Con nocturnidad y alevos¨ªa
El bar¨ªtono Leo Nucci vuelve a Madrid para recordarnos que sigue en plena forma con un recital ¨ªntimo de sal¨®n de palacio
Hubo un tiempo en el que la burgues¨ªa, verdadero poder emergente de la sociedad, nuevos arist¨®cratas sin bendici¨®n real, trasladaron la grandeza de los teatros a los salones de sus palacios. Entonces, en un tira y afloja por reunir en su casa a los mejores artistas del momento, nacieron las veladas musicales en la intimidad del hogar. Leo Nucci viene este lunes al Teatro de la Zarzuela a empeque?ecer la sala y llevarnos a la experiencia dom¨¦stica de un sal¨®n burgu¨¦s con una colecci¨®n at¨ªpica de canciones, arias y momentos instrumentales de la mano del pianista James Vaughan.
Los 75 a?os no le pesan a Nucci, al menos sobre el escenario, donde sigue demostrando un poder¨ªo arrebatador. Conocedor del esp¨ªritu pasional que hay que imprimir a las p¨¢ginas de la ¨®pera italiana ¡ªalgunos recordar¨¢n sus impecables interpretaciones de Cavalleria Rusticana y Rigoletto¡ª, el italiano viene a Madrid con una colecci¨®n de canciones y arias que dejar¨¢n sola ante el peligro su voz poderosa. Sumando a todo esto la idoneidad del escenario: el Teatro de la Zarzuela, coraz¨®n del Centro Nacional de Difusi¨®n Musical para su Ciclo de Lied, es una sala reconfortante y maravillosa para disfrutar de las voces desnudas y los pianos que quieren ser orquestas completas.
En el repertorio de este lunes encontraremos la limpia sonoridad del verismo italiano, pero tambi¨¦n la soberbia construcci¨®n musical de Rossini. Precisamente con Verdi arranca el recital con un Brindisi de elegancia postrom¨¢ntica, y acaba con el Rossini m¨¢s aut¨¦ntico encarnado en las p¨¢ginas de su Barbiere di Siviglia, a trav¨¦s del celeb¨¦rrimo Largo al factotum, un pulso a la energ¨ªa del cantante que revitaliza hasta al coraz¨®n m¨¢s abatido. Por el camino, disfrutaremos de obras de Puccini, Field, Buzzi-Peccia, Tosti y, por supuesto, m¨¢s Verdi y m¨¢s Rossini. Si necesitan agitar las emociones, este recital es imprescindible.
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