La fiscal¨ªa pide 16 a?os para la incendiaria que usaba un mechero con el lema ¡°amo Galicia¡±
La Guardia Civil sigui¨® a la sospechosa en su recorrido por montes de su municipio y constat¨® que hac¨ªa sucesivas paradas para dejar entre la vegetaci¨®n velas arom¨¢ticas
No fue la superficie quemada, sino la peculiar t¨¦cnica empleada para perpetrar los incendios forestales, lo que hizo inolvidable en Galicia el caso de Mar¨ªa del Carmen G.G., la vecina del municipio coru?¨¦s de Cerceda que fue detenida con las manos en la masa el 12 de agosto de 2016. Su presunta arma de destrucci¨®n ambiental eran las velas arom¨¢ticas. El gatillo de sus supuestos delitos era una colecci¨®n de mecheros entre los que destacaba uno de color azul con un coraz¨®n rojo y el lema ¡°amo Galicia¡±. Aquellos d¨ªas, con todos los aliados del fuego a su favor (m¨¢s de 30 grados de temperatura, 30% de humedad y rachas de viento de al menos 30 kil¨®metros por hora), las llamas devoraban 9.000 hect¨¢reas en una semana, y Cerceda registraba 15 incendios forestales. Carmen G.G. se convert¨ªa pronto en sospechosa y los investigadores comenzaban a seguirla. El d¨ªa 12, cuando los agentes estaban a punto de descartarla, acordaron hacer un ¨²ltimo seguimiento y la cazaron in fraganti. Jam¨¢s la Guardia Civil hab¨ªa tenido tantas pruebas contra un incendiario. El juicio contra la acusada, que cumpli¨® ya siete meses de prisi¨®n tras su arresto, tendr¨¢ lugar el martes que viene en la Audiencia Provincial de A Coru?a. La fiscal pide una pena de 16 a?os de c¨¢rcel e inhabilitaci¨®n absoluta (o como alternativa, en el mejor de los supuestos penales, solamente seis a?os) por un delito continuado de incendio forestal.
Los agentes que siguieron en coche a la sospechosa, primero solos y luego acompa?ados de una motobomba, comprobaron c¨®mo la mujer de 56 a?os, vecina del lugar de O Pumar, dejaba como de costumbre a su marido en su puesto de trabajo en la gasolinera del pueblo antes de emprender, supuestamente, su empecinada tarea destructiva. A bordo del 'Golf' rojo que sol¨ªa conducir en su recorrido diario de ida y vuelta para llevar a su esposo, aquella ma?ana, seg¨²n la Guardia Civil, fue completando un itinerario sembrado de paradas en las que dej¨® abandonado entre los matorrales un rosario de diminutas velas prendidas.
La acusaci¨®n recuerda que aquel verano, ¡°desde mediados del mes de julio hasta el 12 de agosto de 2016, se detectaron en el t¨¦rmino municipal de Cerceda, en particular en los lugares de Pumar-Silvaoscura, Parada y Portofranco, una serie de incendios (de los cuales al menos 15 fueron parametrizados por la Xunta)¡± y que ¡°afectaban a un radio de tres kil¨®metros¡±. Siempre se declaraban ¡°en las mismas franjas horarias¡±, a ¡°primera hora de la ma?ana o primera de la tarde¡±. Esta circunstancia puso a los agentes sobre la pista de Mari Carmen G.G., porque los fuegos se produc¨ªan en su ruta, camino del puesto de su marido, que en semanas alternas trabajaba en turno de ma?ana o de tarde.
El d¨ªa 12, dej¨® a su esposo a las siete de la ma?ana en el trabajo y, seg¨²n el escrito de acusaci¨®n, "se dirigi¨® a la zona de Portofranco" para plantar "un primer foco de fuego vali¨¦ndose del material que llevaba en el coche, tanto velas, como mecheros, como papel" junto a "una plantaci¨®n de eucaliptos". Sin embargo, "el fuego tuvo escasa propagaci¨®n" porque un vecino avist¨® el humo y "lo apag¨® por sus propios medios". En medio del peque?o foco, el hombre descubri¨® la carcasa de aluminio de una vela arom¨¢tica.
