Colas de hasta seis horas para votar en los colegios de Barcelona
Miles de barceloneses esperaban en filas que daban la vuelta a las manzanas y obligaron incluso a la Guardia Urbana a cortar calles
Miles de barceloneses, familias enteras, durmieron ayer en colegios electorales para evitar el cierre por parte de los Mossos d¡¯Esquadra. Y otros miles, muchos m¨¢s, tambi¨¦n ancianos, se pusieron el despertador a las cuatro de la madrugada, respondiendo a la llamada de blindarlos desde la calle a partir de las cinco. Ante los colegios que permanecieron abiertos ¡ªcon la gente pegada a las redes sociales y siguiendo la jornada y las cargas policiales con preocupaci¨®n¡ª se formaron inmensas colas, de hasta seis horas, que daban la vuelta a las manzanas y obligaron incluso a la Guardia Urbana a cortar calles.
?El ambiente a primera hora era de emoci¨®n. Por la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum que muchos ciudadanos esperaban. Y por la inc¨®gnita de c¨®mo, cu¨¢ndo y desde d¨®nde llegar¨ªan las urnas a los colegios. La mayor¨ªa llegaron a las escuelas, centros c¨ªvicos y de salud en coches particulares: llegaban, abr¨ªan el maletero y los concentrados hac¨ªan pasillos para que pudieran entrar en los equipamientos. En otros casos, las urnas estaban ya en los colegios. La gente core¨® ¡°Votarem!¡±, cant¨® Els Segadors, el himno de Catalu?a, mientras los organizadores de la votaci¨®n en cada colegio recordaban que, ante la presencia policial, hab¨ªa que mantener la calma, agruparse y no emplear la violencia en ning¨²n caso.
As¨ª fue cuando, todav¨ªa de noche, parejas de Mossos d¡¯Esquadra se presentaron en los colegios, levantaron acta y se marcharon como hab¨ªan llegado. La mayor¨ªa de colegios abri¨® m¨¢s tarde de lo previsto, por problemas inform¨¢ticos, mientras se formaban largas colas. En otros, abrieron pero los electores tuvieron que pasar un buen rato mientras los miembros de las mesas y el personal de la Generalitat lo solucionaban. Despu¨¦s de tantas horas de espera y tensi¨®n, los primeros votantes fueron aplaudidos al salir a la calle.
¡°Vengo a votar. Siempre ha sido mi colegio electoral¡±, explicaba pasadas las siete de la ma?ana Pere Omedes (62) junto al instituto Jaume Balmes de Barcelona, que a¨²n estaba cerrado. ¡°Quiero votar por el derecho a decidir. Ojal¨¢ puediera ser un refer¨¦ndum pactado. Hace 10 a?os yo no era independentista, pero estoy aqu¨ª por dignidad. He visto entrar a la Guardia Civil en mis instituciones¡±. El Jaume Balmes no lleg¨® a abrir para la votaci¨®n. Los antidisturbios (UIP de la Polic¨ªa) llegaron en dos filas por las calles adyacentes, retiraron a empujones a la gente que estaba frente a la puerta y se llevaron la urna entre gritos de los asistentes y l¨¢grimas de los adolescentes que hab¨ªan pasado la noche en el centro viendo v¨ªdeos y bailando danzas populares.
Omedes y su hermana, con varios vecinos m¨¢s que hab¨ªan pasado varias horas apostados bajo la lluvia junto al Jaume Balmes se desplazaron hasta el colegio de La Concepci¨®, situado a 500 metros. Este centro s¨ª abri¨®. Y m¨¢s de un centenar de personas en una cola que daba la vuelta al edificio aguardaban para votar junto a la puerta, situado en un callej¨®n peatonal.
Como en muchos otros puntos de votaci¨®n, durante parte de la ma?ana hubo problemas con la conexi¨®n a internet para el censo y distintos voluntarios reclamaban que no se usaran los m¨®viles. ¡°?Modo avi¨®n, modo avi¨®n¡±, gritaban los congregados para reclamar que se dejara de usar la red con los tel¨¦fonos. ¡°Esto va muy despacio. Necesitaremos paciencia y que traiga agua quien pueda¡±, ped¨ªa una de las participantes subida en un pivote. Cuando llegaban ancianos, abr¨ªan un pasillo y les aplaud¨ªan mientras entraban.
La familia Omedes acab¨® march¨¢ndose sin votar por las colas y se trasladaron a otro colegio. No fueron los ¨²nicos, hubo grupos del Guinard¨® que desplazaron al barrio de Sant Roc de Badalona, una zona donde el independentismo es minoritario. O vecinos de Sant Mart¨ª que cruzaron la ciudad en metro para ir a Cornell¨¤, donde los colegios tampoco estaban muy concurridos.
Gr¨¤cia, Sants y el Clot
Las zonas con las colas m¨¢s extensas fueron feudos independentistas como Gr¨¤cia, Sants o el Clot, y tambi¨¦n hubo mucha gente en el Eixample. En algunos de los colegios de Gr¨¤cia, como el Reina Violant, era imposible dar un paso a lo largo de la calle Trilla. La cola llegaba hasta Gran de Gr¨¤cia y, adem¨¢s, tampoco se iban los que ya hab¨ªan votado: ¡°es muy posible que vengan a mediod¨ªa a intentar llevarse las urnas¡±, explicaba un voluntario. Su indicaci¨®n fue seguida a rajatabla: de all¨ª s¨®lo se fue la gente mayor y los padres que hab¨ªan ido con ni?os peque?os.
Pero otros tambi¨¦n se hab¨ªan montado infraestructura de canguros: ¡°Los m¨ªos se quedan con una vecina, as¨ª no nos movemos¡±, explicaba Montse. Los que acompa?aban a personas de edad avanzada ten¨ªan pasillo de entrada asegurado. Y los aplausos al salir, tambi¨¦n. Los mossos no se vieron en muchos colegios de Gr¨¤cia. Y si estaban, como frente al Espai Jove de Fontana, se lo miraban como si no fuera con ellos. Parecida actitud ten¨ªa otra pareja de mossos apostada al lado de la Escola Industrial donde la gente, para animarse en la espera, alternaban cantos.
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