Incendiario

El jazz siempre ha estado abierto a otras m¨²sicas, cercanas o no. Y entre ellas la m¨²sica latina ha tenido un peso especial ya desde los albores del pasado siglo cuando Louis Armstrong interpretaba El manisero. Mucho ha llovido desde entonces y mezclas y mestizajes los ha habido de todos los colores pero ninguno ha significado una aut¨¦ntica revoluci¨®n. A pesar de trabajos hist¨®ricamente remarcables no dejaron de ser dos m¨²sicas que se entend¨ªan a la perfecci¨®n sin llegar nunca a ser una sola m¨²sica.

El verdadero cambio, a¨²n no se puede hablar de revoluci¨®n pero todo est¨¢ por ver, ha llegado con algunos m¨²sicos latinos (sucede igual con alg¨²n interprete indio) que viven el jazz con la naturalidad de su origen pero sin buscar mestizajes. En la primera l¨ªnea de ese peque?o grupo que est¨¢ consiguiendo que el jazz suene diferente sin dejar de ser jazz est¨¢ el saxofonista portorrique?o David S¨¢nchez. Y el mi¨¦rcoles en el Festival Mas i Mas ofreci¨® una muestra irrefutable de esa nueva v¨ªa que, en realidad, no pretende serlo. Nada de latin-jazz, simplemente jazz pero creado con alma latina.

David S¨¢nchez regres¨® a Barcelona con un s¨®lido cuarteto en el que destacaron por igual el pianista Lu¨ªs Perdomo, siempre inventivo, y el bater¨ªa Ej Strickland, un portento r¨ªtmico. Una base segura sobre la que el saxofonista pudo volar alto ofreciendo una m¨²sica tan directa como cargada de matices. Sugerente y seductora, por momentos sensual, en otros claramente provocativa. Jazz complejo pero servido con una sencillez apabullante, sin aspavientos y los resultados fueron claramente incendiarios.

La mayor parte del concierto se centr¨® en temas originales, alguno todav¨ªa en fase de experimentaci¨®n, seg¨²n explic¨® el saxofonista, lo que salpiment¨® una actuaci¨®n que en ning¨²n momento cay¨® en la rutina.

El concepto musical de S¨¢nchez es su mejor baza pero su sonoridad con el saxo tenor no le va a la zaga. Un sonido amplio, profundo e hipn¨®tico que se engancha en la cercan¨ªa que propone Jamboree y se magnific¨® al prescindir de la amplificaci¨®n. Un aut¨¦ntico placer poder escuchar a un saxofonista como este sin mediar artilugios electr¨®nicos.