Intercambio de conocimientos

¡°Eso es una lechuga, a¨²n peque?a, pero ahora os voy a ense?ar c¨®mo se planta, que tiene su truco¡±. El que habla es Ram¨®n y no es agricultor de profesi¨®n. Es un septuagenario que naci¨® en una sastrer¨ªa. Tampoco es agricultor Juli¨¢n; antes de jubilarse era inform¨¢tico, pero tambi¨¦n forma parte del huerto urbano de ¡°los tomatines¡±, un proyecto que empez¨® en el instituto Miguel Catal¨¢n de Coslada hace tres a?os. Iniciativas entre generaciones como estas son m¨¢s que extraescolares para el centro. Todas las asignaturas tienen reflejo en alguna actividad de ¡°participaci¨®n y servicio¡±. Hoy tocaba Qu¨ªmica. Esta iniciativa, bautizada Generaci¨®n Inter, ha merecido el Premio Aprendizaje y Servicio, en la categor¨ªa de Secundaria y Bachillerato, apadrinado por Edeb¨¦.

¡°Yo antes era m¨¢s mala que los pulgones¡±, grita Atenea, de 15 a?os, desde la tercera fila de la clase de Matem¨¢ticas. Mar¨ªa Jes¨²s Luque, la profesora, asiente desde la palestra: ¡°O sea, las actividades de servicio te han ense?ado mucho¡±. Su conversaci¨®n atraviesa filas de pupitres, que hoy ocupan los alumnos de clase y varios pupilos que les multiplican la edad por seis. Estos mayores, casi todos en el proyecto de intercambio de saberes desde el principio, se acercaron al centro despu¨¦s de ver una nota en el tabl¨®n del Ayuntamiento de Coslada. ¡°A m¨ª me encanta estar con j¨®venes, me da vitalidad¡±, explica Juli¨¢n, ¡°ahora no solo mi familia se sabe mi nombre en Coslada, es que los alumnos se acuerdan de m¨ª¡±. Con ellos han participado en el huerto, jugado a videojuegos o visitado el Museo Arqueol¨®gico.

El director del centro, ?ngel Luis Garc¨ªa Ace?a, observa la estampa esquinado, con disimulado orgullo, queriendo confirmar que el premio est¨¢ cambiando esas vidas. ¡°Empezamos hace cinco a?os con un proyecto de voluntariado¡±, apunta, ¡°luego vimos que no solo gustaba, sino que lo demandaban; ahora tenemos 25 proyectos¡±. Planes en los que se intercambia saber y en los que los j¨®venes hacen de gu¨ªas. ¡°Ves cosas fant¨¢sticas¡±, cuenta Mar¨ªa Jes¨²s, ¡°como un alumno llegado de Rumania, Eduard, hablando en un museo en un idioma que acaba de aprender¡±.

La clave es que todas las vivencias formen parte de los planes de estudio. Cuando toc¨® estudiar la memoria hist¨®rica, por ejemplo, el colegio puso en contacto a j¨®venes y mayores para hacer un recetario. Los abuelos fueron sazonando sus men¨²s de posguerra con vivencias, y de aquello sali¨® un libro cuyos textos, fotos y dise?o hicieron los alumnos.

Dar cabida a tem¨¢ticas que generalmente no entran dentro de los planes de estudios es otra de las se?as de identidad del centro, que insta a sus escolares para que sean los que trabajen contra situaciones de acoso f¨ªsico o cibern¨¦tico, desigualdad de g¨¦nero o problemas de salud, por ejemplo. ¡°Lo que hacemos es formarles para que trabajen sus redes de apoyo social¡±, explica el director. ¡°Aqu¨ª tambi¨¦n aprenden cosas que les sirven para el mundo laboral, desde c¨®mo hacer una encuesta a preparar una asamblea¡±.

Pasar no es una opci¨®n; este modelo de participaci¨®n es obligatorio. Son precisamente estas estructuras las que se trasladan al modelo de aprendizaje y las que les han valido el premio que, cada hora, escucha sonar el timbre en el despacho de direcci¨®n.