Las voces salvaron Peralada
Escasa presencia cultural y pol¨ªtica en la gala del 30 aniversario
La gala l¨ªrica del 30 aniversario del Festival Castell de Peralada (Girona) empez¨® el viernes por la noche en un clima de tristeza por las v¨ªctimas del atentado de Niza, a las que se record¨® antes de iniciar una velada concebida para el lucimiento de un quinteto de estrellas de la escena oper¨ªstica integrado por dos sopranos ¡ªla estadounidense Sondra Radvanovsky y la holandesa Eva-Maria Westbroek¡ª, dos bar¨ªtonos ¡ªel espa?ol Carlos ?lvarez y el italiano Ambrogio Maestri¡ª y el tenor argentino Marcelo ?lvarez. No escatimaron pasi¨®n y bravura vocal y el p¨²blico les aplaudi¨® con ganas, pero falt¨® brillo social y algo de glamur en un evento que floje¨® en la representaci¨®n del mundo de la cultura y la pol¨ªtica.
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, acudi¨® a la fiesta de la Nit de la Comunicaci¨® organizada por Abertis y la Agencia Efe, acto privado celebrado en los jardines del castillo que congreg¨® a empresarios y periodistas del ¨¢mbito econ¨®mico, pero no se qued¨® a la gala; s¨ª asistieron el conseller de Territori, Josep Rull, el presidente de la Diputaci¨®n de Girona, Pere Vila, y la alcaldesa de Girona, Marta Madrenas.
Trat¨¢ndose de un festival que presume, y con raz¨®n, de su tradici¨®n oper¨ªstica, se ech¨® en falta entre el p¨²blico a artistas famosos ¡ªel ¨²nico gran divo fue el tenor Jaume Aragall¡ª del mundo de la m¨²sica, el teatro y la danza en el concierto que celebraba oficialmente sus 30 a?os de historia.
La obertura de Guillermo Tell, que abri¨® la gala, apenas calde¨® el ambiente; la efectista y poco refinada direcci¨®n musical de Daniele Rustoni marc¨® la t¨®nica de un gris rendimiento de la Orquesta Simf¨®nica de Barcelona y Nacional de Catalu?a (OBC). De hecho, los continuos saltos y la exagerada gestualidad del joven director italiano no lograron disimular los errores y desequilibrios.
Para romper la monoton¨ªa de un formato tan trillado como el de los conciertos de arias y d¨²os de ¨®pera, Albert Estany y N¨¤dia Balada aprovecharon el espacio esc¨¦nico para recordar la historia del festival a trav¨¦s de fotos y v¨ªdeos proyectados en una pantalla; el contrapunto po¨¦tico shakesperiano lo puso el actor ?ngel LL¨¤cer recitando textos de Puck, el encantador personaje de la comedia El sue?o de una noche de verano.
Las voces impusieron su ley en la noche ampurdanesa. Sondra Radvanovsky y Carlos ?lvarez arrollaron con su carisma y ¨®ptima forma vocal; ella emocion¨® con la pucciniana Vissi d¡¯arte, de Tosca, y ¨¦l cant¨® con nobleza un aria de Guillermo Tell, de Rossini; y juntos derrocharon temperamento verdiano en el gran d¨²o de Il trovatore; de hecho, Verdi se llev¨® la parte del le¨®n del programa, con soberbias p¨¢ginas de Falstaff a cargo de Ambrogio Maestri y ?lvarez, mientras que Eva-Maria Westbroek luci¨® temperamento en Pace, pace mio Dio de La forza del destino.
Tras un final de pasiones veristas, con p¨¢ginas de Andrea Ch¨¦nier, de Giordano, a cargo de Maestri, Westbroek y Marcelo ?lvarez, llegaron cinco propinas, entre ellas dos arrebatadoras romanzas de las zarzuelas La del soto del parral, de Soutullo y Vert, y La tabernera del puerto, de Soroz¨¢bal, cantadas con pasi¨®n por los dos ?lvarez, y una sensacional Radvanovsky en la canci¨®n estelar de My fair lady. La fiesta acab¨® con el famoso Brindis, de La traviata realzado por la iluminaci¨®n de Albert Faura.
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