?Qui¨¦n se acuerda de las v¨ªctimas?
La extrema crispaci¨®n del ¡®proc¨¦s¡¯ se adue?¨® del duelo y dej¨® en el olvido los atentados de Barcelona y Cambrils
?Qu¨¦ fue de las v¨ªctimas de los atentados terroristas de Barcelona y Cambrils? ?Ha habido alg¨²n partido pol¨ªtico que, durante la campa?a electoral, haya recordado, siquiera con un minuto de silencio, a las 16 personas que murieron y a las 137 que resultaron heridas durante los atentados del 17 y 18 de agosto en Catalu?a? El vac¨ªo de las respuestas se convierte en desolaci¨®n para las v¨ªctimas y sus familiares, quienes ya el 26 de agosto ¨Cdurante la gran manifestaci¨®n de repulsa en Barcelona¡ª pudieron comprobar que la crispaci¨®n pol¨ªtica tambi¨¦n se adue?aba de su dolor. Decenas de simpatizantes independentistas, perfectamente organizados, aprovecharon la presencia del jefe del Estado y del presidente del Gobierno para convertir el duelo en una reivindicaci¨®n secesionista. Hasta el ex primer ministro franc¨¦s Manuel Valls se lamentaba hace unos d¨ªas en Barcelona del triste espect¨¢culo retransmitido al mundo entero: ¡°Aquel d¨ªa de agosto algunos aprovecharon para dividir, cuando ante el terrorismo todos tenemos que estar unidos¡±. Y, a partir de entonces, el silencio m¨¢s absoluto.
Cuatro meses y cuatro d¨ªas despu¨¦s, ni un ramo de flores recuerda en La Rambla la masacre perpetrada por el yihadista marroqu¨ª Younes Abouyaaqoub a bordo de una furgoneta. Solo en la corteza de algunos ¨¢rboles a¨²n se puede leer el viejo lema: ¡°No tenemos miedo¡±. Una frase a modo de conjuro que no comparten algunos de los familiares de las personas heridas en los atentados.
Miedo y abandono
16 muertos en Barcelona y Cambrils
A las 16.57 del 17 agosto, Younes Abouyaaqoub, de 22 a?os, dio un volantazo a la furgoneta que conduc¨ªa por la calle de Pelai de Barcelona y accedi¨®, a toda velocidad, a La Rambla embistiendo ¡ªdurante casi 500 metros¡ª a decenas de personas. Ese d¨ªa murieron 13 personas y 131 resultaron heridas. Diez d¨ªas m¨¢s tarde muri¨® una de las heridas. Abouyaaqoub consigui¨® huir, recorri¨® media ciudad a pie hasta llegar a la zona universitaria, donde acuchill¨® mortalmente a un joven al que le rob¨® el coche. Horas despu¨¦s del atentado de la Rambla, a la 1.15 del 18 de agosto, cinco terroristas atropellaron a seis peatones en Cambrils (Tarragona). Los cinco fueron abatidos por los Mossos, pero en la huida asesinaron a una mujer que caminaba por el paseo mar¨ªtimo.
¡°Yo s¨ª tengo miedo. Nos hemos sentido y nos seguimos sintiendo abandonados. Ni siquiera en los primeros momentos se ocuparon de nosotros...¡±, dice uno de ellos.