Mientras el vecino apagaba este fuego, seg¨²n el relato de la fiscal "la procesada plant¨® un segundo foco a 140 metros del anterior", m¨¢s cerca de la aldea de Portofranco y a solo 20 metros de la casa del hombre que estaba sofocando el primer fuego. De regreso a su vivienda, apag¨® tambi¨¦n este incendio intencionado, que logr¨® propagarse m¨¢s que el otro pero tampoco prosper¨®.
A bordo del Golf, que el ministerio p¨²blico propone decomisar y entregar al Estado "en cuanto instrumento del delito", la procesada "se desplaz¨® hasta una nave propiedad del Ayuntamiento de Cerceda, rodeada por un bosque de pinos, que se utilizaba para guardar contenedores de residuos, material de limpieza y diversa maquinaria". Pero coincidi¨® que llegaba a su puesto de trabajo un empleado municipal y Mar¨ªa del Carmen G.G. "abandon¨® el lugar, dejando en el pinar contiguo tanto a la nave como a dos viviendas unifamiliares una vela encendida". El empleado descubri¨® la columna de humo y tambi¨¦n ¨¦l apag¨® el fuego. La vela solo estaba a cinco metros de la nave municipal llena de material inflamable.
Por ¨²ltimo, antes de ser arrestada, la mujer sigui¨® su ruta y, seg¨²n la fiscal¨ªa, prendi¨® fuego en seis parcelas con "el mismo procedimiento de las velas para retardar la propagaci¨®n de manera que le diese tiempo a alejarse". En estas fincas "ardieron 4.760,71 metros cuadrados de arbolado, consistente en eucaliptos, pinos, casta?os y robles", adem¨¢s de matorrales. "Este incendio exigi¨® la intervenci¨®n de una brigada del parque de bomberos de Ordes" y la extinci¨®n cost¨® 828 euros. Pero la mujer no parec¨ªa dar tregua, y "plant¨® otros dos focos". Este par de fuegos, a pocos metros de una vivienda unifamiliar habitada, no prosper¨® apenas "debido a la r¨¢pida intervenci¨®n de los agentes que efectuaban el seguimiento".
Muy cerca de esta ¨²ltima parada fue detenida. En los bolsillos llevaba "un mechero, dos velas de peque?o tama?o, papel y pa?uelos". En el registro del coche "se hallaron cinco velas m¨¢s, cinco mecheros, una caja de cerillas y un encendedor de cocina". "El d¨ªa 11 hubo en Cerceda temperaturas m¨¢ximas de 28 grados cent¨ªgrados. El d¨ªa 12, alcanz¨® 33. La humedad en las horas centrales oscil¨® entre el 25% y el 30%. Las rachas de viento alcanzaron los 30 kil¨®metros por hora", recuerda la fiscal Mar¨ªa del Mar Casa?a. "Cerceda ten¨ªa en aquel momento un riesgo de incendios extremo, una circunstancia no solo conocida, sino aprovechada, por la procesada".
Mar¨ªa del Carmen se neg¨® a declarar en el juzgado instructor. A pesar de que esta era la sospecha de la Guardia Civil que investigaba el reguero de fuegos de aquellos d¨ªas de agosto en el municipio, las pesquisas no pudieron probar que fuese esta vecina quien plantase otros fuegos anteriores al d¨ªa de aquel seguimiento. "No se puede acreditar que la procesada plantase los fuegos ocasionados el d¨ªa 10 a las ocho horas en Pumar; a las 11 en el monte anexo a la Avenida de Buenos Aires de Cerceda; a las 7.15 horas del d¨ªa 11 en Pumar; a las 9.40 horas de la misma jornada en Silvaoscura; y a las 16 horas en la aldea de Parada", reconoce la fiscal¨ªa. O Pumar es el lugar donde la acusada tiene su vivienda familiar y donde, seg¨²n otros residentes, mantiene desde hace a?os con otra familia un conflicto vecinal.
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