El pedigr¨ª de ser un veterano en S¨®nar

Son las dos y media de la madrugada al fondo del S¨®narClub. Bailo junto a un conocido y maduro cirujano pl¨¢stico y skipper que me he encontrado, y que adem¨¢s es mi cu?ado, cuando nos entra una estonia. Nos miramos incr¨¦dulos. Podr¨ªamos ser los padres de cualquiera en cien metros a la redonda y la chica va y nos elige a nosotros. A saber qu¨¦ se habr¨¢ tomado. Es su primer S¨®nar, comenta en ingl¨¦s. Se sorprende cuando le decimos que sumados los nuestros llevamos m¨¢s festivales que El holand¨¦s errante en Bayreuth. El cirujano decide comprarse una camiseta del 25 ? aniversario (del festival, no del suyo, desde luego) y se quita la que lleva para enfund¨¢rsela, quedando con el torso al aire. Ni as¨ª se va la estonia, qu¨¦ t¨ªa. En fin, tambi¨¦n Damon Albarn ha tenido una segunda vida en Gorillaz. Si le explico a la joven b¨¢ltica que almorc¨¨ con ¨¦l, con Damon, en los Prineos cuando Blur toc¨® en el Doctor Music Festival hace la friolera de 22 a?os, le da un soponcio.

Ser un veterano en el S¨®nar te a?ade pedigr¨ª, pero, ciertamente, tambi¨¦n te aleja de la masa cr¨ªtica del festival, que es de una juventud no ya insultante sino blasfema. Siempre puedes moverte en la penumbra, como el monstruo de Frankenstein, pero cuando te iumina un foco est¨¢s perdido. Tambi¨¦n cuando ven tu estilo de Travolta tecno al bailar en el set de Modeselektor o de Benjamin Damage, que te deja eso, damaged. Y el caso es que t¨² te encuentras tan integrado y tan ricamente. Es verdad que, como la estonia, hay mucha gente en el S¨®nar que ha perdido el sentido de la realidad. Tambi¨¦n hay los que han perdido el sentido a secas. Como dec¨ªa ese fino ojo de halc¨®n que es Luis Hidalgo, es dif¨ªcil decir qu¨¦ toman. Anoche v¨ª a un tipo inyectar una jeringa con aguja en un botell¨ªn de agua, y a una conocida dise?adora de moda que adem¨¢s es mi hermana le ofrecieron pastillas. ¡°?Pastillas?, ?pastillas de qu¨¦?¡±, respondi¨® para estupefacci¨®n del oferente.

Mucho m¨¢s tarde, me encuentro a Sergio Caballero en S¨®narPub. Observo que no lleva su c¨¦lebre toalla y se lo digo. Pone cara de pillado en falta. Le cuesta menos explicar el l¨ªo en el S¨®narDia con Rosal¨ªa: guiris que se meten de cabeza en todo y luego enseguida se salen. Como no tengo ya la mente muy fina se me olvida preguntarle por el gran tema: ?c¨®mo es que este a?o no hay mochila del S¨®nar? Tambi¨¦n aparece Borja Sitj¨¤, otro habitual y veterano. Me explica no s¨¦ porqu¨¦ la ocasi¨®n en que jugando a golf en Florida casi le atacan tres caimanes. Observo con satisfacci¨®n que aunque tiene mi edad, parece mayor.