Las cosas pueden ir mejor
Hay que explicar a los ciudadanos que el socialismo no solo tiene sentido, sino que es la mejor garant¨ªa de progreso
En t¨¦rminos socioecon¨®micos, marxistas y neoconservadores han coincidido en que conviene tocar fondo para remontar. Milton Friedman, uno de los padres del pensamiento antikeynesiano dec¨ªa que ¡°solo una crisis real o percibida produce cambios verdaderos¡± y probablemente esta afirmaci¨®n se ha convertido en un axioma del capitalismo contempor¨¢neo. Es un debate antiguo que no siempre fue objeto de acertados diagn¨®sticos. Marx predijo la revoluci¨®n comunista en la Alemania capitalista pero la revoluci¨®n de octubre surgi¨® en la Rusia agraria.
Kondr¨¢tiev elabor¨® la teor¨ªa de las ondas de largo plazo para explicar la tendencia de la econom¨ªa a establecer flujos estables de comportamiento, de tal manera que a periodos de crecimiento de 50-60 a?os le suceden profundas crisis. Kondr¨¢triev colabor¨® en la redacci¨®n de los primeros planes quinquenales sovi¨¦ticos y sus teor¨ªas fueron recogidas por Joseph Schumpeter, un economista de origen checo muy alejado del marxismo que augur¨® el declive del capitalismo por razones sist¨¦micas. Por cierto que Schumpeter fue el economista de cabecera de Fabi¨¢n Estap¨¦ quien conjuntamente con el ministro Lopez Rod¨® ide¨® los planes de estabilizaci¨®n que el r¨¦gimen franquista puso en marcha de la mano de los tecn¨®cratas del Opus.
Que conservadores y marxistas preconicen las virtudes de la crisis como punto de salida para el cambio es hoy en d¨ªa un trampa intelectual en la que parece haber ca¨ªdo de bruces la izquierda socialdem¨®crata. Jeffrey Sachs en El fin de la pobreza dice que en la actualidad es posible resolver los problemas del mundo bajo el prisma del todos ganamos, en contra de una visi¨®n tradicional bajo la cual la riqueza de unos cuantos se corresponde a la pobreza de muchos. Disponer de un colch¨®n econ¨®mico p¨²blico m¨¢s amplio para asegurar el bienestar de la gente no es una cuesti¨®n que deba abordarse en l¨®gica religiosa (caridad o filantrop¨ªa) sino en una perspectiva sociopol¨ªtica perfectamente plausible.
El legado de la sociedad del bienestar quiz¨¢ no sea propiedad intelectual de la izquierda social democr¨¢tica, pero es evidente que su protagonismo le otorga la capacidad para vindicar su legado y convertirse en garante de su mejora contra aquellos que la cuestionan por acci¨®n o por omisi¨®n.
En Europa la izquierda hist¨®rica parece haber perdido credibilidad. Pero estamos en la parte del mundo que m¨¢s ha avanzado en derechos individuales y colectivos y la que mejor garantiza los servicios sociales b¨¢sicos. No se trata de reivindicar lo que a todas luces es un ¨¦xito hist¨®rico, sino de asumir que es posible ampliarlo sin que ello comporte renunciar a mejorar nuestra calidad democr¨¢tica. Schumpeter dec¨ªa que la democracia no pod¨ªa garantizar el bien com¨²n porque las contradicciones entre los deseos colectivos e individuales son inevitables. A veces esta idea parece estar en el epicentro de las nuevas izquierdas postmarxistas que ven en ello el germen de la crisis imprescindible para generar el cambio.
En la historia de la humanidad los progresos sociales jam¨¢s fueron tan evidentes como en la Europa de la segunda mitad del siglo XX y este proceso de construcci¨®n efectiva del Estado del Bienestar no ha sido incompatible con todo tipo de movimientos de regeneraci¨®n democr¨¢tica: feminismo, antibelicismo, libertad sexual, ecologismo o anticolonialismo. Schumpeter no ten¨ªa raz¨®n o como m¨ªnimo est¨¢ en nuestra mano la posibilidad de quit¨¢rsela.
Es posible crear una fiscalidad para las nuevas tecnolog¨ªas, una pol¨ªtica medioambiental que permita sostenibilidad y crecimiento, una redefinici¨®n del Estado que d¨¦ mayor poder a ciudades y territorios, un pacto de regeneraci¨®n democr¨¢tica que ampl¨ªe la participaci¨®n ciudadana en las decisiones pol¨ªticas asegurando, adem¨¢s, el mantenimiento de un patrimonio colectivo de valor incalculable como es la cobertura de nuestros derechos sociales. Hay que reivindicarlo para reinventarse y explicar a los ciudadanos que el socialismo no solo tiene sentido sino que es la mejor garant¨ªa de progreso.
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