La izquierda ausente
La habilidad de Podemos de convencer a sus votantes parece haberse desvanecido con la crisis catalana
La mayor¨ªa de encuestas publicadas a lo largo de las ¨²ltimas semanas indican que la pol¨ªtica espa?ola se adentra a una nueva etapa marcada por la pugna entre Ciudadanos y el PP. Seg¨²n el bar¨®metro del CIS de enero, Ciudadanos est¨¢ empezando a romper con la tradicional hegemon¨ªa del PP en el espacio de la derecha. Se trata de una novedad muy relevante, pues hasta fechas recientes la competencia entre estos dos partidos se concentraba esencialmente en el espacio de centro.
Si el PP ha logrado mantenerse como el partido m¨¢s votado a lo largo de estos ¨²ltimos a?os ha sido precisamente por su capacidad de mantener unas excepcionales tasas de lealtad entre el electorado de derecha. Pocos meses atr¨¢s, este partido lograba algo m¨¢s del 80 por ciento de los votos de ese espacio ideol¨®gico, una cifra que se reduc¨ªa a apenas el 8 por ciento en el caso de Ciudadanos. Sin embargo, los ¨²ltimos bar¨®metros del CIS indican que la derecha est¨¢ dejando de ser un coto privado del PP. A lo largo de los ¨²ltimos meses la capacidad de atracci¨®n del partido de Albert Rivera en este espacio se ha multiplicado por tres.
As¨ª pues, el grado de competici¨®n en el espacio de la derecha se encuentra en los niveles m¨¢s activos desde el colapso de UCD a inicios de los a?os ochenta. Sin embargo, el protagonismo de izquierda en la pol¨ªtica espa?ola parece estar en m¨ªnimos hist¨®ricos. Desde la irrupci¨®n de la crisis catalana en septiembre del a?o pasado, el PSOE ha decidido ponerse de perfil, cerrar filas con el gobierno de Rajoy e intentar hacer el menor ruido posible. Esta estrategia tiene su l¨®gica. Los socialistas son plenamente conscientes que entrar activamente en el debate identitario acarrea importantes costes electorales, al menos a corto plazo. El PSOE aprendi¨® esta dolorosa lecci¨®n tras la confrontaci¨®n que mantuvo con el PP durante el proceso de reforma del Estatut impulsado por el Presidente Rodr¨ªguez Zapatero.
Cuando el nacionalismo y el modelo territorial cobra protagonismo en la agenda pol¨ªtica, la izquierda suele padecer un desgaste electoral. Las cuestiones relacionadas con la descentralizaci¨®n auton¨®mica generan un gran consenso entre el electorado de derecha, pero dividen enormemente a la izquierda. Si excluimos Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco, los espa?oles de izquierda est¨¢n divididos a proporciones muy similares entre los que prefieren m¨¢s poderes para las autonom¨ªas y los que prefieren lo contrario. En cambio, entre la derecha, impera el consenso: la preferencia por potenciar las autonom¨ªas es pr¨¢cticamente inexistente entre este ¨²ltimo electorado. Es por este motivo que cuando el campo de batalla se dirime en torno a la necesidad de emprender procesos de descentralizaci¨®n, los partidos de izquierda acaban provocando el enojo de una porci¨®n de su electorado.
Podemos aprendi¨® esta lecci¨®n m¨¢s tarde. Inicialmente, esta formaci¨®n logr¨® cambiar las preferencias de una porci¨®n importante de sus votantes y acercarlas a posturas m¨¢s favorables a fortalecer el autogobierno de Catalu?a. Seg¨²n los datos del GESOP del a?o pasado, una gran mayor¨ªa de sus votantes (alrededor de tres cuartas partes) simpatizaba con la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n como f¨®rmula para resolver el conflicto catal¨¢n. Se trata de unas cifras muy elevadas que dan cuenta de la excepcional capacidad que ha tenido Podemos de liderar la opini¨®n p¨²blica en los ¨²ltimos tiempos.
Sin embargo, esta habilidad de Podemos de convencer a sus votantes parece haberse desvanecido por completo tras haberse desatado la crisis catalana el pasado septiembre. Desde entonces, los votantes de Unidos Podemos se han movido hacia posturas m¨¢s favorables a un proceso de recentralizaci¨®n. Adem¨¢s, las encuestas siguen mostrando un desgaste en la intenci¨®n de voto a Unidos Podemos. Ante esta coyuntura tan adversa, Podemos parece decidido a tomar un perfil m¨¢s bajo en esta cuesti¨®n.
No hay duda de que un c¨¢lculo en t¨¦rminos exclusivamente de rendimiento electoral a corto plazo aconsejan a los partidos de izquierda a rehuir de los temas relacionados con el nacionalismo y el modelo territorial. Sin embargo, tal pasividad puede acabar resultando contraproducente a medio y largo plazo, pues permite a PP y Ciudadanos apropiarse de una cuesti¨®n tan importante como es la organizaci¨®n territorial del Estado.
En definitiva, a pesar de que nuestro pa¨ªs sufre la peor crisis pol¨ªtica de las ¨²ltimas d¨¦cadas, la izquierda ha renunciado a ejercer un papel activo desde la oposici¨®n, dejando v¨ªa libre al gobierno de Rajoy. Este es el escenario pol¨ªtico tras la erupci¨®n de la crisis catalana: una izquierda ausente y un centro-derecha compitiendo al alza en el terreno identitario.
Llu¨ªs Orriols es profesor de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad Carlos III de Madrid.
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