Caravana de curiosidades mar¨ªtimas

El artista Sebasti¨¢n Beyr¨® se compr¨® un terreno por donde Galapagar, al lado de un r¨ªo, para hacerse una casa. Pero, por lo pronto, mientras levantaba la casa, lo que instal¨® fue una vieja caravana abollada de los a?os 60 que compr¨® a unos ancianos. "La compr¨¦ por una pata de jam¨®n", dice. Y la coloc¨® al lado del r¨ªo. Beyr¨® es hombre de f¨¦rtil imaginaci¨®n, e imagin¨® que dentro de la caravana ten¨ªa que haber un tesoro escondido. "Al final lo encontr¨¦", cuenta con ojos asombrados, "era una bolsa con pesetas, muchas monedas. Sumaban 6.000 pesetas. No veas que alegr¨ªa".

El caso es que esa caravana no est¨¢ ahora a la vera del r¨ªo, sino a la vera de la Nave 11 de las Naves de Matadero y de su caf¨¦ teatro, bajo techo: hubo que desmontarla para hacerla entrar. Cuando la gente hace cola para asistir a las funciones o va al ba?o ve all¨ª la caravana, con una enorme ballena dormida sobre su techo.

Si uno se asoma al interior lo que ve podr¨ªa ser el camarote de un barco de aventureros polares o estudiosos de las ballenas. Cet¨¢ceos hay por todas partes, en peque?as esculturas o cuadros, y tambi¨¦n retratos de algunos aventureros hist¨®ricos como Ernest Shackleton o Roald Amundsen, o libros sobre biolog¨ªa marina o la exploraci¨®n de la Patagonia; se respira el aire de un gabinete de curiosidades decimon¨®nico, lo ¨²nico que extra?a es que este camarote no se meza con las olas del mar. "Mi padre navegaba", recuerda Beyr¨®, "y yo navegaba mucho con ¨¦l. Iba dibujando sin parar y nadie entend¨ªa c¨®mo no me mareaba".

La instalaci¨®n se llama El Coleccionista, es obra de Beyr¨® (Buenos Aires, 1973) y forma parte de la programaci¨®n del Centro Internacional de Artes Vivas hasta el fin de la presente temporada. Se trata de recreaci¨®n del pasado y el futuro de un coleccionista imaginado. En esa imaginaci¨®n, ese coleccionista atemporal recorre los pueblos ense?ando a las gentes sus prodigios. "Estar¨ªa bien llevar una ballena a uno de esos pueblos del centro de Espa?a donde nadie ha visto una", especula el artista, "en esta instalaci¨®n los ni?os lo flipan y son los que mejor se enteran de todo".

"Como muchos proyectos m¨ªos, esto es mitad literatura y mitad obra", dice el artista, "t¨² ves la obra ah¨ª, pero lo importante son las historias que salen de ella". Adem¨¢s de la historia que rodea cada objeto expuesto dentro de la caravana, tambi¨¦n existe una conexi¨®n culinaria, a partir del libro de Michael Pollan Cocinar: una historia natural de la transformaci¨®n (Debate). "Habla de lo que le ha pasado al ser humano desde que cocina", explica Beyr¨®, "es entonces cuando nos diferenciamos de los otros animales, el cerebro crece y el est¨®mago se hace peque?o. El hecho de no pasar seis horas digiriendo al d¨ªa nos ha hecho desarrollar el arte, la ciencia, la literatura".

Dice que Beyr¨® que es cocinero, que es lo que m¨¢s le gusta. ?M¨¢s que el arte? "Para m¨ª en realidad es lo mismo", contesta, "todo son procesos de transformaci¨®n". Durante la estancia de la caravana en Matadero, el artista cocinar¨¢ en algunas ocasiones dentro del veh¨ªculo varado y dar¨¢ de comer a invitados. Seg¨²n se?ala el artista los ritmos de vida actuales y los alimentos procesados est¨¢n reduciendo dram¨¢ticamente el n¨²mero de personas que cocinan.

Una de sus inspiraciones fue la obra Shedboatshed, del artista brit¨¢nico Simon Starling, que gan¨® el premio Turner de 2005. Starling descubri¨® una caba?a en el valle de Rin, la convirti¨® en barco y naveg¨® en barco hasta Basilea, donde volvi¨® a construir la caba?a. Tambi¨¦n la actividad n¨®rdica de montar un refugio para luego desmontarlo. Y, c¨®mo no, las historias de los aventureros polares y la vida mar¨ªtima.

Por ejemplo, las esculturas de bronce que fabrica utilizando aut¨¦nticos pulpos o cabrachos. Les saca un molde de yeso y de ah¨ª saca las piezas de metal. "Es como cocinar el pulpo pero a lo bestia", dice. De t¨¦cnicas art¨ªsticas Beyr¨® sabe lo suyo: en la empresa Factum Arte se dedica a investigar en este tipo de t¨¦cnicas y trabajar en cuestiones de producci¨®n para otros creadores, siempre combinando la tecnolog¨ªa y los procesos artesanales. Entre sus clientes se encuentran el Louvre, el Prado o el British Museum, y est¨¢n trabajando en hacer reproducciones de la tumba de Tutankam¨®n. "Ten¨ªamos digitalizadas hace diez a?os algunas de las esculturas que ha destruido el Estado Isl¨¢mico: los leones alados de Nimrud", cuenta, "ahora las podemos reproducir cuando queramos".