Los ataques al ganado de lobos y perros asilvestrados se han disparado desde 2014
La sierra del Rinc¨®n y el Valle de Lozoya est¨¢n entre las zonas m¨¢s afectadas
Los ataques de lobos y perros asilvestrados al ganado registrados en la Comunidad de Madrid se han multiplicado por m¨¢s de seis en los ¨²ltimos a?os: pasaron de 18 en 2012 y 15 en 2013 a 54 en 2014 y a 91 en 2015, seg¨²n los datos de la Consejer¨ªa de Medio Ambiente. Y este a?o ser¨¢n todav¨ªa m¨¢s, pues ya hay contabilizados 138 (aunque este cifra incluye por primera vez los ataques de buitres, que representan en todo caso un porcentaje muy peque?o). Mientras los ganaderos se?alan como puntos negros la sierra del Rinc¨®n y el Valle de Lozoya, la Consejer¨ªa no ofrece ninguna explicaci¨®n al fuerte incremento, pero insiste en que el n¨²mero de animales muertos (su cifra var¨ªa en cada ataque) no ha crecido este a?o: van 191 y el a?o pasado fueron 262.
¡°Nos ha cambiado la vida¡±, cuenta ?lvaro Mart¨ªn, ganadero de 42 a?os en Puebla de la Sierra, un peque?o municipio en plena sierra del Rinc¨®n, en el extremo norte de la Comunidad de Madrid. En su cooperativa cuidan desde hace 16 a?os de cabras y ovejas, pero ya no pueden tenerlas largas temporadas en lo alto del Puerto de Puebla o en Pe?alacabra, pues ahora les obligar¨ªa a pasar las noches con ellas y con perros mastines para evitar los ataques a sus animales.
Lo han estado haciendo hasta hace 15 d¨ªas, ¡°pero no compensa¡±, dice Mart¨ªn. Desde hace tres a?os, cuando les atacaron por primera vez, han perdido cuatro animales y otros han resultado heridos; como una de las cabras que se recupera ahora mismo de un mordisco en el gaznate. Y cuando se le pregunta, no tiene duda: ¡°Son lobos, lo sabemos, los hemos visto¡±.
La Comunidad de Madrid no distingue en sus estad¨ªsticas entre los ataques de lobos y de perros asilvestrados y ofrece indistintamente indemnizaciones a los ganaderos v¨ªctimas de ambos; por eso existe el recuento de ataques, porque han de estar certificados por los agentes forestales de la Comunidad. Y, como este a?o tambi¨¦n se prev¨¦n ayudas por las agresiones de buitres, tambi¨¦n se incluyen en las cifras.
Mar¨ªa ?ngeles Nieto, de Ecologistas en Acci¨®n, insiste en que lo primero que tendr¨ªa que hacer el Gobierno regional es distinguir entre los ataques de lobos y los de perros asilvestrados, porque si son los primeros, al tratarse de una especie protegida al sur del Duero habr¨¢ que actuar de una manera y, si son los segundos, de otra muy distinta. ¡°Creo que existe un problema con los perros de caza, pues muchas veces se abandonan o se pierde una parte de las rehalas [grupo de perros utilizado para la caza] que ni siquiera se busca despu¨¦s de la monter¨ªa. Y se trata de perros que saben cazar¡±, asegura.
Sin embargo, los ganaderos insisten en que la culpa es de lobos; ahora viven tres grupos reproductores, unos 25 ejemplares, en la Sierra Norte. Ram¨®n P¨¦rez de Ayala, t¨¦cnico responsable del Programa de Especies de WWF Espa?a, explicaba hace unos d¨ªas a la agencia Servimedia que ¡°sus poblaciones han aumentado y muchos de ellos se ven obligados a recuperar parte de sus antiguos territorios donde poder asentarse¡±.
Ayudas econ¨®micas
El presidente de la Uni¨®n de Agricultores y Ganaderos de la Comunidad de Madrid (UGAMA), Alfredo Berrocal, cree que en los ¨²ltimos a?os ha aumentado la presencia, pero asegura que adem¨¢s se trata de que antes se pagaban ¡°unas indemnizaciones de miseria¡±, por lo que a los ganaderos no les merec¨ªa la pena hacer los tr¨¢mites necesarios para solicitarlas. As¨ª, se?ala, a medida que han mejorado las ayudas, han crecido las denuncias todav¨ªa m¨¢s r¨¢pido. Aun as¨ª, entre 2011 y 2015 hubo 196 ataques registrados y 170 solicitudes de indemnizaci¨®n. El a?o pasado, estas fueron de 120 euros por ovejas o cabras (de 6 meses a 7 a?os) y de 1.200 en el caso de vacas de 1 a 10 a?os.
A medida que suban las indemnizaciones, advierten algunos expertos, habr¨¢ que tener cuidado con la picaresca que se ha detectado en otras comunidades: la Guardia Civil imput¨® recientemente a 20 ganaderos y guardas forestales por falsificar ataques a las reses para cobrar compensaciones en Asturias. En Madrid no se ha detectado ning¨²n episodio parecido ni hay, de momento, sospecha alguna.
Y, en todo caso, dice ?lvaro Mart¨ªn, el ganadero de Puebla de la Sierra, ¡°las indemnizaciones no son la soluci¨®n¡±. Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa, ganadero de tercera generaci¨®n en Pr¨¢dena del Rinc¨®n, al que le han matado este a?o (el curso se cuenta de octubre a octubre) cuatro novillos y le han herido a otros tantos, pregunta por los refugios para ganado en la sierra que prometi¨® en diciembre el consejero de Medio Ambiente, Jaime Gonz¨¢lez Taboada.
Tambi¨¦n les prometi¨® cubrir el 30% del importe de las p¨®lizas que contratan las explotaciones para cubrir los da?os causados por estos animales e indemnizar por los animales heridos, no solo por los muertos. Estas dos ¨²ltimas cuestiones, asegura la consejer¨ªa, se van a cumplir en la nueva orden de ayudas que se publicar¨¢ previsiblemente el mes que viene. En los refugios, a?ade una portavoz, est¨¢n trabajando, ¡°pero es complicado¡±, apunta.
Nuevas formas de trabajar
Convivir con el lobo requiere nuevas de trabajar, despu¨¦s de muchos a?os sin grandes depredadores en los que el ganado pod¨ªa andar tranquilamente por el campo. ¡°Implica un cambio de manejo, e incluso, un cambio cultural y de mentalidad¡±, dice Jos¨¦ Luis D¨ªaz, representante de CC OO de los agentes forestales madrile?os. De hecho, Alberto Fern¨¢ndez Gil, bi¨®logo y miembro de la Asociaci¨®n para la Conservaci¨®n y Estudio del Lobo Ib¨¦rico (ASCEL), asegura que hay zonas con m¨¢s lobos y menos ataques y viceversa, dependiendo de los manejos del ganado que se hagan.
Pero eso quiere decir, al menos en la Comunidad de Madrid, m¨¢s trabajo, nuevos actores (como la recuperaci¨®n de los perros mastines para defender los reba?os) y, quiz¨¢, ayudas distintas a las actuales. ?lvaro Mart¨ªn, por ejemplo, explica que en la sierra el pasto es cada vez m¨¢s escaso, con lo que hay que ir a buscarlo all¨¢ donde est¨¦, pero que ni ¨¦l ni sus compa?eros pueden estar las 24 horas de d¨ªa con el ganado. Adem¨¢s, se queja de los importantes gastos que le supone la alimentaci¨®n y los seguros de los 12 mastines que ha adquirido su cooperativa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.