Como espuma
El escritor e historiador mexicano reflexiona sobre el inminente cierre de la cervecer¨ªa Santa B¨¢rbara
La cervecer¨ªa Santa B¨¢rbara de la calle de Alcal¨¢, esquina a Goya, esa que ocupa la proa del edificio que llaman de las bolas, all¨ª donde qui¨¦n sabe cu¨¢ntas parejas se citaron para unirse y otras tantas para separarse, el lugar de las ca?as y tapas como referencia urbana, all¨ª en el cruce de dos arterias de ese coraz¨®n inmenso que llaman Madrid, esa cervecer¨ªa cierra sus puertas luego de 70 a?os de servicios bien cumplidos.
Berberechos y gambitas de Huelva, la tapa como colaci¨®n obligatoria y, s¨ª, las jarras, botellines, dobles o ca?as de oro l¨ªquido, all¨ª donde los madrile?os de cepa acostumbran decir: ¡°No vieras c¨®mo tiran aqu¨ª la cerveza¡±, peinando la espuma como quien pasa p¨¢gina al tiempo. Como una maqueta cuyas casitas se van quedando poco a poco sin colores, hay quien se queda mirando con pesar la fila de fantasmas vivos y muertos, mu?equitos a escala de lo que fueron en vida, que se acercan religiosamente a despedirse de los lugares emblem¨¢ticos de un Madrid que ya no existe o que se va quedando congelado en el oleaje de los pret¨¦ritos, el tiempo acumulado, encerrado en el coraz¨®n intacto que alguien acaba de descubrir en una vieja trinchera de la guerra.
Efectivamente, hubo quienes lloraron el cierre del Caf¨¦ Comercial y echan de menos sus mesas de l¨¢pida habiendo dejado de frecuentarlo hace d¨¦cadas y acostumbrados a sortear el caf¨¦ en c¨¢psulas instant¨¢neas o en Starbucks, y as¨ª tambi¨¦n hay quienes lamentan el cierre de Santa B¨¢rbara sabiendo que ha tiempo que no pasan ni con la mirada por la majestuosa arquitectura de su tri¨¢ngulo neomud¨¦jar.
Algunos confunden el nombre y le seguir¨¢n llamando la Cruz Blanca y quiz¨¢ dentro de un siglo, cuando quiebre la marca de ropa desechable que instalar¨¢ all¨ª mismo su en¨¦simo punto de venta, bisnietos dir¨¢n que hubo all¨ª la venta de cerveza a manos de camareros eternos, de uniforme blanco y elegantes modales.
Habr¨¢ razones contables que expliquen el naufragio de los viejos caf¨¦s y cervecer¨ªas, las tabernas y tascas de anta?o o la modernizaci¨®n de los brebajes, el cambio cal¨®rico en los caldos y bebidas espirituosas y ser¨¢n siempre contrarios a las sinrazones del alma y las locuras del recuerdo. Como espuma flotar¨¢, como polen sin tiempo, la invisible energ¨ªa de las conversaciones que se alargaron, las discusiones que no necesariamente terminan en pleito, los pactos inquebrantables, las miradas en silencio, las horas muertas de quienes navegaban m¨¢s de la mitad de los d¨ªas en libretas que se iban poblando de palabras¡ como espuma.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.