Los ¡®gorrillas¡¯ aparcan en Chamber¨ª

Est¨¢n por todas partes. La Asociaci¨®n de Vecinos de Chamber¨ª denuncia que, en los ¨²ltimos meses, ha proliferado el n¨²mero de gorillas en sus calles. El problema no es nuevo, pero aseguran que sus m¨¦todos son cada vez m¨¢s sofisticados: ¡°Se han convertido en verdaderas mafias¡±. El Ayuntamiento explica que se hacen actuaciones de patrullaje disuasorio pero que los agentes municipales ¡°son sensibles con las situaciones de exclusi¨®n social que suelen estar asociadas al fen¨®meno¡±. En la mayor¨ªa de los casos, son emigrantes irregulares.

Los aparcacoches (se?alan las plazas libres a los conductores a cambio de unas monedas) suelen concentrarse en las calles de Juli¨¢n Romea, General D¨¢vila y General Asensio Cabanillas. La m¨¢s demandada es la del General Rodrigo: en 300 metros hay cinco gorrillas. La calzada es estrecha y de un ¨²nico sentido, pero permite estacionar en ambos lados, que est¨¢n pintados en azul. El conductor debe acudir a un parqu¨ªmetro del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) y expedir un ticket, que debe estar visible en el veh¨ªculo so pena de sanci¨®n econ¨®mica. ¡°Los conductores ya no cogen ticket. Dejan el dinero a los gorrillas para que lo administren. La agente del SER se ha convertido en una simple paseadora¡±, dice un vecino.

¡°Est¨¢n todo el d¨ªa, pero hay m¨¢s afluencia por la ma?ana porque en la zona hay hospitales privados¡±, subraya Pilar Rodr¨ªguez, presidenta de la asociaci¨®n de vecinos de Chamber¨ª. Este es un distrito de alto poder adquisitivo, por lo que la existencia de los aparcacoches es especialmente notable. La polic¨ªa municipal se?ala que los agentes no realizan denuncias espec¨ªficas por esta pr¨¢ctica ya que ¡°no hay ning¨²n art¨ªculo en ninguna ordenanza que se refiera espec¨ªficamente a ella¡±. Y a?ade: ¡°Cuando se realiza una denuncia es en base a la Ordenanza de Movilidad, que proh¨ªbe a cualquier ciudadano no habilitado realizar labores de control de tr¨¢fico o estacionamiento¡±.

Diez euros por 12 horas

La Junta de distrito ya trat¨® el tema en noviembre de 2016, pero de momento no hay soluciones. Es m¨¢s, el problema se ha incrementado. Lo recalca otro vecino que en ocasiones ha visto aparecer un coche de alta gama para organizar a los gorrillas. Explica que a los conductores que se niegan a dar monedas le ara?an el coche o se lo ensucian. ¡°Son peligrosos porque coaccionan¡±. Sin embargo, Manuel afirma que nunca ha tenido problemas: ¡°Si est¨¢n aqu¨ª es porque tienen que ganarse la vida de alguna manera¡±.

Es el caso de Moussa, un emigrante keniata que lleg¨® hace unos meses a Madrid tras cruzar el estrecho de Gibraltar en patera. Apenas habla unas palabras en espa?ol. Vive en la calle y consigue entre cinco y diez euros al d¨ªa por una jornada de 12 horas (de 9.00 a 21.00). Lo explica sentado en un banco mientras engulle unas tiras de bacon que acaba de comprar en un supermercado de la calle General Rodrigo. Son las 18.00 y afirma que es lo ¨²nico que ha comido durante el d¨ªa.