La ¡®Obra¡¯ encubierta
El mensaje que me ha enviado el jefe de prensa en Catalu?a del Opus Dei, Miquel Codolar, me ha dejado totalmente sorprendido
La buena fe no es infalible y desde luego no equivale a una patente de corso. Igual que la paciencia es a veces una virtud, la santa paciencia se convierte en un vicio o una estrategia de conducta comodona y finalmente cobardemente inhibidora. Con la buena fe pasa lo mismo: el exceso de buena fe es una forma defectuosa de credulidad y ego¨ªsmo disfrazado de virtud.
No sal¨ªa de mi asombro al abrir el mensaje enviado por el jefe de prensa en Catalu?a del Opus Dei, Miquel Codolar. Amablemente me invitaba a recibir la respuesta en privado y en persona a las preguntas que formul¨¦ en p¨²blico hace unos d¨ªas en estas mismas p¨¢ginas. Mis recelos nacen de mi formaci¨®n hist¨®rica: el Opus Dei constituy¨® una fuerza pol¨ªtica, financiera y medi¨¢tica potent¨ªsima y visible, casi espectacular, durante al menos dos d¨¦cadas, los a?os sesenta y setenta. Y sin embargo hoy parec¨ªa haber perdido fuelle y fuerza, como si fuera ya solo una instituci¨®n residual y careciese del poder y la influencia que tuvo. Como historiador y receloso ¡ªel historiador o es receloso o no es historiador¡ª sospechaba yo que hab¨ªa cambiado la estrategia de acci¨®n del Opus Dei, escarmentado por la evidencia de que la sobrexposici¨®n medi¨¢tica hab¨ªa perjudicado su imagen p¨²blica y optaba ahora por la estrategia contraria para cumplir mejor su apostolado en la tierra del poder.
Pese a la radiante buena fe del mensaje del jefe de prensa, no sal¨ª de las dudas. Insisti¨® en vernos personalmente, e insist¨ª en pedirle los enlaces, los t¨ªtulos, los reportajes o los informes que permitiesen conocer con alguna fiabilidad los ¨¢mbitos en los que el Opus ten¨ªa una presencia relevante, regular o solo testimonial. De ese modo, no solo saldr¨ªa yo de dudas sino todos: el Opus Dei podr¨ªa elegir la transparencia de buena fe y explicar d¨®nde propaga sus convicciones, qu¨¦ utiliza para difundirlas ben¨¦ficamente y sobre qu¨¦ pivotes materiales gira su apostolado espiritual.
No debi¨® parecerle el mejor medio de santificar el trabajo porque el tercer mensaje del jefe de prensa era otra amable embestida contra mi buena fe: me propon¨ªa entrar en diversos enlaces de la web que me adjuntaba. Y ah¨ª es donde se torci¨® toda la buena fe m¨ªa, la suya y la del sursum corda porque esos enlaces enviaban a la p¨¢gina promocional del Opus ¡ªqui som, preguntes m¨¦s freq¨¹ents (precisamente), etc¡ª-. Codolar ejerc¨ªa de jefe de ventas y de m¨¢rketing en la misma figura. Pas¨¦ a estar entonces convenientemente informado de qu¨¦ leer en verano, pude seguir los pasos del beato Josepmaria (que era aragon¨¦s) y aprender a crecer como familia para aprovechar el verano, todos muy juntos. Por supuesto, en ninguno de esos enlaces llegaba la menor noticia sobre la actividad institucional o empresarial o medi¨¢tica del Opus Dei, de modo que no quedaba m¨¢s remedio que pensar que Miquel Codolar se choteaba discretamente de m¨ª o bien que fing¨ªa no haber entendido mi demanda de informaci¨®n.
La opacidad y el encubrimiento son la estrategia del Opus Dei en la sociedad de la comunicaci¨®n y la transparencia, lo cual no deja de ser la mejor met¨¢fora de la ¨¦tica reaccionaria y ocultista que practica la secta. Los libros que mejor la cuentan son los de quienes abandonaron la disciplina del Opus y lograron escapar a ella con violencia moral y dolor personal. Cuando ya no segu¨ªa sus doctrinas, mi padre, Vicen?, escribi¨® una novela con un retrato brillante de la personalidad de Escriv¨¢, En nombre del padre, con un pr¨®logo suculento de V¨¢zquez Montalb¨¢n (y la editorial, Bruguera, se acab¨® al a?o siguiente). Algunos de los testimonios m¨¢s espeluznantes sobre el rencor y la venganza que practica la Obra con sus desertores est¨¢n en las palabras del arquitecto Miquel Fisac o en las de una mujer que abandon¨® una secta profundamente mis¨®gina y tuvo el coraje de contarlo incumpliendo la doctrina del encubrimiento y la opacidad, Mari Carmen Tapia, Tras el umbral. Una vida en el Opus.
De momento, ese libro y algunos de los trabajos de historiadores, han servido para saber qu¨¦ fue el Opus Dei. Pero hoy la Obra sigue encubierta y yo, en cambio y de buena fe, sigo convencido de que debe de haber razones leg¨ªtimas y p¨²blicas para defender la buena obra de la Obra, pero d¨®nde est¨¢n, se?or, d¨®nde est¨¢n.
Jordi Gracia es profesor y ensayista.
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