La irrupci¨®n de los dineros
Un inversor viendo unas im¨¢genes de cristales rotos y polic¨ªas pegando es razonable que piense en otros destinos para sus dineros
La econom¨ªa entra en escena y el conflicto catal¨¢n se da un ba?o de principio de realidad. Despu¨¦s de unos d¨ªas espesos, cargados de sentimientos fuertes: dolor, humillaci¨®n, orgullo, dignidad, y de solemnes discursos de confrontaci¨®n ¡ªdel Rey a Puigdemont¡ª que parec¨ªa conducir inexorablemente al episodio decisivo de la acci¨®n-reacci¨®n (declaraci¨®n unilateral de independencia y suspensi¨®n de la autonom¨ªa) los primeros signos de deterioro de la situaci¨®n econ¨®mica y la respuesta de los bancos a los avisos de la bolsa, que estaba en ca¨ªda desde el domingo, han trasladando la inquietud a otro territorio: las consecuencias para los bolsillos.
En la larga y desaprovechada espera que antecedi¨® al 1-O- se dec¨ªa que las puertas de la negociaci¨®n empezar¨ªan abrirse si a ambas partes les entraba el miedo a las consecuencias econ¨®micas del desencuentro y se insist¨ªa en que s¨®lo la alarma financiera podr¨ªa hacer que la Uni¨®n Europa interviniera. No estamos todav¨ªa aqu¨ª, pero de pronto los dineros se han abierto paso en una escena que estaba completamente dominada por la dial¨¦ctica de la amenaza y del juego de buenos y malos. Y, qui¨¦rase o no, algo se ha movido. ?Simple descenso de la temperatura despu¨¦s de unos d¨ªas de alta tensi¨®n o inicio de un cambio de clima? Pronto lo veremos.
En la sociedad de la comunicaci¨®n los mensajes tienen muchas caras. Y sigue siendo cierto que toda imagen depende en ¨²ltima instancia de c¨®mo la ve el que la mira, y las percepciones var¨ªan seg¨²n el contexto de cada cual. Las im¨¢genes de las cargas policiales del 1 de Octubre que difundi¨® la prensa mundial da?aron la imagen del gobierno espa?ol y primaron al soberanismo. Y esto fue lo que quedo para el debate pol¨ªtico. Ahora constatamos que tuvieron otros efectos: por ejemplo, la propagaci¨®n del miedo. Y los primeros datos se?alan que las reservas hoteleras han ca¨ªdo considerablemente en Barcelona, algo que no ocurri¨® cuando los atentados de agosto. Por supuesto, hay que restar el factor estacional. Pero el turista teme m¨¢s el conflicto pol¨ªtico, que se sabe cu¨¢ndo empieza pero no cu¨¢ndo termina, que un atentado que es ocasional y que se puede dar en cualquier otro destino tur¨ªstico. Un inversor viendo en la portada del Financial Times unas im¨¢genes de cristales rotos y polic¨ªas pegando es razonable que piense en otros destinos para sus dineros.
?Servir¨¢ esto para cambiar la din¨¢mica pol¨ªtica? ?Acercan estos miedos a la negociaci¨®n? ?Van entrar en juego los poderes econ¨®micos que hasta ahora parec¨ªan mirar los toros desde la barrera? Para que se avance, hace falta que el independentismo tome conciencia de que el deterioro de la econom¨ªa desmovilizar¨ªa a los suyos y que el gobierno espa?ol modere la respuesta. Ninguna de las dos cosas es evidente. Aunque, casualidad o no, el debate sobre los peligros de la declaraci¨®n unilateral de independencia vienen dominando desde el jueves el escenario medi¨¢tico independentista. Con voces poderosas reclamando que no se caiga en una tentaci¨®n que ser¨ªa suicida, porque, por su futilidad, no evitar¨ªa la frustraci¨®n de los m¨¢s aguerridos (que constatar¨ªan que nada cambia por el hecho de proclamar la rep¨²blica, salvo que la suspensi¨®n de la autonom¨ªa se acelerar¨ªa) y porque los riesgos de desmantelamiento del proceso ser¨ªan considerables. ?C¨®mo cambiar el paso sin desmotivar a los votantes? Las discrepancias entre los que creen que no hay que detenerse, fieles al infantilismo del cuanto peor, mejor, y los realistas que, a¨²n con dolor, piensan que toca frenar, existen. Hay que esperar que el principio de realidad las decante.
Desde la otra parte, cabe pensar que desde la intervenci¨®n del Rey el programa de m¨¢ximos est¨¢ lanzado. Y la pregunta es si hay tiempo y forma de detenerlo. Los errores en el intento de evitar que se votara el 1-O han tensado el gobierno. Desde luego es dif¨ªcil de entender que los servicios de informaci¨®n no detectaran el plan b del refer¨¦ndum. Y la presi¨®n de unas bases que piden m¨¢s sigue empujando. Los recelos entre las dos partes son tan grandes que puede que uno baje el pist¨®n y la otra parte no quiera enterarse. Y puede ser tambi¨¦n que el gobierno decida que con o sin declaraci¨®n de independencia no hay que desaprovechar la ocasi¨®n de hacerse con la autonom¨ªa y darle un baldeo. ?Lo evitar¨¢ el miedo al descarrilamiento econ¨®mico?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
M¨¢s informaci¨®n
Archivado En
- Opini¨®n
- Declaraci¨®n Unilateral Independencia
- Refer¨¦ndum 1 de Octubre
- Autodeterminaci¨®n
- Generalitat Catalu?a
- Catalu?a
- Refer¨¦ndum
- Conflictos pol¨ªticos
- Elecciones
- Gobierno auton¨®mico
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Comunidades aut¨®nomas
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Espa?a
- Proc¨¦s Independentista Catal¨¢n
- Independentismo