Terror en el museo
El museo L¨¢zaro Galdiano celebra visitas guiadas que conectan el arte con la literatura m¨¢s temible
En El Aquelarre el diablo encarnado en macho cabr¨ªo se sienta en mitad de sus seguidores reunidos, que le ofrecen tiernos beb¨¦s. En Las brujas, un grupo de brujas viejas y pellejas atormenta a un hombre asustado de camisa blanca. Ambas son obras de Goya que pertenecieron a los Duques de Osuna, destinadas a decorar el palacio de El Capricho, y ambas fueron adquiridas por el coleccionista Jos¨¦ L¨¢zaro Galdiano despu¨¦s de 1928, por eso ahora est¨¢n en el museo que fue su casa y que lleva su nombre. Pero, sobre todo, ambas suceden en un ambiente tormentoso y terrible que da un poco de miedo.
La colecci¨®n de un museo es una, pero se puede mirar de m¨²ltiples maneras: es lo que los poetas Vanessa P¨¦rez-Sauquillo e Ignacio Vleming hacen mensualmente en el Museo L¨¢zaro Galdiano. Se trata de una actividad a medio camino entre la visita guiada y la lectura po¨¦tica (y no solo po¨¦tica), generando diversos relatos del museo desde el punto de vista del amor, del viaje, de la literatura espa?ola o desde el terror y la fantas¨ªa. La que m¨¢s ¨¦xito tiene, seg¨²n cuentan, es esta ¨²ltima, no en vano las terror¨ªficas obras de Goya son las m¨¢s importantes del museo. ¡°Relacionar el arte con el misterio y el terror resulta muy estimulante para la imaginaci¨®n y tiene mucho gancho¡±, explica P¨¦rez-Sauquillo. El viernes pasado se celebr¨® una de estas sesiones.
¡°L¨¢zaro Galdiano fue tambi¨¦n editor y el museo tiene una importante colecci¨®n de libros¡±, explica Vleming, ¡°en su revista La Espa?a Moderna public¨® a autores como Emilia Pardo Baz¨¢n, Miguel de Unamuno o Benito P¨¦rez Gald¨®s¡±. Vista as¨ª, la conexi¨®n entre la colecci¨®n de L¨¢zaro y lo libresco tiene a¨²n m¨¢s sentido; de hecho, en las visitas tambi¨¦n se trata de buscar conexiones con los libros de la biblioteca, sobre todo en la dedicada a la literatura espa?ola.
El recorrido, que trascurre por las suntuosas estancias del palacio de Parque Florido, se detiene en las piezas m¨¢s relacionadas con lo oscuro y lo misterioso: Vleming ofrece una explicaci¨®n de la obra (ya sean cuadros, relicarios, anillos portavenenos, miniaturas, etc), que mezcla el miedo con pizcas de humor, y P¨¦rez-Sauquillo realiza una lectura relacionada. As¨ª salen a colaci¨®n textos de Edgar Allan Poe, Alejandra Pizarnick, Jan Potocki, Gustavo Adolfo B¨¦cquer, Bram Stoker, entre otros. ¡°Se trata de buscar vueltas de tuerca a las relaciones entre un cuadro y un texto, de trazar conexiones originales¡±, explica P¨¦rez-Sauquillo. Un buen ejemplo es la audaz (y algo gamberra) asociaci¨®n entre el joven Jesucristo l¨¢nguido y p¨¢lido que se representa en El Salvador adolescente, atribuido a Boltraffio, y la vampira Claudia de Entrevista con el vampiro, de Anne Rice.
Se funden as¨ª el arte y la literatura en el crisol de lo tenebroso, de la mano de Dr¨¢cula, el monstruo de Frankenstein o la Condesa Sangrienta. Ojo: no esperen dramatizaciones, actores disfrazados, sustos, etc: se trata de un evento art¨ªstico y literario, no de un pasaje del terror. Aqu¨ª el miedo sucede dentro del cr¨¢neo de cada uno. ¡°Algunos visitantes, entre los que se encuentran verdaderos expertos en el g¨¦nero, nos han pedido que apaguemos las luces, para que sea m¨¢s terror¨ªfico¡±, comenta Vleming. ¡°Eso s¨ª, creemos que una vez nos acompa?¨® el mism¨ªsimo Diablo¡±, bromea P¨¦rez-Sauquillo.
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