Sant Antoni aguanta la respiraci¨®n a cuatro meses de la reapertura
Los vecinos aguardan tanto como temen el final de las obras y la puesta en marcha de la supermanzana por los cambios que pueden provocar
Es una paradoja en las grandes capitales. Y una l¨¢stima. Que con los a?os que el barrio de Sant Antoni lleva aguantando las obras del mercado y esperando su reapertura, cuando faltan pocos meses, lo celebren tanto como lo temen. Porque adem¨¢s del espectacular mercado, en abril se pondr¨¢ en marcha la supermanzana, la primera del distrito del Eixample: calles pacificadas y ajardinadas y con la esquina entre Tamarit y Borrell como nuevo eje de centralidad. La zona cero est¨¢ patas arriba. Literalmente. Se cambia hasta el asfalto. Los vecinos contienen la respiraci¨®n.
¡°A ver. A ver qu¨¦ pasa¡±, repiten mirando a un entorno que han visto cambiar en solo cinco a?os. El barrio, pegado al Raval, por un lado, y al Paral.lel, por el otro, recibi¨® la onda expansiva de la presi¨®n tur¨ªstica y la prohibici¨®n de abrir pisos tur¨ªsticos. Se han abierto centenares, al tiempo que el comercio tradicional mutaba en tiendas no siempre pensadas para las necesidades de los vecinos. Los 300 metros de la calle de Parlament se han convertido en una sucesi¨®n de 37 bares, la mayor¨ªa con terraza. La moratoria de concesi¨®n de licencias para nuevos locales ha llegado tarde para frenar el tsunami.
Los alquileres se han disparado un 10% en el ¨²ltimo a?o; y el precio de compra un 20,3%, seg¨²n datos del portal inmobiliario Idealista. En paralelo, el goteo de situaciones de asedio inmobiliario y vecinos expulsados ¡ªporque les echan o porque no pueden pagar los aumentos, lo que el Sindicato de Inquilinos llama ¡°desahucios invisibles¡±¡ª parece imparable. Fincas enteras han sido compradas por inversores internacionales que acaban echando a los vecinos para reformarlas y ofrecer sus pisos como producto de lujo. Sant Antoni, al que este diario inclu¨ªa en un reportaje de hace unos a?os en el grupo de los ¡°barrios caramelo¡± para el turismo y la gentrificaci¨®n, se ha convertido en un gran Kojak, donde el chicle es el mercado.
Urgell, 9, un nuevo edificio de inquilinos amenazados
Las vacaciones de Navidad se les han echado encima sin tiempo para conseguir reunirse todos juntos. Pero lo har¨¢n pasadas las fiestas. Los 21 inquilinos y dos locales del n¨²mero 9 de la calle de Urgell, tocando al pasaje de Antoni Abat, acaban de descubrir que su edificio ha sido comprado por un inversor. Poco m¨¢s saben.
Est¨¢n en a fase de consultar registro, acudir a la inmobiliaria donde pagan el alquiler¡ Hay seguro un vecino al que le ha vencido el contrato. Fem Sant Antoni y el distrito, que en estos casos trabajan coordinadamente, est¨¢n al corriente de la situaci¨®n. Pero hasta pasado Reyes tendr¨¢n que convivir con la inc¨®gnita sobre su futuro.
La semana pasada se celebr¨® un consejo de barrio en el que durante 16 turnos de palabra afloraron los temores de vecinos, entidades y comerciantes. La mayor parte acababan con un ¡°queremos saber qu¨¦ pasar¨¢¡±. Si las obras acabar¨¢n a tiempo, porque la gente no aguanta ni medio segundo m¨¢s (repuesta, s¨ª); si estar¨¢ redactado el nuevo plan de usos antes de que se levante la moratoria en febrero (est¨¢ previsto); si se conseguir¨¢ que el mercado vuelva a ser el centro social del barrio o se llenar¨¢ de turistas (se ha trabajado para que ocurra lo primero); si las restricciones de tr¨¢fico asustar¨¢n a quienes quieran ir a comprar al barrio (habr¨¢ aparcamiento subterr¨¢neo, pero de pago); si habr¨¢ m¨¢s terrazas (no); si se mimar¨¢n las calles que no est¨¢n en el centro del barrio para que tambi¨¦n se beneficien del cambio (s¨ª); si el AeroBus, el bus al aeropuerto, seguir¨¢ transitando por la calle de Sep¨²lveda a toda pastilla como si fuera una autopista (se tomar¨¢n medidas); si habr¨¢ que dar mucha vuelta para llegar en coche a casa cuando se implante la supermanzana (probablemente, los vecinos tendr¨¢n que acostumbrarse a cambiar alguna ruta).
