Care Santos: ¡°Este pa¨ªs tiene unos cuantos perdones pendientes¡±
La escritora obtiene con 'Media vida' el 73? Premio Nadal
No hace mucho, Care Santos (Matar¨®, 1970) desempolv¨® su vieja m¨¢quina de escribir y se la mostr¨® a sus tres hijos, dos de ellos preadolescentes, que contrastaron teclados con los de hoy, pusieron papel en el carro¡ El episodio dom¨¦stico dice mucho de la escritora catalana: est¨¢ su pulsi¨®n por la escritura, que empez¨® con ocho a?os, y, por otro, la huella del pasado, uno de los hilos que cose su ya notable producci¨®n literaria y que tambi¨¦n aflora en Media vida, la novela con la que la pasada Noche de Reyes obtuvo el 73? Premio Nadal, convocado por Destino. ¡°Somos inexorablemente fruto de las cosas que nos han sucedi¨® y de la gente que, a lo mejor sin recordarla, se nos cruz¨® en el camino; y eso me interesa como persona pero tambi¨¦n como ciudadana, me preocupa que mis hijos entiendan el mundo¡±.
De esa inquietud c¨ªvica quiz¨¢ venga la reflexi¨®n sobre el perd¨®n, verdadero eje de la novela, que aparecer¨¢ (catal¨¢n y castellano) a principios de febrero. El perd¨®n sobre un suceso oscuro que viven cinco ni?as en un internado de monjas en la Espa?a de los 50 y que aflora en una cena de reencuentro 30 a?os despu¨¦s. Esta vez, la g¨¦nesis no est¨¢ en una de las historias que le contaba su abuela Teresa los domingos de peque?a sino ¡°en la experiencia de una cena que hice en casa con compa?eras de Primaria y un pr¨¦stamo de la memoria de mi madre, con esos internados con las ni?as pobres haciendo casi de criadas de las ricas, y esa educaci¨®n castradora, aunque sin historia truculenta¡±. Como argamasa, la lectura de un aforismo de La lectura como plegaria, del fil¨®sofo Joan-Carles M¨¨lich: ¡°S¨®lo se puede perdonar lo imperdonable¡±. ¡°Es un tema que me inquieta: pedir perd¨®n hoy est¨¢ de moda, pero es un perd¨®n solo de cara a la galer¨ªa; estamos m¨¢s preocupados por el gesto que por el significado; la sinceridad en el perd¨®n de hoy es cero; es algo que no se puede delegar y se hace, y si es sobre algo que tiene reparaci¨®n es absurdo pedirlo, m¨¢s vale arreglarlo¡±, sostiene.
En estos tiempos de la posverdad, ese gesto a¨²n queda m¨¢s en entredicho, para Santos: ¡°Al ignorarse los hechos como tales, como las cosas en el fondo no pasan, eso nos exonera de la incomodidad de pedir perd¨®n¡±. El perd¨®n, el olvido y la culpa, coordenadas de Media vida, son a¨²n m¨¢s ignotas en Espa?a: ¡°Este pa¨ªs tiene unos cuantos perdones pendientes, aunque ya no queden las v¨ªctimas; especialmente la Iglesia, que durante la Guerra Civil se fue con los malos¡±, dice citando a una de sus protagonistas. Santos es especialmente dura con ¡°una parte de esa iglesia, ese clero invisible¡ Soy ap¨®stata desde hace 10 a?os, desde las protestas por los matrimonios homosexuales¡±.
La novela transcurre durante la cena, que tiene lugar el 29 de julio de 1981, cuando se aprob¨® la Ley del Divorcio, que volvi¨® a enfrentar a las dos Espa?as. ¡°Es un anclaje hist¨®rico para las protagonistas, con las que quiero homenajear a las mujeres nacidas en los a?os 30, nunca valoradas: evolucionaron mucho a contracorriente de lo que les fue ense?ado¡±. A pesar de tener fama de ello, esta es la primera vez que construye, admite, una novela femenina: ¡°Los hombres son una an¨¦cdota aqu¨ª, pero un lector de verdad ver¨¢, independientemente de ello, humor y autocr¨ªtica, tampoco soy de las que soportan las novelitas dulces, y la autocomplacencia de sexo: somos tambi¨¦n muy insoportables y cierto feminismo se equivoca en c¨®mo trata a los hombres, ha hecho mucho da?o a la causa¡±, admite sin remilgos.
Santos garabate¨® sus primeros textos a los ocho a?os y a los 25 ya publicaba (Cuentos c¨ªtricos). Hoy tiene m¨¢s de una treintena de libros, bastantes en el Grupo Planeta, que en una estrategia endog¨¢mica usual ya la hab¨ªa catapultado con el premio Ramon Llull en 2014 por Deseo de chocolate y publicado su ¨²ltimo libro, Diamante azul, en la misma Destino (2015). ¡°Literatura es para m¨ª salvaci¨®n: de peque?a me rescat¨® de un aburrimiento gal¨¢ctico y fue mi ventana a un mundo paralelo que me gustaba m¨¢s que el m¨ªo; crear espec¨ªficamente uno a medida era un paso natural¡±, dice esta fan de la narrativa del XIX, con Turgeniev a la cabeza (¡°era una literatura pensada para seducir, sin el ensimismamiento de la autoficci¨®n de hoy¡±).
En la extensa producci¨®n de la autora de Habitaciones cerradas (2011, reci¨¦n adaptada en televisi¨®n), hay dos min¨²sculas obras de poes¨ªa. ¡°Son opera prima y poes¨ªa completa a la vez porque no har¨¦ m¨¢s: no soy suficientemente buena; escribo casi cada d¨ªa versos, cuando el alma me desborda; es lo m¨¢s cerca que estoy, como escritora, de esa chica de 16 a?os que fui; en las novelas quedas m¨¢s camuflada por el montaje¡±. Una tercera parte de sus ahora ya 12 premios proviene del campo de la narrativa juvenil. ?Hasta cu¨¢ndo podr¨¢ conectar con esos lectores? ¡°Son un term¨®metro real de tu capacidad de seguir seduciendo con la literatura, es como ir al gimnasio del oficio; el d¨ªa que los pierda me preocupar¨¦ como escritora¡±.
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