Impurezas
Algunos escritores han colonizado una zona de intersecci¨®n, un lugar gris donde sobrenadan en igualdad de condiciones las verdades de la literatura y las de la pol¨ªtica
La literatura y la pol¨ªtica se han llevado siempre mal porque la verdad de la que habla una es incompatible y sesgada respecto al modo de verdad que utiliza la otra. Parecen condenadas a un enfrentamiento sin soluci¨®n y, sin embargo, algunos escritores del ¨²ltimo medio siglo han colonizado una zona de intersecci¨®n, un lugar gris donde sobrenadan en igualdad de condiciones las verdades de la literatura y las verdades de la pol¨ªtica.
La naturaleza invasiva de la novela es parte irrenunciable de su biotipo est¨¦tico: no sabe no ser invasiva, al menos desde que Cervantes la hizo tan codiciosamente bul¨ªmica como en el Quijote, copiando, imitando y reaprovechando cuanto material escrito u oral ofreciese su propio tiempo, su memoria y sus lecturas.
La diferencia que ha aportado el ¨²ltimo medio siglo no s¨¦ si es trascendente pero s¨ª es patente: su modo de colonizaci¨®n de la realidad ha dejado de usar la v¨ªa de la ficci¨®n para acudir a la v¨ªa de la facticidad y la documentaci¨®n hist¨®ricamente reconocible. Las novelas de Balzac o las de Stendhal, las de Flaubert, Dickens, Clar¨ªn o Gald¨®s se inspiraban sin duda en la realidad, en personas que hab¨ªan existido o hechos que sucedieron, pero la novela los incorporaba a un ¨¢mbito diferente de la realidad, que era la ficci¨®n: una realidad duplicada que no se correspond¨ªa con la realidad emp¨ªrica excepto por analog¨ªa, como un mundo paralelo.
La direcci¨®n de la mejor novela del ¨²ltimo siglo ha sido la contraria. Ha optado por reducir cada vez m¨¢s el espacio vac¨ªo o hueco, de manera que ha ido acercando la novela como ficci¨®n de lo real y el relato de la realidad f¨¢ctica para acabar mostrando una invasiva forma de colonizaci¨®n de la realidad dentro de la novela.
La novela se est¨¢ haciendo en muchas lenguas ¡ªingl¨¦s, alem¨¢n, franc¨¦s, espa?ol, noruego¡ª como sustituci¨®n de la realidad, como suplantaci¨®n de la realidad, y no aspira a fingir como ficticio lo que cuenta sino a fingir como real lo que es real. Necesita de las armas de la novela de ficci¨®n para hacer real lo que ya es real, como si el ¨²nico m¨¦todo convincente para hacer real lo que ya es real fuesen los mecanismos de la novela de ficci¨®n.
Sempr¨²n desarroll¨® este juego antes que casi todos, o desde una forma de libertad ag¨®nica que explica esa extravagante naturaleza de su primer y gran libro, El largo viaje. Pero no abandon¨® el mecanismo tampoco treinta a?os despu¨¦s, cuando se adiestr¨® a algo m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa y que se parece mucho a lo que he descrito en el p¨¢rrafo anterior. Federico S¨¢nchez se despide de ustedes (1993) es una novela que no incluye ficci¨®n alguna pero s¨ª se arma y concibe desde los mecanismos, recursos y t¨¦cnicas de la ficci¨®n aunque no haya ¨¢nimo de ficci¨®n sino de novela.
Rele¨ªda a veinte a?os de su publicaci¨®n, aparece como un luminoso an¨¢lisis de la primera ola de poluci¨®n pol¨ªtica que el PSOE hab¨ªa de vivir. Sempr¨²n escribe un a?o y medio despu¨¦s de abandonar el gobierno socialista porque Felipe Gonz¨¢lez le ha pedido el cese como Ministro de Cultura. Lo acuerdan ambos en septiembre de 1990 y se hace efectivo el cese en marzo de 1991 porque la invasi¨®n de Kuwait por Sadam Hussein aconseja ese aplazamiento en plena guerra.
La novela es levemente artificiosa, como todas las de Sempr¨²n, con los recursos de corte y confecci¨®n ostentosamente visibles. Pero a la vez contiene un espl¨¦ndido retrato del poder sin grumos de ficci¨®n en torno a las patolog¨ªas del PSOE y su antiguo guardi¨¢n de la noche, Alfonso Guerra. El relato es implacable y valiente, vengativo sin disimulo y sat¨ªrico con sa?a, pero lo mejor estaba por llegar o no hab¨ªa sucedido aun cuando escribe Sempr¨²n.
La novela se convirti¨® en pocos a?os en una suerte de profec¨ªa o de diagn¨®stico precoz en torno a las torpezas y las debilidades de la ¨²ltima legislatura socialista, con el jefe de la guardia civil fugado y graves imputaciones sobre el jefe del Banco de Espa?a, adem¨¢s de la difusi¨®n televisada de los cad¨¢veres del terrorismo de Estado del GAL. Sempr¨²n hab¨ªa adelantado la atm¨®sfera moral de un partido y su carcoma con una novela que contaba la verdad pol¨ªtica y la moral a la vez, instalado en la zona gris de las impurezas.
Jordi Gracia es profesor y ensayista.
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