El otro drama de Peironcely, 10

Peironcely, 10, la ic¨®nica infravivienda que fotografi¨® Robert Capa durante la Guerra Civil y cuya imagen apareci¨® en las portadas de revistas como Life, Regards o Weekly Illustrated en 1936 como s¨ªmbolo de la contienda que desgarraba Espa?a, esconde en 2018 el drama de una pareja y sus hijas de dos, seis y 18 a?os. La familia de David S¨¢nchez y Ljubica Merz¨¢n ser¨¢ desahuciada el pr¨®ximo martes de esta casa baja de 21 metros cuadrados, situada en Puente de Vallecas, porque no puede pagar el alquiler de 350 euros que le reclama el casero. Afirman que abonaron puntualmente la renta durante cinco a?os, pero el a?o pasado el dinero se acab¨®. Ninguna Administraci¨®n les echa una mano: no hay casas disponibles para ellos ni ayudas oficiales. El martes terminar¨¢n en un albergue para indigentes y refugiados.

¡°Hemos tenido que elegir entre comer o pagar el alquiler. Llevamos m¨¢s de un a?o sin ning¨²n tipo de ayuda y estamos en una situaci¨®n l¨ªmite¡±, cuenta S¨¢nchez. Esta familia es una de las 14 que viven en la casa de Vallecas que historiadores, pol¨ªticos y asociaciones de defensa de la Memoria Hist¨®rica quieren mantener como s¨ªmbolo de la contienda. El Ayuntamiento, por ejemplo, ya mostr¨® su intenci¨®n de proteger el inmueble para convertirlo en un museo, lo que supondr¨ªa cambiar el plan general, expropiar el edificio y realojar a sus inquilinos. Mientras, la Comunidad de Madrid ha retirado a los S¨¢nchez la ¨²nica ayuda que ten¨ªan, por ser ¡°incompatible¡± con el paro de 426 euros que cobraba la esposa.

Mar Espinar, concejal socialista, da su visi¨®n. ¡°Estamos de acuerdo en proteger el edificio, pero antes hay que dar una soluci¨®n a los vecinos. Est¨¢n en una situaci¨®n desesperada¡±, se?ala. Espinar denuncia que el Ayuntamiento de Ahora Madrid no hace nada por ayudarlos, a pesar de que cuenta con las herramientas necesarias. Coincide en su an¨¢lisis con Jos¨¦ Mar¨ªa Ur¨ªa, coordinador de la plataforma Salva Peironcely 10, una plataforma que re¨²ne a 22 entidades culturales y pacifistas de Estados Unidos, Francia, Portugal, Alemania y Espa?a y m¨¢s de 30 personajes del mundo de la cultura: ¡°David y Ljubica est¨¢n en una situaci¨®n dram¨¢tica, la familia tiene ning¨²n tipo de ingreso desde hace un a?o. Es una tragedia que se queden en la calle¡±, dice Ur¨ªa.

El problema arranc¨® el verano pasado. ¡°Mi mujer percib¨ªa la Renta M¨ªnima de Inserci¨®n (RMI), de 655,20 euros, y nos concedieron tambi¨¦n el Programa de Activaci¨®n para el Empleo. Hablamos con la asistente social del barrio y nos dijo que no habr¨ªa problema, que ella nos ayudar¨ªa. Pero nos quitaron todas las ayudas y llevamos desde julio sin ning¨²n ingreso¡±, cuenta S¨¢nchez. ¡°Ahora solo podemos malvivir, tenemos muchas necesidades y ning¨²n dinero. Comemos de C¨¢ritas y de lo que nos dan los amigos. La luz y el agua nos las pagan organizaciones sociales¡±, contin¨²a. La pareja ha recibido ya varios avisos de lanzamiento por parte del propietario del inmueble. El desahucio se ejecutar¨¢ el pr¨®ximo martes.

