¡°Descubrir la verdad fue un alivio¡±
La Conquesta del Pol Sud vuelve con 'Claudia', la historia de una ni?a ¡®desaparecida¡¯ durante la dictadura argentina contada por ella misma
Mercedes fue una ni?a feliz (o eso crey¨® hasta los 21 a?os) en una familia acomodada de Argentina en los a?os 80 y 90. Hasta que descubri¨® que sus padres no eran sus padres, que las historias que hab¨ªa o¨ªdo de ni?os desaparecidos y a las que, bien educada, nunca hab¨ªa dado cr¨¦dito, eran ciertas y que ella no era Mercedes. Ella era Claudia. "Me quitaron la alfombra de mentiras que ten¨ªa bajo los pies", dice esta ingeniera de sistemas de 38 a?os, madre de una ni?a de ocho y de un ni?o de cinco.
Ahora cuenta su historia desde el escenario en Claudia (en el Teatre Nacional de Catalunya hasta el 10 de diciembre), una obra de teatro documental en la que Carles Fern¨¢ndez Giua y Eugenio Szwarcer (La Conquesta del Pol Sud) bucean en el drama de los ni?os desaparecidos en la Argentina dictatorial de en los a?os 70. Estrenada en el Grec de 2016, ha pasado por Catalu?a y, recientemente, por B¨¦lgica (Bruselas y Amberes). Es la segunda parte de una trilog¨ªa que empez¨® con Nadia (la narraci¨®n de una ni?a afgana que huy¨® de su pa¨ªs disfrazada de chico y ahora vive en Badalona) y que culminar¨¢, probablemente en el pr¨®ximo Grec, con una historia, igualmente en primera persona, sobre la identidad de g¨¦nero.
"Tras investigar sobre los refugiados, para la segunda pieza de la trilog¨ªa le d¨¢bamos vueltas a la idea de justicia", explica Eugenio Szwarcer. "Y las Abuelas de Plaza de Mayo me sacaron el caso de Claudia Poblete, que fue el que permiti¨® volver a juzgar a militares amnistiados, en una sentencia de la que se ha dicho, a nivel jur¨ªdico, que es una obra de arte". Carles Fern¨¢ndez Giua, director de la obra, reconoce que dieron con la chica en el momento oportuno: "Ella sent¨ªa que ten¨ªa que hacer o¨ªr su voz y nosotros, sin saberlo, la est¨¢bamos buscando a ella", comenta. "Empec¨¦ a charlar con ellos hace unos dos a?os sin imaginar ni de lejos que tendr¨ªa que subir a un escenario", explica Claudia. "Quer¨ªa encontrar mi voz en el relato de mi vida y eso era justo lo que me estaban proponiendo".
¡°Si me interpretara una actriz traicionar¨ªa el esp¨ªritu de la obra¡±, dice Claudia Poblete, protagonista real de la obra
"Ella tambi¨¦n es autora de la obra", dice el director. "Su aportaci¨®n es una garant¨ªa porque exploramos un territorio que no es ficci¨®n pero s¨ª tiene una estructura dramat¨²rgica, basada en la experiencia". Igual que Nadia, Claudia es un documento duro, dur¨ªsimo, en primera persona, puesto en escena con v¨ªdeos del viaje de los autores a los lugares de la historia, de im¨¢genes del lugar donde encerraron y torturaron a los padres de Claudia, de testimonios de las abuelas de la plaza de Mayo, de mapas del terror, de voces inc¨®modas.
La narraci¨®n de la protagonista es estremecedora. En noviembre de 1978 la arrancaron de sus padres cuando ten¨ªa ocho meses y se crio con un padre militar y una madre conservadora y sumisa. Nada quedaba m¨¢s lejos del imaginario de aquella ni?a que sus padres biol¨®gicos, dos revolucionarios condenados y muertos durante la dictadura de Videla. Fue su abuela, que trabaja en Abuelas de Plaza de Mayo, la que dio con ella. "Supe que mi familia biol¨®gica estaba ansiosa, ?llevaba 20 a?os esper¨¢ndome! Yo pensaba que todo eso de los desaparecidos no hab¨ªa existido, que era una mentira. Pero algo no cerraba en mi vida. Hab¨ªa algo raro". Eso que hab¨ªa, una verdad terrible, "fue un alivio" para ella. Claudia mantiene ahora un v¨ªnculo distante con sus apropiadores, una pareja mayor que ya cumpli¨® condena.
Claudia se mueve en escena, acompa?ada por Eugenio y por Carles, con soltura en un viaje emocional intens¨ªsimo. "Si no sintiera todo lo que cuento, si no fuera algo m¨ªo, algo verdadero, no podr¨ªa hacerlo", reconoce, insistiendo una y otra vez en que no es una profesional de las tablas: "Si me interpretara una actriz traicionar¨ªa el esp¨ªritu de la obra".
"Claudia tiene un contenido pol¨ªtico muy marcado y muy argentino", dice Fern¨¢ndez Giua. "Pero habla mucho tambi¨¦n de nosotros, del Estado en el que vivimos. La gesti¨®n de la memoria hist¨®rica en Argentina me da envidia [en 1985 el Tribunal Internacional de La Haya hizo los primeros juicios en el pa¨ªs sudamericano] porque en mi pa¨ªs esto no ha pasado". Claudia tambi¨¦n ve relaci¨®n entre el caso de su tierra y el de Espa?a: "Nosotros estamos muy orgullosos de la recuperaci¨®n de nuestra memoria hist¨®rica, pero hay que sostenerlo, no dejarlo, porque se podr¨ªa venir abajo. Solo se ha recuperado un poco de la verdad". Queda mucho por descubrir: "No me olvido de que todav¨ªa quedan 400 nietos con la identidad cambiada. Y me motiva pensar que esto que hacemos puede ayudar a encontrarlos".
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