El ¡®Guernica¡¯ bajo tierra

En la estaci¨®n de metro de Atocha luchan San Jorge y el drag¨®n, tal y como Rubens lo imagin¨® en 1608. El temible Enrique VIII de Inglaterra, con la mirada adusta que le otorg¨® Holbein el Joven hacia 1537, observa a los viajeros acelerados desde la quietud del tiempo pret¨¦rito. El drama mudo del Guernica, de Picasso, vuelve a suceder cada vez que llega un nuevo convoy y los ciudadanos salen tratando de no meter el pie ¡°entre coche y and¨¦n¡±.

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Los usuarios del Abono Joven entrar¨¢n gratis al Prado, Reina Sof¨ªa y Thyssen

?C¨®mo ser¨ªa preparar un c¨®ctel con algunas de las mejores obras de los m¨¢s importantes museos de Espa?a? La respuesta podr¨ªa ser Estaci¨®n del Arte, el proyecto que desde ayer ha convertido los t¨²neles del subterr¨¢neo en una especie de museo h¨ªbrido. En la estaci¨®n de Atocha (que no cambiar¨¢ oficialmente de nombre) se re¨²nen 36 reproducciones de obras de la m¨¢s importante constelaci¨®n muse¨ªstica del pa¨ªs: el triunvirato formado por el Prado, el Reina Sof¨ªa y el Thyssen-Bornemisza, que atrae a 7,5 millones de visitantes anuales. Sus directores (Miguel Falomir, Manuel Borja-Villel y Evelio Acevedo, respectivamente) acudieron ayer a la presentaci¨®n bajo tierra. Cada instituci¨®n ha aportado una docena de obras a la receta que, adem¨¢s, se muestran en vinilos de dimensiones algunas veces mayores que el original, lo que permite apreciar el detalle. Ahora solo falta que los viajeros levanten la cabeza del embrujo del smartphone y se abandonen a la belleza.

¡°Hemos elegido algunas obras de la parte m¨¢s reconocible de nuestra colecci¨®n, sobre todo de vanguardia hist¨®rica, muy importante en el Reina Sof¨ªa, con artistas como Juan Gris, Dal¨ª o Picasso¡±, explica Borja-Villel. ¡°Son obras que se identifican inmediatamente con el museo¡±. Entre ellas est¨¢n la Ventana Abierta, de Gris; la Casa de la Palmera, de Mir¨®, o el propio Guernica, que ocupa un lugar prominente en el and¨¦n. ¡°Pero lo que tampoco se puede pretender es que esto sustituya al museo, es solo un indicador¡±, afirma el director. ¡°De igual manera que la reproducci¨®n nunca puede sustituir a la obra original, el discurso del museo tampoco se puede reemplazar¡±.

Cartelas explicativas

Adem¨¢s de este n¨²cleo duro del Reina Sof¨ªa, tambi¨¦n se muestran otras obras, como las fotograf¨ªas Manos enmarcando el puerto de Nueva York, de John Baldessari, o Descuartizar un cuerpo, de Colita. Entre las aportaciones del Thyssen figuran Los descargadores, de Van Gogh; Habitaci¨®n de hotel, de Hopper; Fr?nzi ante una silla tallada, de Kirchner; En la sombrerer¨ªa, de Degas, y Santa Catalina de Alejandr¨ªa, de Caravaggio. El Prado colabora con reproducciones de El Jard¨ªn de las Delicias, de El Bosco; La Rendici¨®n de Breda, de Vel¨¢zquez; Ixi¨®n, de Ribera, y el muy madrile?o motivo de La Pradera de San Isidro, de Goya. Cada cuadro, adem¨¢s, se complementa con una breve cartela explicativa.

Si dentro de los vagones los viajeros pueden leer poemas, dentro de la iniciativa Libros a la calle, ahora y durante los pr¨®ximos dos a?os (prorrogables a otros dos) la estaci¨®n de Atocha (sus andenes, pasillos y vest¨ªbulos) lucir¨¢ de esta guisa, plena de arte en vez de las cada vez m¨¢s habituales promociones cinematogr¨¢ficas, etc¨¦tera. ¡°Hoy la cultura, una vez m¨¢s, gana espacio dentro de ese otro Madrid que recorre las entra?as de la ciudad¡±, asegur¨® ayer en la presentaci¨®n el nuevo presidente de la Comunidad, ?ngel Garrido. De toda la red de metro, que es utilizada a diario por 2,3 millones de personas, ¡°la estaci¨®n de Atocha es la m¨¢s vinculada con el arte¡±, apunt¨®, debido a su cercan¨ªa con los tres grandes museos. ¡°Si era la puerta de acceso al Paseo del Arte, a partir de ahora va a ser la antesala de los tres museos m¨¢s importante de Madrid y, probablemente, del mundo¡±, subray¨® el presidente.