El primer gran comisario de Barcelona
Paco Camarasa, junto a V¨¢zquez Montalb¨¢n, es quien m¨¢s ha hecho para colocar Barcelona en el mapa de la novela negra internacional
¡°Se puede vivir sin novela negra, pero se vive peor¡±, dejaba caer Paco Camarasa con ese aire despistado que recordaba al del Teniente Colombo pero con gafas, porque tras ellas tambi¨¦n achinaba los ojos, frunc¨ªa el entrecejo, esbozaba una media sonrisa y zarandeaba el dedo. Barcelona tambi¨¦n vivir¨ªa hoy peor culturalmente si el azar, transmutado aqu¨ª en amor por una catalana, Montse Clav¨¦, no hubiera llevado a ese antiguo estudiante de Econ¨®micas valenciano y cronista deportivo en el combativo rotativo Mundo Obreroa instalarse en la ciudad y haber cometido en 2002 la barbaridad de abrir, con ella, la librer¨ªa Negra y criminal, locura doble: estaba especializada exclusivamente en novela polic¨ªaca y, encima, en pleno barrio de la Barceloneta, entonces lejos de la vor¨¢gine centr¨ªpeta tur¨ªstica. Con ello, sin embargo, acab¨® extendiendo el g¨¦nero por toda la ciudad y hasta en los grandes centros comerciales, lo que, parad¨®jicamente, torpede¨® su propio negocio.
Inquieto siempre, de memoria prodigiosa y quiz¨¢ por ello con gran capacidad para engarzar iniciativas e ideas con nombres que pudieran llevarlas a cabo (un aut¨¦ntico Capit¨¢n Ara?a), apenas tres a?os despu¨¦s de instalarse como librero particip¨® muy activamente, en el marco del germinal Any del Llibre i la Lectura, en el primer Encuentro Europeo de Novela Negra, que convoc¨® ya a 1.100 espectadores. Fue la semilla de la BCNegra, el festival literario de novela policiaca de Barcelona, que comisari¨® durante 12 a?os. No par¨® de hacerlo crecer: de su primera edici¨®n, en unas salas del propio Instituto de Cultura del Ayuntamiento en La Virreina (1.310 personas ese a?o), a acordonar media ciudad y multiplicar por siete la asistencia (9.984 espectadores en 2015, la edici¨®n de m¨¢xima afluencia).
¡°Creo que hemos logrado sacar el g¨¦nero del gueto en el que estaba¡±, dec¨ªa con toda modestia Camarasa, incapaz por naturaleza para la arrogancia, generoso y predispuesto como muy pocos en el siempre calculador gremio libresco. Por gueto entend¨ªa cuatro iniciados que lo defend¨ªan ante la indiferencia de la cr¨ªtica m¨¢s esnob que ignoraba la novela negra por considerarla literatura muy menor; pero tambi¨¦n lo dec¨ªa porque hu¨ªa de la tentaci¨®n de montar todo el festival entre cuatro amigos, con la horchata del supuesto contrario ya pagada: su modelo era a partir de m¨²ltiples y caleidosc¨®picas mesas redondas y debates, siempre conformadas desde la m¨¢s estricta pluralidad socioliteraria, una estructura que coronaba la presencia de un par de autores estelares. El c¨¦nit lo alcanz¨® en 2014, cuando al escenario de una sala Barts que tuvo que dejar mucha gente fuera subi¨® Andrea Camilleri. Excepcionalmente, sali¨® Camarasa ese d¨ªa de las bambalinas. Era causa mayor: Camilleri era su sue?o largos a?os perseguido, ¨¦l hab¨ªa nacido en 1950, el mismo a?o que el detective Salvo Montalbano como recordaba relami¨¦ndose y todo era un homenaje indirecto a su no menos admirado Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n. Del acto queda una instant¨¢nea: Camarasa levantando, junto al comprometido autor siciliano, el pu?o izquierdo, instintivo reflejo de su joven militancia en el Partido Comunista. El compromiso progresista, como se ve¨ªa desde la elecci¨®n de las mesas a sus intervenciones, no lo abandon¨® nunca.
Quiz¨¢ no sea exagerado decir que, juntamente con el padre del detective Carvalho (el primer intelectual que no se avergonz¨® del g¨¦nero), Camarasa es quien m¨¢s ha hecho por la novela negra en Barcelona y Catalu?a y parte de Espa?a y del extranjero. Sin duda, convirti¨® la BCNegra en el mejor evento de su categor¨ªa, al menos de la temporada invernal y del arco Mediterr¨¢neo. Por ello, porque puso su grano de arena para colocar a Barcelona en el mapa literario internacional, tampoco es descabellado apuntar que debi¨® contribuir lo suyo en la decisi¨®n de la Unesco de declarar Barcelona Ciudad Literaria en diciembre de 2015.
Camarasa, que defend¨ªa que ¡°Sherlock Holmes es un valor occidental como Hamlet¡±, dijo que nunca har¨ªa una novela negra ¡°porque no s¨¦ escribir¡±, cosa que desminti¨® con su Sangre en los estantes, su summa sobre el g¨¦nero tras 13 a?os tras el mostrador de su Negra y criminal y sus mejillones con vino blanco sabatinos y con muchas d¨¦cadas m¨¢s de lector voraz. Pero s¨ª hizo de detective, porque eso, argumentaba, es ser librero: averiguar qu¨¦ le pude interesar al lector, que tampoco sabe lo que quiere.
En cualquier caso, difundiendo la novela negra, ayud¨® a hacer de Barcelona una ciudad m¨¢s abierta, mestiza y menos acomodaticia con la injusticia. Am¨¦n de la medalla de Ciudad que se le otorg¨® el pasado 21 de noviembre, la red de bibliotecas de Barcelona deber¨ªa instaurar el d¨ªa del Comisario Paco Camarasa, o algo parecido, quiz¨¢ a partir del libro Cosecha roja de su admirado Dashiell Hammett, a poder ser en la edici¨®n de Alianza que llevaba el pr¨®logo de Luis Cernuda, entonces poeta exiliado, y que Camarasa ley¨® pensando que iba sobre una revuelta de campesinos andaluces. As¨ª debut¨® en el g¨¦nero quien de peque?o era m¨¢s de c¨®mics. Ser¨ªa curioso: Barcelona, antes conocida por el anarquizante mote de La Rosa de Fuego, homenajeando a su primer gran comisario.
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