Perturbadoras f¨¢bulas sobre la dram¨¢tica realidad de dos adolescentes
El dramaturgo belga Fabrice Murgia estrena en el Canal ¡®La tristeza de los ogros¡¯, su primera obra y con la que se consagr¨® en Avi?¨®n
Poca luz se desprende del escenario limpio de La tristeza de los ogros, con un columpio a un lado y dos grandes ventanales como pantallas desde donde mirar y ser mirado. Ya lo advierte esa ni?a vestida de novia, algo ensangrentada, cuando se dirige al p¨²blico y le pide que esa noche, ah¨ª mismo, no busquen distinguir entre lo verdadero y lo falso. La realidad son las dram¨¢ticas historias que narrar¨¢n desde sus refugios dos adolescentes y que sucedieron en 2006, la del joven Bastian Bosse que ese a?o en Alemania abri¨® fuego en su instituto y luego anunci¨® su acci¨®n en Internet, y la de Natascha Kampusch, la ni?a que estuvo ocho a?os secuestrada por un hombre en un zulo de una urbanizaci¨®n cercana a Viena (Austria). La ficci¨®n o la f¨¢bula las pone Fabrice Murgia, el dramaturgo belga que estrena la versi¨®n en espa?ol de La tristeza de los ogros, su primera obra teatral que le consagr¨® en Avi?¨®n en 2010 y que ya es todo un cl¨¢sico en su pa¨ªs, donde se ha representado nueve a?os seguidos. Los teatros del Canal acogen desde ayer y hasta el pr¨®ximo 4 de febrero este montaje, con texto adaptado por Borja Ortiz de Gondra, la interpretaci¨®n de Nacho S¨¢nchez, Olivia Delc¨¢n y Andrea de San Juan, y un gran aparataje t¨¦cnico.
Director del Teatro Nacional de B¨¦lgica desde 2016 y Le¨®n de Plata en la Bienal de Venecia en 2014, Fabrice Murgia (Verviers, B¨¦lgica, 1983), actor de formaci¨®n, parte de una realidad concreta ¨Cel blog personal de Bastian Bosse y las entrevistas de Natascha Kampusch- para tejer un cuento on¨ªrico en torno al desconcierto de la adolescencia, su desarraigo, su ira y su vitalidad. M¨¢s que una traducci¨®n del texto original, lo que se ver¨¢ en el escenario del Canal es una funci¨®n adaptada a la realidad espa?ola, en la que no faltan sucesos como el caso de las ni?as de Alcasser. Hijo de espa?ola e italiano, Murgia explica su inter¨¦s con esta obra en indagar en la p¨¦rdida de la infancia, en la soledad de los adolescentes, y que comenz¨® ensayando en un bar con actores amigos. ¡°Cuando escrib¨ª este texto era todav¨ªa bastante adolescente. Hoy no lo podr¨ªa escribir. Entonces estaba en ese paso de buscar un futuro tras salir del instituto y entrar en el mercado del trabajo. Es un momento en el que se plantea la disyuntiva de ser un adolescente viejo o un adulto joven. Hay una energ¨ªa al miedo adulto que est¨¢ presente en la obra y que hoy no podr¨ªa transmitir¡±, asegura Murgia, defensor de un teatro de preguntas y no de soluciones. ¡°Yo hago teatro para sembrar la discordia¡±, defiende.
La presencia de los sue?os y de las im¨¢genes on¨ªricas es una de las claves en las doce obras que ha escrito y dirigido Murgia hasta el momento, aunque siempre parte de una realidad de un material documental a modo de espejo de la sociedad. ¡°Es una mezcla de trabajo de escritor, periodista y antrop¨®logo. Necesito esta base para escribir lo on¨ªrico. En cada uno de mis espect¨¢culos hay personajes que basculan en el mundo de ficci¨®n y que huyen de la realidad. Cuanto m¨¢s real es la historia, m¨¢s onirismo me permite¡±. Como esa ni?a vestida de novia que conmina a los adolescentes a dar carpetazo definitivo a la infancia. Como los ogros, esos personajes salidos de cuentos de hadas que se alimentan de ni?os, que persiguen los sue?os y los miedos de los adolescentes.
Tras su estreno en Madrid, La tristeza de los ogros saldr¨¢ de gira por Granada, Sevilla, Valencia y Barcelona, entre otras plazas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.