El ¡®otro¡¯ mundo del arte en los noventa

El arte importaba: durante la d¨¦cada de los ochenta lleg¨® cierta institucionalizaci¨®n al panorama del arte contempor¨¢neo espa?ol. Llegaron dos mastodontes art¨ªsticos como la feria Arco (en 1982) y el museo Reina Sof¨ªa (que comenz¨® su andadura 1988 como centro de arte y ya como museo nacional en 1992, el a?o milagroso espa?ol). Sin embargo, a muchos artistas madrile?os no les bastaba con esta apuesta a gran escala: "Nadie atiende a la creaci¨®n en Madrid, faltan centros de arte locales, estamos en una situaci¨®n de vac¨ªo", dice Tom¨¢s Ruiz-Rivas, miembro de las galer¨ªas Valgamedios, El Ojo At¨®mico y del proyecto Antimuseo.

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El recuerdo de los gestos

Y la ¡®performance¡¯ lleg¨® a Madrid

Ante estas carencias y con ganas de transitar caminos no explorados, comienza la efervescencia art¨ªstica de los noventa, siempre desde los m¨¢rgenes y la autogesti¨®n, como se recoge en la muestra La cara oculta de la luna, comisariada por el propio Ruiz-Rivas (que tambi¨¦n prepara un libro sobre el tema), abierta en CentroCentro hasta el pr¨®ximo 4 de febrero. Aqu¨ª se recoge mucha documentaci¨®n y 10 piezas emblem¨¢ticas del periodo (Cabina, de Jos¨¦ Manuel Rodr¨ªguez de C¨®rdoba para Poisson Soluble o Acumulaci¨®n de sucesiones de bandas de protecci¨®n de doble onda, de Manuel Lude?a para El Ojo At¨®mico).

De forma cronol¨®gica se suceden espacios, proyectos o grupos art¨ªsticos como Espacio P (pionero de la performance), La M¨¢s Bella (una revista que en cada n¨²mero era un objeto diferente, desde un delantal hasta una caja de Juegos Reunidos), Red de Lavapi¨¦s (que comenz¨® a denunciar la gentrificaci¨®n), Estrujenbak (de marcado car¨¢cter pol¨ªtico), Legado Social (con esp¨ªritu punk en torno al grupo de rap-metal Def Con Dos), Zona de Acci¨®n Temporal (un espacio para el arte marginal), Circo Interior Bruto (polipoes¨ªa, performance, happenings), Galer¨ªa Mari Boom (una propuesta ef¨ªmera en el subterr¨¢neo entre la calle Lagasca y el Retiro), colectivos como El Perro o la Ternura, espacios como El Almaz¨¦n de la Nave, adem¨¢s de los antes citados y un largo etc¨¦tera, hasta 40 iniciativas.

En el fondo, se trata de un nutrido colectivo de artistas que se van cruzando en diferentes proyectos que realizan muchas veces en s¨®tanos y garajes, puro underground: de ah¨ª lo de la cara oculta de la luna. "Cuando mi generaci¨®n comienza a dedicarse profesionalmente al arte, todo est¨¢ muy definido, y hay necesidad de encontrar nuevos lenguajes", dice el comisario. Respeto a los formatos, se pone en valor la instalaci¨®n, la performance, el videoarte, lo ef¨ªmero, el arte colaborativo, etc, frente a la pintura, que parec¨ªa el g¨¦nero consolidado en la posmodernidad. Respecto a las tem¨¢ticas la variedad es grande, aunque se detectan hilos transversales de humor, de cierto compromiso pol¨ªtico, imaginaci¨®n y transgresi¨®n. Sobre todo, autogesti¨®n.

La exposici¨®n abandona el relato en 2003, cuando Artistas Visuales Asociados de Madrid (AVAM) organiza el festival MAD.03 que sirvi¨® como una ef¨ªmera institucionalizaci¨®n del arte alternativo y en este caso como colof¨®n. "Me pareci¨® el momento adecuado para poner el cierre a la muestra", dice el comisario, "ya hab¨ªa una generaci¨®n por detr¨¢s que estaba abriendo sus nuevos espacios y tambi¨¦n llegaban nuevas instituciones como La Casa Encendida, Matadero o Medialab".

Y la cosa continua: en el Madrid actual sigue ardiendo aquella mecha y proliferan peque?os espacios art¨ªsticos aqu¨ª y all¨¢. "Existen espacios de arte de todo tipo y eso est¨¢ bien porque la complejidad de la sociedad actual no cabe en un museo. El 15M, adem¨¢s, se?al¨® que las instituciones no pueden gestionar todos los asuntos", dice Ruiz-Rivas. "Lo que ha cambiado son los problemas igual que ha cambiado la sociedad. La crisis ha influido y, por otro lado, ahora hay Internet: es m¨¢s f¨¢cil conectarse con todo el mundo, tambi¨¦n abrir canales de colaboraci¨®n. Antes todo era m¨¢s local".

Parece nacer en esta temporada un inter¨¦s por recuperar la historia del arte madrile?o en las ¨²ltimas d¨¦cadas. En el Centro de Arte Dos de Mayo (CA2M) han comenzado a explorar esta v¨ªa mediante exposiciones dedicadas al Espacio P, la obra de Miguel Trillo o la visita de Allan Kaprow a la Galer¨ªa Vandr¨¦s en 1975.