Valencia dedica una avenida al h¨¦roe olvidado de Par¨ªs

El militar republicano Amado Granell, el primer oficial aliado en liberar Par¨ªs de la ocupaci¨®n alemana, el h¨¦roe olvidado, tiene por fin una avenida en la ciudad de Valencia despu¨¦s de d¨¦cadas de ostracismo. Es una de las 51 calles de Valencia que cambiar¨¢n su nomenclatura con el fin de borrar todo rastro de exaltaci¨®n franquista de acuerdo con lo que establece la ley de Memoria Hist¨®rica.

El Consistorio comenz¨® el pasado s¨¢bado la instalaci¨®n de las placas rotuladas con las nuevas denominaciones de las calles? -convivir¨¢n durante un a?o con las antiguas-? casi una d¨¦cada despu¨¦s de que el Grupo para la Recuperaci¨®n de la Memoria Hist¨®rica facilitara una lista con 57 v¨ªas p¨²blicas con nombres que tuvieron que ver con el alzamiento militar de 1936, la posterior contienda civil y la dictadura.

Amado Granell,? protagonista de la portada del diario Lib¨¦ration en 1944,? da nombre a una gran avenida de la capital valenciana que desde 1959 estaba dedicada al General Urrutia o Gustavo Urrutia Gonz¨¢lez, "un colaborador necesario en la conspiraci¨®n golpista de 1936 y un militar destacado durante la guerra civil espa?ola", dice el informe de la Universitat de Val¨¨ncia que documenta el porqu¨¦ del cambio de nombre, seg¨²n establece la ley de memoria.

Otras calles ser¨¢n rotuladas con nombres de mujeres notables como la profesora Alejandra Soler, las pol¨ªticas Elena Just (feminista y anarquista valenciana), Federica Montseny (ministra de la Segunda Rep¨²blica), Pilar Soler (activista pol¨ªtica y feminista) o Rosa Estruch (maestra pol¨ªtica y concejal republicana). El callejero rinde homenaje al grupo de j¨®venes fusiladas por el r¨¦gimen franquista en Madrid en 1939 al bautizar con Trece Rosas una de las v¨ªas, y a Agust¨ª Centelles, el fot¨®grafo valenciano que retrat¨® la Guerra Civil.

Del mundo de la cultura salta a la gu¨ªa urbana de Valencia nombres como el Equipo Cr¨®nica, considerado entre los tres artistas valencianos m¨¢s importantes del siglo XX junto a Joaqu¨ªn Sorolla o Josep Renau, el escultor Andreu Alfaro, el Grup Parpall¨® o el pintor Joan Reixach. Otras calles tomar¨¢n nombres universales como el Cine, la Cultura, la Democracia, la Fotograf¨ªa, la Literatura o la Poes¨ªa.

En sentido contrario caen del mapa las calles dedicadas al hermano de Francisco Franco, Ram¨®n Franco Bahamonde, a Juan Antonio Valero de Palma (abogado y activista del Movimiento Nacional), el general Ib¨¢?ez Alonso o Federico Garcia Sanchiz (colaborador del movimiento golpista que culmin¨® con el alzamiento del 18 de julio de 1936).

"Por fin, Valencia deja de honrar en sus calles y plazas a la dictadura franquista y sale de la ilegalidad en la que le hab¨ªa sumido el PP al no respetar la ley de Memoria Hist¨®rica [aprobada en 2007]. Hace muchos a?os que el gobierno municipal deber¨ªa haber acabado con esta anormalidad democr¨¢tica", resume la concejal de Cultura de Valencia, Gl¨°ria Tello.

Valencia se reconcilia, aunque sea de un modo simb¨®lico, con su pasado republicano -fue capital de la Segunda Rep¨²blica entre noviembre de 1936 y octubre de 1937- con la redenominaci¨®n de medio centenar de v¨ªas p¨²blicas que, seg¨²n c¨¢lculos municipales, afectar¨¢n a 20.000 vecinos, que se ver¨¢n afectados por el papeleo administrativo que implica que tu domicilio cambie su nombre. Muchos se han quejado de las molestias que provocar¨¢n los cambios ante el Consistorio.

Mat¨ªas Alonso, del Grupo de Recuperaci¨®n de la Memoria Hist¨®rica se ha mostrado satisfecho de que "por fin Valencia tenga un callejero presentable". "Nos llena de orgullo ver el nombre de Amado Granell dando nombre a una avenida a la altura de su gesta", agrega.

Queda pendiente, en opini¨®n de Alonso, hacer justicia a figuras destacadas de la historia de Espa?a como el presidente Manuel Aza?a, al que el PP, cuando gobernaba la capital, concedi¨® una calle en la periferia de la capital o al escritor Juan Gil-Albert, "prohombre valenciano", cuya casa fue centro de reuni¨®n de los intelectuales republicanos.