ambos hermanos llevan casi dos a?os organizando clases en bares y locales nocturnos: ¡°La idea es llevar los idiomas al resto de mercados de Madrid¡±.
La clase de hoy versa de gastronom¨ªa. En cada mesa, adem¨¢s del profesor, hay cuatro o cinco alumnos, agrupados seg¨²n su nivel de ingl¨¦s. Eva Anto?anzas es una de ellas. Tiene 25 a?os, es recepcionista de hotel y la mitad del tiempo tiene que hablar en ingl¨¦s. ¡°Mi horario de trabajo es complicado y necesitaba algo que me diera flexibilidad. Este tipo de clases, en bares o en un mercado, me vienen bien porque puedo ir cuando quiera¡±, cuenta. ¡°Los que trabajamos o estudiamos necesitamos algo que tampoco comprometa mucho pero que motive lo suficiente. Aqu¨ª mezclan el aprendizaje con el ocio. Despu¨¦s de trabajar no te apetece mucho meterte en un aula de clase¡±, a?ade.
Seg¨²n un informe de Cambridge Monitor, el 35% de los espa?oles tiene un nivel medio de ingl¨¦s, y s¨®lo un 10% posee un nivel alto. La comunicaci¨®n oral sigue siendo la gran dificultad. ¡°Nuestro principal problema es la timidez y la verg¨¹enza¡±, dice Andr¨¦s Pazos, ¡°adem¨¢s de un problema de tiempo. Buscamos es adaptarnos a lo que necesita la gente¡±, a?ade.
Mar¨ªa Caracuel es farmac¨¦utica, y est¨¢ aprendiendo ingl¨¦s porque planea irse a estudiar a Londres. Adem¨¢s de clases en mercados y bares, acude a una escuela de idiomas: ¡°En la academia te ci?es m¨¢s a la gram¨¢tica o al vocabulario. Aqu¨ª es una experiencia m¨¢s ver¨ªdica, te pones a hablar con una persona y ves lo que necesitas saber. Aprendes lo necesario para comunicarte con alguien¡±. En esta clase de gastronom¨ªa ha aprendido lo que significa junk food (comida basura), to order (pedir en un bar), o fad food (comida que est¨¢ de moda). ¡°Los alumnos aprenden a entrenar el o¨ªdo escuchando diferentes acentos, como el americano, el brit¨¢nico, o australiano¡±, asegura Guerrero.
Pasadas las nueve termina la clase de pago. Despu¨¦s viene un intercambio gratuito que los organizadores denominan Freelingual. ¡°Muchos s¨®lo vienen a esto, que puede extenderse dos o tres horas¡±, dicen los hermanos Pazos. ¡°Conocer gente te ayuda a superar esa timidez que muchos tenemos¡±, comenta Mar¨ªa. ¡°A m¨ª antes me costaba hablar con gente que no conoc¨ªa. Este tipo de eventos te ayudan a ser m¨¢s extrovertido¡±. ¡°La verdad¡±, a?ade Guerrero, ¡°aqu¨ª tambi¨¦n se liga un poco¡±.
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