El lazo oculto que conecta Neptuno con Cibeles
El Ayuntamiento inicia las obras para conservar la fuente de Apolo, origen casi olvidado del paseo del Prado
Cuando el arquitecto Ventura Rodr¨ªguez proyect¨® en 1777 el paseo del Prado (entonces Sal¨®n del Prado), dise?¨® varias fuentes para embellecer el primer trazado del urbanismo ilustrado de Madrid. Dos de ellas, Cibeles y Neptuno, se han convertido en aut¨¦nticos s¨ªmbolos de la capital, al estar situadas en dos glorietas muy transitadas y ser el punto de celebraci¨®n de los aficionados de Real Madrid y Atl¨¦tico, respectivamente. La tercera, la de Apolo, permanece algo deteriorada y casi olvidada en el centro del bulevar que enlaza a las otras dos. El Ayuntamiento ha iniciado este mi¨¦rcoles los trabajos para realizar una intervenci¨®n que mejore el estado de conservaci¨®n de esta joya monumental y vuelva a sacar el brillo de su piedra tallada.
¡°El proyecto original de Ventura Rodr¨ªguez contemplaba que Neptuno y Cibeles miraran hacia Apolo, as¨ª que esta fuente tiene una gran importancia¡±, explica Pedro Francisco Garc¨ªa, coautor de Fuentes de Madrid (Ediciones La Librer¨ªa). ¡°Apolo es el origen del paseo del Prado, pese a que fue el ¨²ltimo de los tres monumentos en inaugurarse, ya que estaba en el centro del dise?o¡±, confirma Mercedes P¨¦rez Gallo, t¨¦cnico del departamento de Patrimonio Hist¨®rico municipal.
El autor del libro a?ade: ¡°Art¨ªsticamente, la estatua de Apolo es la mejor de las tres, los escultores Manuel ?lvarez y Alfonso Giraldo Bergaz hicieron un trabajo magn¨ªfico. Es una de las mejores piezas del clasicismo espa?ol¡±. Fue a finales del XIX, m¨¢s de un siglo despu¨¦s, cuando las fuentes de Neptuno y de Cibeles se elevaron a su plataforma actual (antes estaban al nivel de la calle) y dejaron de mirarse: ahora, Cibeles otea el horizonte hacia la confluencia de Alcal¨¢ con la Gran V¨ªa y Neptuno, hacia el Congreso. En medio, un bulevar central cercado por 11 carriles de coches y transitado por gente que, en su mayor¨ªa, no conoce la importancia de este tercer monumento fundador del Prado.
El protagonista del conjunto escult¨®rico es Apolo, personaje de la mitolog¨ªa grecorromana hijo de Zeus y Leto, y considerado dios de las musas, las artes y la m¨²sica. Por ello, la estatua lleva una lira. Por debajo aparecen representaciones de las Cuatro Estaciones: la Primavera, el Verano, el Oto?o y el Invierno, personificados con distintas alegor¨ªas. M¨¢s abajo a¨²n, las caras de los personajes mitol¨®gicos de Ceres y Medusa vierten por la boca agua en tres conchas superpuestas de varias dimensiones. Aunque ahora los ca?os est¨¢n secos, ya que el agua es uno de los motivos de la degradaci¨®n del monumento.
Marisol Mena, directora de Intervenci¨®n en el Paisaje Urbano y Patrimonio Cultural del Ayuntamiento, explica: ¡°La de Apolo es una de las estatuas m¨¢s bonitas de Madrid, forma parte de este urbanismo ilustrado, el primero que se hizo para disfrute de los ciudadanos y no de los reyes. Ojal¨¢ en el futuro podamos pasear por las tres fuentes andando¡±. Mena destaca que, en los ¨²ltimos dos a?os, el Consistorio ha restaurado 19 monumentos y otros diez (entre ellos, Apolo) se renovar¨¢n este a?o.
¡°Arrancamos hoy [por ayer] con un equipo multidisciplinar para hacer un diagn¨®stico de los problemas del conjunto y luego tomar las decisiones necesarias para mejorar la conservaci¨®n¡±, explica P¨¦rez Gallo. A su llamada acuden Andr¨¦s Ledesma, de los laboratorios Artelab, y Dolores Sanz, de la empresa Petra. Ambos suben a una gr¨²a para acercarse a la c¨²spide, tomar muestras y analizar el monolito.
Sanz, que llega a Madrid tras participar en la restauraci¨®n de la catedral de Santiago, explica: ¡°El deterioro principal que tiene la piedra se debe a la colonizaci¨®n biol¨®gica, es decir, musgo, liquen, ra¨ªces... Adem¨¢s, tiene corrosi¨®n por la lluvia y por el viento en la parte trasera. Pero el estado de cohesi¨®n de la piedra es bueno¡±. Tambi¨¦n est¨¢ Carlos Bay¨®n, de Pecsa, adjudicataria del servicio de conservaci¨®n municipal: ¡°En una restauraci¨®n hay que ser humilde, pasar inadvertido¡±.
Despu¨¦s habr¨¢ que aplicar un biocida y, m¨¢s adelante, un mortero de cal natural, para lo que se contar¨¢ con el escultor Miguel Sobrino y varios restauradores. ¡°Cuando acabemos va a tener m¨¢s luz, m¨¢s brillo en la piedra, desaparecer¨¢n las manchas de ¨®xido, vamos a recuperar las piezas partidas de las conchas en las que cae el agua, y se ver¨¢n m¨¢s n¨ªtidas las facciones de las estaciones¡±, avanza Mercedes P¨¦rez Gallo. Quiz¨¢ entonces Apolo vuelva a sentirse protagonista del Prado.
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