Sus familiares estaban paseando por La Rambla cuando fueron arrollados por la furgoneta: ¡°Uno entr¨® en el hospital con varias contusiones, pero el otro en coma. Es un milagro que est¨¦ vivo¡±. Cuenta que, en un primer momento, s¨ª recibi¨® la visita de una enviada del Ministerio del Interior, pero que despu¨¦s ni el Gobierno ni la Generalitat ni el Ayuntamiento de Barcelona se pusieron en contacto con ellas. Fue cuando, a trav¨¦s de las redes sociales, se enter¨® del tel¨¦fono de la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo (AVT) y llam¨®. Natalia Moreno, doctora en Psicolog¨ªa y gerente de la AVT, explica que las v¨ªctimas entienden el desconcierto de las autoridades durante las primeras horas, pero no tanto el abandono que viene despu¨¦s. Seg¨²n Moreno, ¡°muchas de las v¨ªctimas que acuden a la asociaci¨®n lo hacen por eso, porque est¨¢n abandonadas; no saben qu¨¦ hacer, ad¨®nde tienen que recurrir, si pueden recurrir a un psic¨®logo¡ Ninguna v¨ªctima me ha preguntado qu¨¦ indemnizaci¨®n le corresponde cobrar. Solo buscan ayuda para salir adelante¡±. La AVT sigue tratando a 23 v¨ªctimas, de las que cinco sufrieron heridas f¨ªsicas y el resto son familiares o personas que estaban en La Rambla y sufren secuelas psicol¨®gicas. Unas secuelas que, en algunos casos, se agudizan por la sensaci¨®n de que aquello que sufrieron y que les cambi¨® la vida no le interesa a nadie. O, peor a¨²n, que se utiliza como parte de la refriega pol¨ªtica.
El presidente de la Asociaci¨®n Catalana de V¨ªctimas de Organizaciones Terroristas (ACVOT), Jos¨¦ Vargas, se muestra muy cr¨ªtico con la ¡°instrumentalizaci¨®n¡± que, a su juicio, realizaron las formaciones pol¨ªticas y las Administraciones con los atentados terroristas del pasado agosto. ¡°Borraron del mapa a las v¨ªctimas de un d¨ªa al otro¡±, asegura. Vargas reconoce que ni ¨¦l, ni ning¨²n miembro de la junta de su asociaci¨®n acudi¨® a la manifestaci¨®n del 26 de agosto porque se oli¨® lo que se estaba preparando: ¡°Nos hab¨ªan llegado noticias de que aquello se iba a convertir en el aquelarre independentista que fue. No quisimos ir a ver c¨®mo se le faltaba el respeto a las v¨ªctimas¡±. Vargas, v¨ªctima del atentado de Hipercor, asegura que, a partir de aquella manifestaci¨®n, las Administraciones ¡°cambiaron el chip y el atentado despareci¨® de las conciencias de nuestros dirigentes para solo preocuparse del proc¨¦s. Es muy triste. Es como si no existieran las v¨ªctimas de la Rambla, y ya no hablamos de las de Cambrils o heridos en los trabajos de desescombro de Alcanar (Tarragona)¡±. Tambi¨¦n Roberto Manrique, quien trabajaba de carnicero en Hipercor el 19 de junio de 1987, cuando ETA coloc¨® una bomba que mat¨® a 21 personas, considera que el ambiente pol¨ªtico, ¡°que est¨¢ tan caldeado con el tema del proc¨¦s¡±, provoca la sensaci¨®n de que no se preste atenci¨®n a las v¨ªctimas.
Indemnizaciones
Sin entrar a valorar la forma en que la crispaci¨®n pol¨ªtica haya podido aumentar la sensaci¨®n de soledad de las v¨ªctimas, una portavoz del Ministerio del Interior niega que el Gobierno las haya abandonado. ¡°Nada m¨¢s producirse el accidente, un equipo de la direcci¨®n general de apoyo a las v¨ªctimas se traslad¨® a Barcelona y abri¨® una oficina en la delegaci¨®n del Gobierno. Tambi¨¦n se habilitaron n¨²meros de tel¨¦fono teniendo en cuenta que el 80% de las v¨ªctimas proced¨ªa de otros pa¨ªses. En concreto, de 30 pa¨ªses. Hemos enviado 130 cartas a personas heridas por si necesitaban ayuda psicol¨®gica o psicosocial y para darles a conocer sus derechos. De hecho, ya estamos tramitando 102 expedientes para las posibles indemnizaciones y ayudas¡±.
Desde Bolivia, Xina Pereira, hermana de Silvina, una vendedora del mercado de La Boqueria fallecida en La Rambla, explica que ni indemnizaciones ni ayudas ser¨¢n suficientes para curar su ausencia: ¡°Silvina era la menor de las tres hermanas, pero solo en edad. Era ella la que nos sosten¨ªa en todos los sentidos. Y ya no est¨¢¡±.
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