El dilema de la ciudad flotante
Barcelona es el puerto base del Harmony of the seas, el crucero m¨¢s grande del mundo y s¨ªmbolo del debate entre beneficios econ¨®micos e impacto medioambiental para la ciudad
Lo que lleg¨® ayer a Barcelona no es solo un barco, es una ciudad de m¨¢s de 9.000 habitantes ¡ª7.000 pasajeros y 2.000 tripulantes¡ª que navega por el Mediterr¨¢neo hasta octubre. Tiene 72 metros de altura, 366 de largo y 66 de ancho. Su interior esconde 23 piscinas, 20 restaurantes, varios toboganes gigantes, un casino, un teatro para 1.400 personas con un show de Broadway¡ Para mover las 227.000 toneladas de la bestia, sus motores consumen de media unos 110.000 litros diarios del combustible di¨¦sel m¨¢s contaminante del mundo. El Harmony of the Seas, la joya de la corona de los cruceros Royal Caribbean, utilizar¨¢ Barcelona como puerto base hasta el 23 de octubre y cada semana realizar¨¢ un crucero por el Mediterr¨¢neo. Pero su llegada se ha convertido tambi¨¦n en el s¨ªmbolo del impacto medioambiental y urbano para el principal puerto crucerista de Europa. Un debate abierto ya en otras ciudades como Venecia y que se extiende estos d¨ªas en Barcelona.
Desde el punto de vista de la contaminaci¨®n, el principal problema de este tipo de embarcaciones, como el Harmony of the Seas, es que siguen utilizando fuel oil como combustible: un residuo del petr¨®leo ultracontaminante (3.500 veces m¨¢s que el di¨¦sel) infinitamente m¨¢s barato. Una vez en el puerto se suele sustituir por otro m¨¢s refinado, que aun as¨ª contamina 100 veces m¨¢s que el di¨¦sel normal. ¡°Es un residuo prohibido en tierra por sus niveles de azufre. En el mar la regulaci¨®n es m¨¢s laxa, porque no est¨¢ en el c¨®mputo de ning¨²n pa¨ªs. Este barco contamina como 73.000 casas de gran consumo¡±, se?ala Mar¨ªa Garc¨ªa, portavoz de Ecologistas en Acci¨®n y de la Plataforma por la calidad del aire.
El Ayuntamiento, consciente de las quejas vecinales, medir¨¢ las emisiones
El problema para la ciudad se produce principalmente en las horas que est¨¢ en el puerto con el motor encendido (casi ning¨²n barco dispone de equipo para conectarse a la red el¨¦ctrica). Seg¨²n los datos del Ayuntamiento, el 7,6% de las emisiones por Di¨®xido de Nitr¨®geno (NO2) tiene origen en el puerto. Pero las cifras no son precisas y el Consistorio que dirige Ada Colau ¡ªmuy cr¨ªtico en campa?a electoral con el modelo tur¨ªstico de Barcelona¡ª har¨¢ mediciones durante los d¨ªas que el Harmony of the Seas est¨¦ amarrado en la ciudad. Adem¨¢s, asegura que es consciente de las quejas vecinales y anuncia que intentar¨¢ mejorar la fiscalidad para que estos cruceros paguen m¨¢s impuestos.
Uno de los estudios de referencia sobre estos grandes barcos lo hizo en 2012, para la organizaci¨®n ecologista alemana Nabu, Axel Friedrich, experto en contaminaci¨®n del aire involucrado tambi¨¦n en investigaciones como la que deriv¨® en el esc¨¢ndalo de Volkswagen. Seg¨²n su investigaci¨®n, un crucero de este tama?o emite tanto CO2 como 8.638 coches, el mismo NOx que 421.000 veh¨ªculos y tanto azufre como 376 millones de coches. Daniel Rieger, especialista en transporte de Nabu, destaca que los datos utilizados son oficiales y se basaron en la media de consumo de varios de estos grandes barcos.
Filtros de azufre
El vicepresidente de Royal Caribbean, Richard Pruitt discrepa de esas cifras en conversaci¨®n telef¨®nica y cree que est¨¢n calculadas en el peor escenario posible. ¡°Todos los n¨²meros que incluy¨® en ese estudio saldr¨ªan usando toda la capacidad que tenemos. Adem¨¢s, est¨¢ haciendo un c¨¢lculo con un contenido sulf¨²rico que hoy es casi imposible. ?l calcula un 3,5% y ahora mismo est¨¢ en el 2%¡±, se?ala Priott. Royal Caribbean aduce que cumple con la normativa vigente y que sus nuevos sistemas de filtrado de azufre, que tambi¨¦n le permiten no cambiar de combustible cuando llega a puerto, han sido certificados por el pa¨ªs de la bandera del barco (Bahamas). ¡°Estamos cumpliendo con las reglas internacionales¡±.
Pero el medioambiente no es el ¨²nico problema. Desde hace tiempo, la Asamblea de Barrios por un Turismo Sostenible (ABTS), que agrupa una treintena de colectivos contra el turismo masivo y asociaciones de vecinos (ayer unas 100 personas se manifestaron contra el crucero), denuncia los perjuicios de una industria que prev¨¦ descargar este a?o en Barcelona alrededor de 2,6 millones de cruceristas. ¡°Los cruceros son la formulaci¨®n m¨¢s concentrada de la industria tur¨ªstica, as¨ª que los efectos tienen un grado particularmente intenso. Hablamos de saturaci¨®n del espacio p¨²blico durante las horas que pasan al d¨ªa en zonas muy concretas (Sagrada Familia, Boquer¨ªa, Park G¨¹ell¡). El comercio se ha ido especializando y desaparecen las tiendas que utilizan los vecinos¡± se?ala su portavoz, Daniel Pardo. Reme G¨®mez, presidenta de la asociaci¨®n del G¨®tico, resalta lo corrosivo que resultan 6.000 personas desembarcando de golpe para el tejido comercial y social de un barrio que, a fuerza de perder su vida cotidiana, se va transformando en un parque tem¨¢tico. De hecho, el G¨®tico es el barrio de Barcelona que m¨¢s poblaci¨®n estable ha perdido en los ¨²ltimos a?os.
Los barrios m¨¢s visitados por los cruceristas, como el G¨®tico, se transforman cada vez m¨¢s en parques tem¨¢ticos
?La cuesti¨®n es, ?qu¨¦ gana la ciudadan¨ªa con la llegada masiva de cruceros? Royal Caribbean dice que el Harmony of the Seas aportar¨¢ 30 millones de euros. El puerto de Barcelona, parte interesada en que la ciudad catalana siga siendo un lugar de referencia para esta industria, sostiene en un estudio que present¨® hace unos meses que los cruceros generan una facturaci¨®n total de 796 millones de euros, contribuye al Producto Interior Bruto (PIB) de Catalu?a con 413,2 millones y mantienen unos 7.000 puestos de trabajo.
El informe revela tambi¨¦n que el gasto directo derivado de la actividad crucer¨ªstica asciende a 442,5 millones de euros anuales, que se reparte entre tres agentes principales de gasto: las navieras (121,2 millones), los cruceristas (315,8) y las tripulaciones (5,5). Sin embargo, el estudio tambi¨¦n revela que casi el 60% pasa solo 4,3 horas en la ciudad. Algo que dificulta mucho el gasto que pueden llegar a hacer (seg¨²n el estudio son 53 euros). El ¨²nico problema es que el Harmony estar¨¢ en Barcelona los domingos, cuando las tiendas est¨¢n cerradas.
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