Pasando p¨¢ginas
Hoy hace un mes ni el mismo Pedro S¨¢nchez se hubiera cre¨ªdo al profeta que le advirtiera de su entrada en la Moncloa como presidente
Quienes repiten que en Espa?a nunca pasa nada andan superados. No ha transcurrido ni siquiera un mes desde la ca¨ªda del gobierno Rajoy y ya todo parece de lo m¨¢s normal. Incluso ¨¦l ha buscado en el ba¨²l de los recuerdos su normalidad profesional recuperando su plaza de registrador de la propiedad. Atr¨¢s han quedado su dilatada carrera pol¨ªtica repleta de cargos, su acta de diputado y un partido inmerso en un proceso de primarias in¨¦dito en la derecha espa?ola. En su intimidad y en homenaje a Mar¨ªa Dolores Pradera podr¨ªa entonar ¡°que gano en decir que un hombre cambi¨® mi suerte, se burlaran de m¨ª. Que nadie sepa mi sufrir¡±.
Es como si estos escasos treinta d¨ªas hayan dejado s¨®lo un vago impacto de aquella sacudida pol¨ªtica que dio un respiro, insufl¨® nuevos ¨¢nimos y marc¨® un imprescindible momento de descompresi¨®n. Ser¨¢ por las ganas de verano que ayudan a relativizar, ser¨¢ por la capacidad de asimilaci¨®n por acumulaci¨®n de sorpresas e indignaciones, ser¨¢ por la facilidad con la que se nos escapa el tiempo vivido con intensidad y narrado con impaciencia. Ser¨¢. Pero han pasado demasiadas y muy destacables cosas como para reducir su memoria a mera an¨¦cdota y permitir que la importancia de los hechos de hoy se desvanezca ante los de ma?ana por muy ligeros que sean los unos comparados con los otros. Indistintamente.
Hoy hace un mes, Espa?a ten¨ªa un gobierno del PP que se las promet¨ªa muy felices por la aprobaci¨®n de los presupuestos generales del Estado gracias al voto favorable del PNV. Tanto para el gobierno como para su partido, o al rev¨¦s, el resto eran minucias y las cr¨ªticas envidia. Catalu?a ten¨ªa un nuevo president pero sin gobierno como si el levantamiento del 155 no acuciara.
Hoy hace un mes ni el mismo Pedro S¨¢nchez se hubiera cre¨ªdo al profeta que le advirtiera de su entrada en la Moncloa como presidente. Le hubiera visto quiz¨¢s como un id¨®latra, quiz¨¢s como un so?ador, quiz¨¢s como el fan¨¢tico que confund¨ªa los deseos con la realidad. Y no porque el secretario general del PSOE no lo anhelase. Ya lo pronosticaba cuando lleg¨® al cargo por primera vez pensando que todo el monte era or¨¦gano. ¡°Yo ser¨¦ presidente del gobierno¡±, advert¨ªa entonces ante sus incr¨¦dulos oyentes en un despacho presidido por un ficus s¨ªmbolo de la soledad y sin un libro en los estantes, se?al de su precariedad. Luego vendr¨ªan las espinas clavadas por las rosas rojas de los enemigos aut¨¦nticos, como describi¨® Churchill a los compa?eros de partido. La traves¨ªa del desierto le sirvi¨® para comprender y enmendar. Dud¨® de sus propias palabras advirtiendo de su regreso pero se impuso a su l¨®gica melancol¨ªa y resucit¨® al tercer d¨ªa. Volvi¨® a ganar m¨¢s por coraje que por convicci¨®n y se desdibuj¨® en la oposici¨®n que es aquel lugar que desgasta m¨¢s que el gobierno, evocando de nuevo a Churchill.
Catalu?a y el 155 que no supo reprimir le sumieron en una obligaci¨®n constitucional a la que esperaba no tener que recurrir pero los d¨ªas aciagos que promov¨ªan el independentismo por un lado y el gobierno popular con la presi¨®n electoral de Ciudadanos aupados por las trincheras socialistas del sur no le dejaron mayor opci¨®n. Y ah¨ª est¨¢ hoy, sentado al lado de Angela Merkel en las reuniones europeas, en la escalinata del El¨ªseo abrazando al Emmanuel Macron que flirtea con Albert Rivera sin saberse a¨²n si lo hace a trav¨¦s de Manuel Valls. O recibiendo a ??igo Urkullu en la Moncloa como primer s¨ªmbolo de la Espa?a plurinacional tanto para agradecerle su apoyo en la investidura tras cambiar de pareja de baile y llev¨¢ndose un buen pellizco presupuestario como para dejarle claro al independentismo catal¨¢n que puede hacerse pol¨ªtica sin desmelenarse.
Apenas ha pasado un mes de todo esto y mucho m¨¢s. Porque todo lo narrado anteriormente ha sido fruto de una sentencia judicial, G¨¹rtel, sobre la que Jos¨¦ Ricardo de Prada, uno de los magistrados que la dict¨®, ha reconocido que en tres a?os ha recibido m¨¢s ataques como juez desde la pol¨ªtica que en los casi treinta que lleva de titular en la Audiencia Nacional. Pero la suerte est¨¢ echada, como la de I?aki Urdangarin, hoy en prisi¨®n a pesar de sus pesados v¨ªnculos familiares. Al rev¨¦s que en el caso de La Manada hoy excarcelados para oprobio de una sociedad tan asqueada como indignada. Sorprendente fue el fichaje del entrenador de la selecci¨®n espa?ola a las puertas del Mundial de Rusia por parte del Real Madrid. De eso se habl¨® casi tanto como de todo lo dem¨¢s durante las ¨²ltimas tres semanas. Mientras, la opini¨®n p¨²blica reorientaba sus par¨¢metros de entonces porque entiende que al ser el tiempo limitado no puede malgastarlo viviendo la vida de otro. Lo dijo Steve Jobs.
Josep Cun¨ª es periodista.
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