La Modelo abre sus puertas para siempre
Los ciudadanos ya pueden visitar, gratis y sin cita previa, la prisi¨®n barcelonesa y participar en el proceso de consulta para decidir los nuevos usos de sus espacios
La cola se api?aba calle abajo y daba la vuelta a la esquina, abrazando el viejo muro de La Modelo entre la calle Enten?a con Proven?a de Barcelona. Como cuando tocaba d¨ªa de visita y los familiares de los presos se amontonaban en fila india ¡ªen ese caso, parad¨®gicamente, calle arriba¡ª para entrar a verlos. La prisi¨®n barcelonesa, que cerr¨® sus puertas el pasado junio tras 113 a?os en funcionamiento, volvi¨® a abrirlas ayer, esta vez para siempre y para todo el mundo.
Los ciudadanos podr¨¢n visitar, de forma gratuita y sin cita previa, las instalaciones del antiguo centro penitenciario, que se encuentra en pleno proceso de transformaci¨®n y debate sobre el nuevo uso de sus espacios. Las visitas, que empezaron ayer,ser¨¢n a partir de ahora los viernes de tres a seis de la tarde y los s¨¢bados de 10.00 a 18.00.?
Al cruzar el imponente muro de la prisi¨®n, descansa una garita de seguridad y un patio amable: asientos de madera, dibujos pintados con tizas de colores y estantes repletos de libros para intercambiar sosiegan la estampa de lo que fue la prisi¨®n barcelonesa. La cola de visitantes rodea los soportales que conducen a las primeras rejas. ¡°Impresiona¡± e ¡°impacta¡±, coinciden los visitantes consultados.
Hace fr¨ªo en La Modelo. Fuera, se qued¨® buena tarde, pero ni una pizca del calor del sol se cuela entre los muros de la prisi¨®n. Los visitantes, abrigados, campan a sus anchas, cuchichean, sacan fotos. Todo est¨¢ como lo dejaron sus ¨²ltimos inquilinos. ¡°Libertad, Amnist¨ªa y Estatuto de Autonom¨ªa¡±, se lee en las paredes de la celda 445 de la galer¨ªa 5. ¡°Aqu¨ª se dice que estaban los presos peligrosos pero bueno, eso iba cambiando y se iban moviendo¡±, explica una trabajadora. En ese mismo pasillo, agrega la empleada, est¨¢ la celda del joven anarquista Salvador Puig Antich (la 443). Tambi¨¦n la del famoso delincuente El Vaquilla.
Las puertas del locutorio est¨¢n abiertas: vidrios semirrotos, la pintura salm¨®n de la pared desconchada por todas partes y dos pegatinas en cada puerta: prohibido fumar y prohibido usar tel¨¦fonos m¨®viles. Queda tambi¨¦n la placa con las normas de acceso: las comunicaciones durar¨¢n 20 minutos y, avisan, ¡°las demoras aumentan el tiempo de espera de las familias que restan por comunicar¡±.
El verd¨ªn crece sobre unas duchas destartaladas. En algunas celdas, aprovechando los relieves que deja la pintura descascarillada, se mantienen los dibujos pintados por los presos. ¡°No se f¨ªa¡±, zanja un boceto a l¨¢piz. En la biblioteca, dos tableros de ajedrez y un centenar de libros, entre ellos, de Ken Follet o de Mayra G¨®mez Kemp. Una nota en la puerta recuerda que el pr¨¦stamo m¨¢ximo era de 100 d¨ªas.
¡°Es escalofriante. Todo est¨¢ muy deteriorado¡±, valora Alberto Gonz¨¢lez, vecino de Barcelona. ¡°Es un lugar muy fr¨ªo¡±, admite David, que ha venido con dos amigos. Mientras Barcelona decide, mediante un proceso participativo, en qu¨¦ convertir¨¢ la modelo ¡ª¡±Podemos reformarla y meter a algunos pol¨ªticos¡±, propone Javi, amigo de David¡ª, las puertas de la prisi¨®n estar¨¢n abiertas. ¡°Habr¨¢n venido, por lo menos, unas 1.200 personas¡±, dice una trabajadora a media tarde. No han cesado las visitas ni las colas desde que abrieron. ¡°?Y somos m¨¢s trending topic que Puigdemont!¡±, agrega entusiasmada otra empleada.
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