Para evitar este desenlace, la familia se enfrenta a un laberinto burocr¨¢tico. Una portavoz de la Consejer¨ªa de Pol¨ªticas Sociales y Familia, gobernada por el PP, admite que la Comunidad le retir¨® la RMI por ser ¡°incompatible¡± con el paro. ¡°En mayo de 2017 se puso en nuestro conocimiento que Merz¨¢n era beneficiaria de una prestaci¨®n del Servicio P¨²blico de Empleo Estatal, incompatible con RMI, raz¨®n por la que se suspendi¨® cautelarmente la prestaci¨®n¡±. La portavoz a?ade que la familia present¨® una nueva solicitud para cobrar esta ayuda en noviembre del a?o pasado, pero desde entonces se le han enviado dos requerimientos por falta de documentaci¨®n. ¡°Es un absurdo que nos sigan pidiendo m¨¢s papeles. Estamos en una situaci¨®n extrema. Adem¨¢s, cada certificado vale dinero y no tenemos nada¡±, responde S¨¢nchez.

¡°No podemos hacer nada¡±

En la Consejer¨ªa de Vivienda tampoco encuentran soluciones. ¡°Si es el desahucio de un particular, no podemos hacer nada. Es una sentencia en la que no podemos entrar¡±, dice una portavoz, que insta a la familia a presentar una solicitud para optar a una vivienda de emergencia de la Comunidad. ¡°Hay muchas familias con problemas que est¨¢n tambi¨¦n necesitadas. Pueden optar a una de estas viviendas, pero habr¨¢ que valorarlo en funci¨®n de sus necesidades¡±, a?ade.

En el Ayuntamiento tampoco han tenido suerte. Una portavoz del ?rea de Equidad, Derechos Sociales y Empleo se?ala que ¡°el Ayuntamiento no puede hacer nada para paralizar el desahucio¡±. En cualquier caso, se?ala que esta familia no podr¨¢ optar a una vivienda social de la Empresa Municipal de la Vivienda (EMVS), ya que ¡°no cumple dos de los requisitos: estar al corriente de pago de los alquileres y estar en situaci¨®n legal, sin okupaci¨®n¡±. ¡°La concejal, Marta Higueras, se reuni¨® con ellos el a?o pasado y les dijo que, para poder optar a una vivienda municipal, ten¨ªan que formalizar un contrato de alquiler, porque nos constan como okupas. En este tiempo no lo han hecho¡±, apunta la portavoz. Adem¨¢s, a?ade que casi no quedan viviendas sociales, ya que el anterior Ayuntamiento vendi¨® 1.800 casas a un fondo de inversi¨®n y solo quedan por adjudicar unas 160.

Si finalmente se produce el desahucio, el ?rea de Equidad ha ofrecido a esta familia espacio en el Centro de D¨ªa Acogida de Emergencia del Pinar de San Jos¨¦, un albergue que en invierno usan personas sin hogar y que ahora est¨¢ ocupado, en su mayor¨ªa, por refugiados. ¡°He trabajado toda la vida, hasta que lleg¨® la crisis. Porque hayamos pasado una mala racha no creo que tengamos que irnos a un albergue¡±, dice S¨¢nchez. La plataforma ha enviado sendos escritos al propietario del inmueble para que paralice el lanzamiento y Carlos Izquierdo, consejero de Pol¨ªticas Sociales, para que reactiven cuando antes el RMI.

M¨¢s optimista se muestra Francisco P¨¦rez, concejal del distrito de Puente de Vallecas. ¡°Est¨¢ claro que hay una urgencia. As¨ª que vamos a intentar aplazar el desahucio y luego adelantar el posible realojo. Se tratar¨ªa de anticipar un procedimiento de urgencia para una emergencia¡±, se?ala. ¡°Tambi¨¦n queremos hablar con el juzgado¡±. Y si esto no se consigue, ¡°intentaremos ofrecerles una ayuda para que puedan pagar otro alquiler¡±. Mientras tanto, David, Ljubica y sus tres hijas seguir¨¢n esperando una soluci¨®n para no terminar en un albergue para indigentes.