Un dentista, condenado a pagar 62.000 euros por grabar a su empleada en el vestuario
La demandante llevaba trabajando en la cl¨ªnica apenas tres meses cuando descubri¨®, por casualidad, que estaba siendo grabada mientras se cambiaba
Un juzgado de lo social de M¨®stoles ha condenado a un dentista de Alcorc¨®n a pagar 62.500 euros a una empleada a la que grab¨® semidesnuda. Ese es el montante que hab¨ªa solicitado la defensa en concepto de indemnizaci¨®n por da?os morales, al entender que se hab¨ªa vulnerado el derecho a la intimidad de la mujer, de 26 a?os. La demandante llevaba trabajando en la cl¨ªnica apenas tres meses cuando descubri¨®, por casualidad, que estaba siendo grabada en el vestuario en el que se cambiaba de ropa. Este peri¨®dico no ha obtenido respuesta del odont¨®logo para conocer su versi¨®n de los hechos.
La sentencia, fechada el 13 de octubre y recurrible ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, especifica que la demandante estaba contratada como recepcionista en la cl¨ªnica desde el 16 de noviembre de 2015. La empleada realizaba una jornada laboral de 20 horas semanales: de 16.30 a 21.00 de lunes a viernes.?
Antes de comenzar a trabajar, la mujer se pon¨ªa el uniforme en un peque?o almac¨¦n de la cl¨ªnica. El dictamen judicial narra c¨®mo en ese momento el dentista accionaba un aparato de grabaci¨®n. Lo encend¨ªa minutos antes de que su empleada se incorporara al trabajo y lo apagaba cuando la recepcionista sal¨ªa del improvisado vestuario. Lo hizo al menos en seis ocasiones.
En los v¨ªdeos que la defensa aport¨® en el juicio, y a los que EL PA?S ha tenido acceso, se observa a un hombre maniobrando con el aparato, aunque no se percibe su rostro. Instantes m¨¢s tarde, la demandante entra en la habitaci¨®n y se cambia de ropa. En algunos de ellos se observa a la empleada desnuda de cintura para abajo. En otro se escucha al dentista pronunciar la palabra bragas. Y a?ade: ¡°?Me puedo quedar? Me hace ilusi¨®n¡±. La pregunta obtiene un no rotundo por parte de la joven.
La demandante no tuvo constancia de lo que suced¨ªa hasta el 11 de febrero, tres meses despu¨¦s de incorporarse al trabajo. ¡°Me encontr¨¦ un USB negro en el suelo, cerca del mostrador. Lo enchuf¨¦ en el ordenador para ver su contenido y saber a qui¨¦n pod¨ªa pertenecer, con la intenci¨®n de devolverlo. Al abrir un archivo vi el almac¨¦n donde me cambiaba y a m¨ª misma semidesnuda; me descargu¨¦ algunos v¨ªdeos para demostrarlo¡±, explica la mujer.
D¨ªas m¨¢s tarde comunic¨® que no acudir¨ªa m¨¢s a su puesto de trabajo y denunci¨® el caso ante la polic¨ªa. Un mes despu¨¦s recibi¨® un burofax en el que su jefe la desped¨ªa ¡°por no superar el periodo de prueba¡±. ¡°Fue ¨¦l quien me ofreci¨® el trabajo porque nos conoc¨ªamos de la h¨ªpica. Lo he pasado muy mal, porque hab¨ªa una relaci¨®n de amistad y no me esperaba algo as¨ª¡±, relata.
Ahora a¨²n quedan pendientes otros dos juicios penales por el mismo asunto. El dentista podr¨ªa enfrentarse a una pena de c¨¢rcel de entre dos y cinco a?os.
Juan Jim¨¦nez-Piernas, abogado de la trabajadora, se?ala que ¡°el ¨¦xito¡± del caso radica en la estrategia procesal, ya que se solicit¨® la indemnizaci¨®n por v¨ªa laboral al existir una relaci¨®n de ese tipo entre ambas partes. ¡°Si hubi¨¦semos solicitado la indemnizaci¨®n por la v¨ªa penal, nos habr¨ªan dado 6.000 euros como m¨¢ximo¡±.
Una sentencia de r¨¦cord
La resoluci¨®n que obliga al dentista a pagar 62.500 euros es la de mayor cuant¨ªa registrada en Espa?a por un delito de derecho a la intimidad de un trabajador, seg¨²n la base de datos Aranzadi, especializada en informaci¨®n jur¨ªdica.
En abril de 2011, un juzgado de Barcelona conden¨® a una empresa a pagar 60.000 euros a un empleado al que, durante un reconocimiento m¨¦dico, se le realiz¨® una prueba del VIH sin su consentimiento.
En mayo de 2003, un juzgado de Oviedo conden¨® al presidente de un vivero a pagar 37.000 euros a una trabajadora por grabarla.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.