El Supremo ahoga las esperanzas de las v¨ªctimas del ¡®caso Beb¨¦¡¯
El tribunal rechaza los recursos de las familias que fueron despojadas de sus hijos en un engranaje burocr¨¢tico por el que estuvieron imputados monjas y funcionarios de la Xunta
Era la ¨²ltima puerta a la que pod¨ªan llamar antes de intentarlo con el Constitucional, que admite un porcentaje insignificante de casos. Los dramas familiares que pueblan la Operaci¨®n Beb¨¦ de Lugo, que investig¨® presuntas irregularidades en los procesos de retirada de ni?os a sus progenitores por parte de la Xunta en pleno siglo XXI, se han dado de bruces con las pulidas puertas del Tribunal Supremo, que ni tan siquiera ha entrado a valorar la docena de sangrantes casos. Con un extenso fallo, los magistrados de la sala de lo Penal, en vez de bajar al horror vivido por las madres que no han podido volver a saber de sus beb¨¦s, ya adoptados por terceros, concluyen que no caben los recursos de casaci¨®n contra el archivo de la causa acordado en Lugo. Tambi¨¦n se apresuran a advertir de que con esta decisi¨®n "no se vulnera el derecho a la tutela judicial efectiva" que, como recuerdan, "no es absoluto y se presta a limitaciones impl¨ªcitamente admitidas".
A lo largo de siete a?os, desde que la juez Estela San Jos¨¦, entonces titular de Instrucci¨®n n¨²mero 3, orden¨® la entrada y registro en la delegaci¨®n de Menores en Lugo y en una residencia de monjas para madres desamparadas, casi una veintena de ni?os han crecido ajenos a la lucha desesperada de sus padres biol¨®gicos por recuperarlos despu¨¦s de que la Administraci¨®n se los quitase. Este proceso de retirada con vistas a la adopci¨®n fue, seg¨²n defienden las familias afectadas, en contra de su voluntad y bas¨¢ndose en una serie de informes oficiales que los progenitores siempre consideraron arbitrarios, forzados, parciales, subjetivos y falseados. En la causa, que pas¨® por las manos de varios magistrados hasta que la archiv¨® en 2016 Sergio Ordu?a, que no alcanz¨® a ver el delito, llegaron a estar imputadas unas 20 personas, fundamentalmente trabajadores de la Xunta y religiosas del Hogar Madre Encarnaci¨®n.
El sobreseimiento libre fue corroborado luego por la Audiencia Provincial, que poco antes hab¨ªa emitido un auto sobre la causa en el que s¨ª ve¨ªa "indicios de delito". Y por supuesto, tambi¨¦n bendecido por la fiscal¨ªa, que siempre se mantuvo en una postura contraria a una investigaci¨®n que avanzaba a trompicones. Por el juzgado no llegaron a pasar para prestar declaraci¨®n todos los protagonistas del sumario ni se realizaron todas las pruebas que los denunciantes reclamaban. Si la Operaci¨®n Beb¨¦ lleg¨® a donde lleg¨® fue sobre todo por el esfuerzo de los abogados de oficio de las familias afectadas, la inmensa mayor¨ªa con escasos recursos econ¨®micos y grandes dificultades para defenderse frente a unos engranajes burocr¨¢ticos para ellos endiablados.
Al Supremo llegaron ya solo recursos por siete de los 12 ramos (uno por familia despojada) en que se organiz¨® la causa, en un en¨¦simo intento de los letrados por mantener viva esa Beb¨¦ que los tribunales gallegos ya daban por muerta y enterrada. La decisi¨®n de dar la espalda a los recursos de casaci¨®n fue acordada por la sala de lo Penal el pasado d¨ªa 7 y fundamentada a lo largo de 15 folios. Ayer su sentencia empez¨® a ser notificada a algunos de los abogados de oficio. Mientras digieren la noticia todav¨ªa no han decidido si dar¨¢n el ¨²ltimo paso que les brinda la justicia espa?ola: presentar recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional.
Archivadas quedan, probablemente de forma definitiva, las escalofriantes diligencias sobre una madre v¨ªctima de una presunta mafia rusa que entreg¨® en adopci¨®n a su reci¨¦n nacido bajo amenaza; o la lucha de una mujer confinada para siempre en una silla de ruedas despu¨¦s de arrojarse al vac¨ªo en el hospital de Pontevedra, desesperada por haber firmado el consentimiento de adopci¨®n de su ni?a. Tambi¨¦n el caso de una argelina que dio a luz en la Mari?a lucense y declar¨® que firm¨® sin saber la entrega de su hija porque no entend¨ªa el castellano. O el de un padre al que ni se le pregunt¨® si consent¨ªa la adopci¨®n que hab¨ªa rubricado su esposa hospitalizada y supuestamente sedada con tres Valium 10 en Lugo. Y tambi¨¦n el de una madre a la que las trabajadoras sociales consideraron incapaz de criar a dos beb¨¦s sanos pero s¨ª apta para cuidar a dos algo mayores, uno de ellos dependiente como un beb¨¦. Como se?ala Amelia Saavedra, la abogada de esta supuesta v¨ªctima del sistema, la ni?a mayor y su hermano discapacitado no resultaban "nada apetecibles para las familias adoptantes".
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