El presidente de la asociaci¨®n de vecinos, Pep Sala, fue el primero en expresar dudas, pero tambi¨¦n en defender las mejoras: ¡°Lo que no podemos hacer es no hacer nada. Antes no est¨¢bamos mejor que ahora¡±, dijo.
Desde Fem Sant Antoni ¡ªla entidad que ha liderado iniciativas como crear un grupo espec¨ªfico para la problem¨¢tica de la vivienda o mapear edificios amenazados y ha organizado procesiones en las que el paso es la recreaci¨®n de un buitre, en referencia a los fondos de inversi¨®n¡ª, Xavier Caballer convino en que hay que ¡°convivir en la disyuntiva de hacer mejorar para vivir en el barrio y que acabe empeorando¡±, ante lo que pidi¨® intervenci¨®n p¨²blica y ¡°participativa de verdad¡±.
El veterano presidente de los comerciantes, Vicen? Gasca, sorprendi¨® a m¨¢s de uno cuando tras lamentar que el barrio est¨¦ en obras en plena campa?a de Navidad, defendi¨® que se haya primado ¡°el bien general¡±. Ahora bien, advirti¨®, los tenderos no aguantar¨ªan m¨¢s retrasos.
Medidas preventivas
Desde el Ayuntamiento, el director de Modelo Urbano, Ton Salvad¨®, defendi¨®, ante el temor al fen¨®meno de la gentrificaci¨®n, ¡°proteger estructuralmente¡± los barrios, con medidas preventivas como la moratoria, por ejemplo. Y en este sentido, la consejera Eul¨¤lia Corbella admiti¨® que la suspensi¨®n de licencias llegado tarde, al tiempo que pidi¨® que se pongan en valor las medidas preventivas.
Ambos dieron por hecho que los plazos se cumplir¨¢n: los de las obras y los del plan de usos, que deber¨ªa pasar la aprobaci¨®n inicial en febrero para evitar que se levante la moratoria.
La sesi¨®n participativa tambi¨¦n sirvi¨® para enterarse de que si la supermanzana del Sant Antoni se estructurar¨¢ sobre lo que el consistorio llama supercruilla, es porque los comerciantes pidieron cambiar el nombre ante la pol¨¦mica y el mal sabor de boca que dej¨® el arranque de la pacificaci¨®n, en verano de 2016, de la que hay en el Poblenou, donde el Ayuntamiento tuvo que rectificar y dar marcha atr¨¢s en algunos aspectos.
En este caso, la intervenci¨®n en el cruce de Borrell y Tamarit no consiste en ¡°urbanizaci¨®n t¨¢ctica¡±, con elementos de quita y pon como macetas, vallas o pintura en el suelo, explica Salvad¨®. Aqu¨ª la reurbanizaci¨®n es ¡°estructurante, definitiva¡±, de ah¨ª las calles est¨¦n completamente levantadas, para cambiar instalaciones, sistemas de recogida de aguas pluviales, sistemas de riego del verde que habr¨¢ en el pavimento o alumbrado p¨²blico y otros suministros de los edificios del entorno.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
M¨¢s informaci¨®n
Archivado En
- Eixample
- Viviendas alquiler
- Pisos tur¨ªsticos
- Barcelona
- Turistificaci¨®n
- Catalu?a
- Gentrificaci¨®n
- Mercado inmobiliario
- Mercados
- Econom¨ªa urbana
- Vivienda
- Establecimientos comerciales
- Pol¨ªtica urban¨ªstica
- Ciudades sostenibles
- Comercio
- Desarrollo urbano
- Desarrollo sostenible
- Turismo
- Espa?a
- Econom¨ªa
- Problemas sociales
- Pol¨ªtica
- Urbanismo
- Sociedad
- Medio ambiente