Atardeceres salados
En Alaior (Menorca) se esconden yacimientos talay¨®ticos y Son Bou, la playa cristalina m¨¢s extensa de la isla. Este fin de semana estall¨® la alegr¨ªa con las fiestas de Sant Lloren?
Si has nacido en una isla del Mediterr¨¢neo que fue refugio de navegantes, en verano descubres un momento del d¨ªa en el que cielo, suelo y mar se funden en un solo elemento. El atardecer es un instante m¨¢gico en Menorca.
La isla, asomada a calas y acantilados, se transforma a la hora del crep¨²sculo. El sol adquiere tonalidades rojas, intensas. Sus destellos pugnan durante unos minutos con el mar hasta desaparecer entre las olas. Las barcas regresan a puerto. Y todos los habitantes de Menorca, animales incluidos (hay m¨¢s de 10.000 vacas y 2.800 equinos, seg¨²n el Consell Insular), se estremecen por un momento mientras la luz se debilita.
Menorca mide apenas 45 kil¨®metros de punta a punta pero guarda muchos rincones, cientos, a los que escaparse para ser parte del arrebol. Cada d¨ªa es diferente porque la naturaleza sigue siendo salvaje a pesar del turismo.
Entre Levante y el centro de la isla no hacen falta catalejos ni prism¨¢ticos para ver caer el sol sobre los empedrados. Desde lo alto del campanario de la iglesia Santa Eul¨¤lia, alzada en lo alto de un cerro, puedes recorrer con la mirada la mayor¨ªa de callejuelas, parques y plazas de Alaior. Es la tercera poblaci¨®n de la isla. El rey Jaume II orden¨® fundar el municipio en 1304 en lo que fue una alquer¨ªa isl¨¢mica. Predominan las cuestas, much¨ªsimas y empinadas, adem¨¢s de las macetas con flores colocadas en los portales. Ya hay casi ?10.000! personas empadronadas. Todos nos conocemos.
COMER, DORMIR Y VER
D?NDE COMER
Restaurante Es Festuc. (Es Carrer¨®, 38, Alaior). Tel¨¦fono: 971379382.
D?NDE DORMIR
Hotel Torralbenc. (Ctra. Ma¨®-Cala'n Porter, Km.10). Tel¨¦fono: 971377211
QU? VER
Mercat de Nit. Se realiza cada mi¨¦rcoles de verano con venta de productos de la tierra y actuaciones musicales. El poblado talay¨®tico de Torre d'en Galm¨¦s y el de Torralba d'en Salord. Y la Necr¨®polis de Calescoves o la Bas¨ªlica paleocristiana en la playa de Son Bou.
Como anta?o, los ni?os juegan en la plaza del Ramal. Ancianos y j¨®venes hacen tertulia en Ca Na Divina o en el bar Escacs. Los domingos te despiertan las campanas de la iglesia doblando a todo trapo. Hay afici¨®n por la caza de perdices, la h¨ªpica, la pesca y la ¨®pera. De hecho, cada agosto el vecino m¨¢s famoso del pueblo, el bajo bar¨ªtono Sim¨®n Orfila, organiza un concierto ben¨¦fico. El lunes d¨ªa 8 actuaron junto a Sim¨®n la soprano Yolanda Auyanet y el tenor Celso Albelo. Artistas de primer orden a los que puedes escuchar saliendo de casa y caminando tan solo ?dos minutos!. El concierto atrae tanto p¨²blico que se instala una pantalla al aire libre Dalt es Foss¨¤, muy cerca de lo que fue un refugio durante la Guerra Civil. Sim¨®n organiza la velada coincidiendo con la semana grande de Alaior: Las fiestas de Sant Lloren?, en la que los caballos (unos 80), son los protagonistas.
La alegr¨ªa estall¨® este fin de semana con los tradicionales jaleos. Pero, en realidad, los preparativos y los actos se suceden en cadena ya durante los d¨ªas anteriores. Las casas y las calles se engalanan, se mezcla la pomada (gin Xoriguer con limonada) y se cocinan pastas t¨ªpicas; pastissets, formatjades, rubiols...La felicidad va en aumento, se contagia conforme se acerca el estallido de la fiesta. Todo, aderezado con las l¨¢grimas de Sant Lloren?. Alguna cena con sabor a brisa marina, alg¨²n ba?o nocturno, tumbarse alzando la vista hacia el horizonte estrellado, son detalles que forman noches para el recuerdo.
El viernes, con el preg¨®n, queda inaugurado oficialmente Sant Lloren?. A partir de ah¨ª todo el fin de semana los vecinos actuamos siguiendo a rajatabla lo que nos ense?aron los abuelos: Totes ses deixades s¨®n perdudes (Todo las oportunidades que dejas pasar, se pierden). Es momento de risas y reencuentros. Solo necesitas vestirte con unas bambas, unos pantalones cortos y una camiseta, lo m¨¢s viejo que tengas. El s¨¢bado por la tarde se forma la qualcada. Tambi¨¦n montan a caballo un edil del Gobierno local y un sacerdote. Pero a mi el d¨ªa que m¨¢s me gusta es el domingo por la ma?ana. Mis padres no nos dejan salir de casa a mi hermano Vicent y a mi sin haber desayunado chocolate deshecho con coca bamba, por lo que pueda pasar despu¨¦s. Tras la misa se realiza de nuevo el jaleo. Es una danza hechizante en la que el animal intenta tocar el cielo suspendido entre el gent¨ªo. Al final, terminas con arena hasta las rodillas y totalmente mojado porque por cada pomada que compras adquieres tambi¨¦n un botell¨ªn de agua. Llega un momento en el que ya no sabes si te tiran agua encima los amigos del colegio, los amigos de tus padres, o t¨² mismo en un despiste.
La tarde termina con la banda de m¨²sica tocando una samba y todo el pueblo salta, se abraza y baila.
Pero Alaior es mucho m¨¢s que Sant Lloren?. El poeta Pon? Pons escribe sus versos desde Alaior. En el municipio se crean quesos tan refinados como el de Torralba, o las banyes de la pasteler¨ªa Ca¡¯n Sintes. Tambi¨¦n tenemos la f¨¢brica de calzado Pons Quintana.
En la localidad, adem¨¢s, hay un gran n¨²mero de yacimientos arqueol¨®gicos. Los m¨¢s importantes son el poblado talay¨®tico de Torre d'en Galm¨¦s y el de Torralba d'en Salord. Tampoco hay que perderse la Necr¨®polis de Calescoves o la Bas¨ªlica paleocristiana situada en un extremo de la playa de Son Bou. Precisamente Son Bou, junto a Cala en Porter (est¨¢ all¨ª la Cova den Xoroi), forman los n¨²cleos mar¨ªtimos y tur¨ªsticos de Alaior. La playa de Son Bou, con sus aguas cristalinas, es el arenal m¨¢s grande de Menorca. Hay calas m¨¢s apartadas como Calescoves, Cala Llucalari o la Cala de Sant Lloren?. Son lugares rec¨®nditos que esconden leyendas y restos de naufragios. Enclaves que invitan a perderse y disfrutar de otro atardecer m¨¢gico en Menorca. Crep¨²sculos ba?ados, como la lengua que hablamos, en sal.
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