Joan Manuel Serrat, ¡®doctor¡¯ en Lleida

No era la primera vez que Joan Manuel Serrat se pon¨ªa el birrete y la toga para recibir un doctorado honoris causa. Lo hab¨ªa hecho ya en nueve ocasiones (cuatro en M¨¦xico, dos en Argentina y tres Espa?a y lo volver¨¢ a hacer dentro de dos meses otra vez en Argentina, en la Universidad de Rosario), pero esta vez no lo hizo en la solemne intimidad de un acto acad¨¦mico ni entre las cuatro paredes de un recinto universitario sino ante las m¨¢s de ochocientas personas que abarrotaban el auditorio Enric Granados de Lleida. Como si se tratara de un concierto de gala las invitaciones se hab¨ªan agotado con semanas de antelaci¨®n y mucha gente se qued¨® en la calle.

En la tarde del mi¨¦rcoles la Universidad de Lleida concedi¨® al cantautor barcelon¨¦s el doctorado honoris causa y la ceremonia se vivi¨® como un aut¨¦ntico acontecimiento ciudadano y, en realidad, lo fue. Una amplia presencia universitaria arrop¨® a Serrat en la investidura. "Cuando una universidad concede un doctorado honoris causa el honor es mutuo", explic¨® el rector Roberto Fern¨¢ndez D¨ªaz. "La universidad se siente todav¨ªa m¨¢s honrada".

Por la ma?ana, en rueda de prensa, Serrat explic¨® que lo viv¨ªa "como un acto de afecto y estimaci¨®n que es muy de agradecer cuando uno se acerca a una cierta edad. Todos los reconocimientos que he aceptado los vivo con gratitud y alegr¨ªa, los que no he aceptado no". Sobre la presencia de la canci¨®n popular en el ¨¢mbito acad¨¦mico el cantautor afirm¨®: "La universidad se ha abierto al mundo, a la realidad cotidiana, acerc¨¢ndose con naturalidad a ¨¢mbitos de la cultura popular que antes quedaban al margen". Por su parte, Fern¨¢ndez D¨ªaz matiz¨® que "la universidad no solo es conocimiento cient¨ªfico, es tambi¨¦n conocimiento en su aspecto m¨¢s amplio. La canci¨®n popular que a¨²na voz, poema y m¨²sica en tres minutos puede expresar los sentimientos m¨¢s profundos de la condici¨®n humana. Joan Manuel Serrat se ha convertido para millones de personas en la cr¨®nica sentimental de su propia vida. Nos ha cantado la vida como es y como a muchos nos gustar¨ªa que fuese y lo ha hecho siempre de una forma muy tierna, muy humana y muy sensible".

En esa misma rueda de prensa Serrat conden¨® en¨¦rgicamente el atentado de Manchester (por el que despu¨¦s se guardar¨ªa un minuto de silencio al inicio del acto acad¨¦mico). "Es un eslab¨®n m¨¢s de una cadena espantosa que no comenz¨® ayer. Estos atentados no se evitan aumentando las medidas de seguridad, es una guerra global en la que no hay visos de entendimiento entre los que podr¨ªan poner medidas para detener esta violencia".

Por la tarde, en el abarrotado auditorio, Serrat recibi¨® de manos de Fern¨¢ndez D¨ªaz el birrete (de un azul radiante ya que se trataba de un doctorado de letras), el anillo y los guantes blancos que le acreditan como nuevo doctor honoris causa.

Fern¨¢ndez D¨ªaz en su lectura biling¨¹e defendi¨® "que lo propio de los humanos es ser promiscuos en cuestiones musicales. De Marif¨¦ de Triana a Beethoven, de la Piquer a los Beatles, de Juanita Reina a Serrat todo es aceptable, todo debe ser bienvenido y bien escuchado".

En su discurso de aceptaci¨®n, y haciendo esfuerzos por no perder el birrete en el intento, Serrat dej¨® muy claro "no tener ning¨²n inter¨¦s en jubilarse" e inst¨® a la gente a cantar: "que no dejen de cantar, es una actitud muy saludable". Y los presentes le hicieron caso. La orquesta y coro de la universidad interpret¨® alguna de sus canciones consiguiendo en un momento determinado romper el r¨ªgido protocolo y que todo el mundo acad¨¦mico cantara al un¨ªsono Paraules d'amor (eso s¨ª: no se encendieron mecheros ni luces de m¨®viles).