Lo que importa est¨¢ en el interior
Adolf Loos luch¨® contra la ornamentaci¨®n en la arquitectura y dio importancia a los espacios privados, como se ve en una muestra en CaixaForum
Como dicen que pasa con las personas, Adolf Loos pensaba que, en los edificios, lo importante est¨¢ en el interior. Se aprecia en construcciones como la Villa M¨¹ller, en Praga, o la Casa Rufer, en Viena: desde fuera las ventanas parecen estar colocadas al azar, sin orden ni concierto, en un caos arquitect¨®nico. Lo que pasa es que Loos prefer¨ªa subordinar el aspecto de la fachada al dise?o de los espacios interiores, donde se desarrolla la vida. ¡°No proyecto planos, ni fachadas, ni secciones¡±, escribi¨®, ¡°proyecto espacio¡±.
La exposici¨®n Adolf Loos 1870-1933. Espacios privados, inaugurada ayer procedente del Museo de Dise?o de Barcelona, se puede en CaixaForum hasta el 24 de junio. Su particularidad es que se enfoca en el trabajo sobre interiores del arquitecto austriaco (re¨²ne m¨¢s de 120 muebles dise?ados o seleccionados por ¨¦l, adem¨¢s de fotograf¨ªas, planos, manuscritos, maquetas, etc), muy conocido por su lucha contra la ornamentaci¨®n en su obra y en la famosa conferencia Ornamento y delito. ¡°Pensaba que la evoluci¨®n cultural tiene que ver con el hecho de usar menos ornamento¡±, dice la comisaria Pilar Parcerisas, ¡°a menos ornamento, m¨¢s cultura¡±. Una idea que, si miramos alrededor, sigue vigente en el dise?o y la arquitectura contempor¨¢neos: no hay florituras en los dise?os de Apple, ni en las Cuatro Torres Business Area.
¡°Adolf Loos no es solo un arquitecto sino un pensamiento arquitect¨®nico que abre las puertas de la modernidad¡±, afirma Parcerisas. Introdujo en la Viena del cambio de siglo la practicidad de la cultura estadounidense, ¡°y se rebel¨® contra los interiores burgueses llenos de objetos in¨²tiles que pretend¨ªan emular la corte de los Habsburgo¡±, cuenta la comisaria.
Los interiorismos de Loos tambi¨¦n tendieron a la sobriedad. Por ejemplo, el vien¨¦s Caf¨¦ Museum, de 1899 (frecuentado por artistas como Klimt, Schiele, Kokoschka, etc), es el primer proyecto de Loos contra el estilo historicista de la Secesi¨®n, como se ve en la muestra, tanto que sus detractores lo apodaron como Caf¨¦ Nihilismus. Simple y funcional, destacan las sillas modelo Thonet. Su idea del Raumplan, utilizada en viviendas, consiste en colocar las diferentes estancias a diferente altura seg¨²n su funci¨®n. De la importancia de la estancia tambi¨¦n depend¨ªa su superficie o la altura del techo, las habitaciones se colocaban en espiral en torno a un eje imaginario y trataban de aprovechar el m¨¢ximo espacio posible (es una de las razones por las que las fachadas quedaban aparentemente descompensadas).
A pesar de todo, cuando Loos encontraba muebles estilo Chippendale, Hepplewhite, de aires turcos, egipcios u orientales, no ten¨ªa pudor en utilizarlos (como se expone en otra secci¨®n de la muestra). El artesano se ocupa del mueble y el arquitecto del inmueble, pensaba Loos. En ese uso ready made de las piezas la comisaria ve un paralelismo con la figura de Marcel Duchamp en el arte. Y no solo en eso: ¡°Adem¨¢s, Laroos no cree en el arquitecto como genio sino como alguien al servicio del cliente, que es el que tiene que vivir y habitar los espacios: si la obra de arte la termina el espectador, el espacio interior lo termina quien lo habita¡±. Ambos creadores abrieron una alternativa tanto para la modernidad como para la posmodernidad.
Al entrar en una cafeter¨ªa de corte h¨ªpster, o en un apartamento decorado de Ikea, o en un loft, se perciben, a trav¨¦s del tiempo, las huellas del interiorismo de Loos. La m¨¢s evidente es la falta de ornamento: no hay volutas, ni curvas, ni tallados; domina la austeridad, la sobria l¨ªnea recta y cierta desnudez. Entre sus propuestas a¨²n vigentes podr¨ªan contarse la importancia de los espacios, la creaci¨®n de espacios p¨²blicos con aires de sal¨®n privado (como fue la camiser¨ªa parisina Knize, de 1927) o incluso la utilizaci¨®n puntual de piezas vintage. Otra idea seminal de Loos consiste en no dise?ar solo pensando en el descanso, sino tambi¨¦n en la rapidez del descanso. En pleno turbocapitalismo podemos repetir una frase que era del gusto de este arquitecto: Time is money. ¡°Sin Loos no hubiera sido posible la Bauhaus, ni Mies Van der Rohe, ni todo lo que vino despu¨¦s¡±, concluye la comisaria.
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