La oportunidad de Iceta
El conflicto con el PSOE dificulta el papel de puente que el PSC pretende ejercer entre Catalu?a y Espa?a
?s dif¨ªcil comprender por qu¨¦ raz¨®n una buena parte del movimiento soberanista catal¨¢n identifica refer¨¦ndum con independencia. C¨®mo si un refer¨¦ndum pudiera lanzar s¨®lo un resultado favorable a sus deseos. Hay bastantes indicios que apuntan al hecho que esta identificaci¨®n es un error y que la sociedad catalana est¨¢ dividida sobre este asunto en dos mitades de medida muy parecida. El ¨²ltimo es el sondeo reciente del Centre de Estudis de Opini¨® (CEO), que muestra un empate entre partidarios y contrarios de la independencia, aunque con una ventaja de los segundos de escasas d¨¦cimas.
Es un empate, que oscila en favor de unos u otros, pero con muy poco margen, una indefinici¨®n muy estable, valga la paradoja, y nadie sabe hasta cuando puede durar. La semana pasada, sin embargo, Miquel Iceta, el reelegido primer secretario del PSC, augur¨® de forma un poco solemne, enf¨¢tica, que si el gobierno de Puigdemont-
Junqueras mantiene sus posiciones actuales, se encamina no hacia la independencia sino hacia el fracaso, la frustraci¨®n y el desastre. El fracaso vendr¨ªa seg¨²n el dirigente socialista de haber ofrecido la independencia como una soluci¨®n milagrosa a todos los problemas y no haber conseguido ni independencia ni soluciones. El desastre resultar¨ªa de dividir la sociedad en mitades cada vez m¨¢s enfrentadas.
Iceta cree que este escenario es una oportunidad de oro para su partido. Lo ha explicado sin tapujos en el congreso del PSC y al comit¨¦ federal del PSOE y lo ha difundido en todos los foros posibles. El PSC sostiene que el di¨¢logo, la negociaci¨®n y el pacto que han sido el instrumento estrat¨¦gico del catalanismo en el ¨²ltimo medio siglo tienen todav¨ªa recorrido para incrementar el autogobierno. Est¨¢ tan convencido del papel de mediador que con estas ideas el PSC puede y tiene que jugar en esta coyuntura dif¨ªcil, que defenderlo lo trajo a enfrentarse a la mayor¨ªa del Comit¨¨ Federal del PSOE en la dram¨¢tica reuni¨®n en que el socialismo espa?ol decidi¨® permitir la investidura de Mariano Rajoy. El argumento de Iceta fue que por el PSC votar a favor de Rajoy, aunque fuera mediante una abstenci¨®n, equivale en el contexto catal¨¢n a decantarse en favor de uno de los responsables del conflicto y de la ausencia del di¨¢logo ¡°y entonces dejar¨ªamos de ser ¨²tiles para construir puentes¡±.
Refuerza esta posici¨®n el hecho que el sistema catal¨¢n de partidos se encuentra en plena transformaci¨®n desde el 2010 y en estos momentos de cambio, el PSC se encuentra, sin haberlo buscado expresamente, como casi la ¨²nica fuerza ¨²til para representar el universo social catalanista. ERC, el PDCat y la CUP forman el frente independentista. El PP y Ciutadans integran el frente del nacionalismo espa?olista, en versi¨®n s¨¦nior y j¨²nior, respectivamente. Dit en las palabras del mismo Iceta, ¡°la antigua CiU ha sido absorbida por el magma independentista, Uni¨® no ha conseguido representaci¨®n parlamentaria, y Iniciativa se encuentra en proceso de confluencia con otras fuerzas pol¨ªticas y sociales que todav¨ªa est¨¢n en la fase de definir su proyecto¡±. Qu¨¦ queda, pues, al escenario catal¨¢n? El socialismo catalanista y reformista, con su oferta de di¨¢logo, unidad civil y federalismo. Al menos, hasta que no se vac¨ªe la inc¨®gnita del nuevo partido impulsado por Ada Colau. Y mientras el PSOE no lo contradiga, como pretenden buena parte de sus dirigentes regionales.
Esta oportunidad llega al PSC, sin embargo, cuando vive sus horas m¨¢s bajas. Y no s¨®lo por su actual conflicto con el PSOE. El socialismo ha visto c¨®mo desde el 2010 su apoyo electoral se reduce elecci¨®n detr¨¢s elecci¨®n y no parece que sus expectativas tengan que mejorar. Los nuevos competidores se est¨¢n consolidando, con el efecto de reducir hasta l¨ªmites insospechados el espacio electoral anta?o indisputat. Si a los socialistas los votaran en las pr¨®ximas elecciones generales s¨®lo quienes seg¨²n el CIS est¨¢n actualmente decididos a seguir haci¨¦ndolo, obtendr¨ªan 37 diputados. O 55 si se los a?aden quienes todav¨ªa simpatizan con ellos. Estas magras expectativas propician un cierre del PSOE sobre posiciones cada vez m¨¢s cercanas al PP en el plan del nacionalismo: una sola naci¨®n, un solo partido socialista. Iceta lo tiene claro: el que m¨¢s lo horroriza es que la incapacidad de aceptar las diferencias y gestionar las discrepancias que ha demostrado el PSOE en su ¨²ltimo conflicto sirvan porque en Catalu?a ¡°mucha gente es capaz de convencerse que esto del federalismo no es viable y se acabe resignando a la independencia como una cosa inevitable¡±.
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