Orfeo seg¨²n Jaroussky
Nuevo triunfo del cantante en el Palau en una emocionante versi¨®n de concierto de 'Orfeo ed Euridice' del compositor alem¨¢n Gluck
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Nuevo triunfo de Philippe Jaroussky en el Palau en una emocionante versi¨®n de concierto de Orfeo ed Euridice, t¨ªtulo que ilustra con esplendor el af¨¢n reformista del compositor alem¨¢n Christoph Willibald Gluck, empe?ado en dotar a la ¨®pera de mayor riqueza dram¨¢tica. Con el rodaje previo del montaje esc¨¦nico de Robert Carsen con el que ha triunfado en el Th¨¦?tre des Champs Elys¨¦es de Par¨ªs, y situada entre las funciones programadas estos d¨ªas en Versalles, la versi¨®n ofrecida el martes en el templo modernista cautiv¨® por la belleza y frescura musical de un magn¨ªfico equipo dirigido por Andrea Marchiol.
Jaroussky siente fascinaci¨®n por el personaje de Orfeo. Y en su m¨¢s reciente trabajo discogr¨¢fico, dirigido por Diego Fasolis y editado por Erato, ha escogido entre las diferentes versiones de Orfeo ed Euridice la que Gluck prepar¨® para la corte del Real Palacio de N¨¢poles en 1774, con p¨¢ginas in¨¦ditas y significativos cambios frente a la mucho m¨¢s conocida versi¨®n estrenada en Viena en 1762. En el Palau ha optado por protagonizar una edici¨®n mixta, con bastantes cortes, en especial las danzas, y una concisi¨®n que ha dejado la obra en apenas 80 minutos, sin pausa.
GLUCK
Gluck. Orfeo ed Euridice. Philippe Jaroussky. Chantal Santon Jeffery. Em?ke Bar¨¢th. Cor de Cambra del Palau de la M¨²sica Catalana. I Barocchisti. Andrea Marchiol, director. Palau. Barcelona.
Aunque empez¨® con cierta dureza, el sonido de la orquesta I Barocchisti fue ganando suavidad y transparencia bajo la escrupulosa direcci¨®n del organista y director italiano Andrea Marchiol. Faltaron mayores dosis de intensidad dram¨¢tica en el plano orquestal, pero, gracias a una sensacional actuaci¨®n del Cor de Cambra del Palau -cantando de memoria, como los solistas, restando as¨ª rigidez al formato concertante-, se disfrutaron los geniales hallazgos de Gluck en las escenas de Orfeo y el coro, servidas con una dicci¨®n, una afinaci¨®n y un sentido dram¨¢tico encomiable.
Jaroussky disfrut¨® esas escenas y en sus grandes arias perfil¨® un Orfeo de aliento heroico, con un fraseo exquisito. Los graves suenan d¨¦biles, pero compensa las carencias con un fino trabajo en la ornamentaci¨®n vocal y el control absoluto del fiato. Tuvo grandes momentos, en especial los d¨²os con la soberbia Euridice de la soprano francesa Chantal Santon Jeffery y, naturalmente, en el siempre conmovedor Che far¨° senza Euridice. La soprano h¨²ngara Em?ke Bar¨¢th complet¨® el tr¨ªo de voces solistas con un Amore de encantadores y cristalinos acentos.
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