Los ¨²ltimos de Guinea
Dos guardias gallegos relatan el fin de la ocupaci¨®n espa?ola, cuando los camaleones se met¨ªan en su camisa y los destacamentos ten¨ªan un cazador a su servicio
Ram¨®n Garc¨ªa fue uno de los ¨²ltimos guardias civiles en abandonar Guinea Ecuatorial cuando la excolonia espa?ola alcanz¨® la independencia. Corr¨ªa el a?o 1968 y este lucense de 72 a?os dejaba atr¨¢s incluso un Land Rover oficial antes de embarcar en el buque Castilla de la Armada que repatriaba a los espa?oles que apresuradamente abandonaban el pa¨ªs africano. Tanto ¨¦l como On¨¦simo Gonz¨¢lez Mateo, de 80 a?os, ambos nacidos en sendos cuarteles del instituto armado y ya retirados, fueron testigos directos de aquel momento hist¨®rico que puso fin a 64 a?os de ocupaci¨®n, una etapa que les ha vuelto a la memoria con el estreno de la pel¨ªcula Palmeras en la nieve.
¡°La evacuaci¨®n no la hicimos por el puerto sino por una de las playas, a la que vino una de las lanchas de desembarco¡±, evoca Ram¨®n, que lleg¨® a cabo segundo en el acuartelamiento de Santa Isabel de Malabo, hoy capital del pa¨ªs. ¡°Se arri¨® la bandera, montamos en los Land Rover y parte de ellos se quedaron en la playa. El viaje en el Castilla dur¨® 25 d¨ªas hasta Las Palmas¡±.
Aquellos d¨ªas finales se produjeron ¡°algarab¨ªas¡± pero ¡°ninguna refriega¡±. Ram¨®n s¨ª recuerda c¨®mo guardias de paisano tuvieron que salvar de un tumulto a tres representantes de la ONU. En los momentos de mayor tensi¨®n de la descolonizaci¨®n, entre 1968 y 1969, ¡°la gente iba al campamento buscando seguridad¡±. ¡°Las camas las ocupaba la poblaci¨®n, yo me acostaba en el suelo¡±, afirma.
En septiembre de 1968 Francisco Mac¨ªas Nguema sali¨® elegido presidente de Guinea Ecuatorial con el apoyo de movimientos nacionalistas. On¨¦simo permaneci¨® en Batha y luego en Fernando Poo de 1961 a 1965 donde conoci¨® a Mac¨ªas, que fue alcalde de Guadalupe. ¡°Mac¨ªas quer¨ªa mandar, ya armaba jaleo entonces. Luego lo hicieron vicepresidente del gobierno y les dieron Mercedes a todos¡±, relata. ¡°Quer¨ªas ir a Guinea por lo econ¨®mico porque cuando ven¨ªamos a Espa?a ¨¦ramos unos privilegiados, pero tambi¨¦n por la aventura. El inconveniente eran los insectos, que te picaban a millones¡±, rememora, por su parte, Ram¨®n.
Han pasado 238 a?os desde que el 17 de abril de 1778 el VII conde de Argelejo sal¨ªa de Montevideo rumbo a Bioko para tomar posesi¨®n de los territorios del golfo de Guinea. ¡°Cuando los guineanos vieron que a los dem¨¢s pa¨ªses de ?frica les daban la independencia ellos tambi¨¦n la reclamaron¡±, se?ala On¨¦simo, quien de su paso por el pa¨ªs tambi¨¦n cuenta que en su destacamento ten¨ªan un ¡°cazador¡± que les suministraba la comida. ¡°Por cierto, a?os despu¨¦s me llam¨® para decirme que estaba de embajador en Madrid¡±, detalla.
El proceso de adaptaci¨®n, reconocen ambos, fue ¡°dif¨ªcil¡±. ¡°Hab¨ªa camaleones que se te met¨ªan por la camisa. En el aeropuerto vimos una boa¡±, desgrana Ram¨®n. ¡°Lleg¨¢bamos a los cuarenta grados de calor pero lo peor era la humedad. Lo que beb¨ªas sal¨ªa por los poros de la piel, incluido el whisky¡±, bromea.
Ram¨®n asegura que en Guinea ¡°hab¨ªa muchos gallegos¡± y recuerda con un gesto de rabia a un guardia civil de Lugo que pereci¨® por enfermedad y cuyo cad¨¢ver nunca fue repatriado. ¡°Las autoridades no hicieron nada¡±, recrimina quien tuvo que comunicar la tr¨¢gica noticia a su esposa. Ninguno de estos dos guardias lucenses ha regresado al pa¨ªs africano, pero On¨¦simo conoci¨® en Baralla a un ciudadano de Guinea que se ha convertido en su punto de enganche con el lugar al que fue destinado para vivir un momento hist¨®rico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.