Mar¨ªa Victoria cumpli¨® la promesa al abuelo

El campo siempre corri¨® por las venas de Mar¨ªa Victoria Serrano. De peque?a, mientras sus amigas jugaban en la plaza de?San Mart¨ªn de Valdeiglesias, (8.000 habitantes, al oeste de la regi¨®n), ella acompa?aba a su abuelo por los vi?edos. Se march¨® a Madrid con apenas 20 a?os buscando un futuro. Poco despu¨¦s, la empresa para la que trabajaba quebr¨® y comenz¨® un peregrinaje: Bruselas, Mil¨¢n y Barcelona. Un d¨ªa, su abuelo le record¨®, apenado, que sus vi?as morir¨ªan con ¨¦l. Y Serrano, conmovida, se comprometi¨® a recuperarlas. Acaba de recibir un premio de la?Fundaci¨®n Estudios Rurales por conseguirlo.

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Despu¨¦s de nueve a?os de idas y venidas, Serrano, que acaba de cumplir 45, tom¨® el a?o pasado la decisi¨®n de instalarse definitivamente en el pueblo que la vio nacer. ¡°El campo est¨¢ cargado de futuro, solo necesita ser competitivo, pero es necesario formarse¡±, se?ala. Ella lo hizo durante a?os. ¡°Comprend¨ª que si hac¨ªamos lo mismo que nuestros abuelos terminar¨ªamos abandon¨¢ndolo igual¡±. Regresar a sus or¨ªgenes supone una oportunidad laboral, pero tambi¨¦n criar a sus dos hijas en un entorno saludable. Sin embargo, dejar la ciudad no fue sencillo: ¡°Hace muchos a?os que me fui y cre¨ªa que las cosas hab¨ªan evolucionado. Me di cuenta de que estaba a¨²n peor de lo que las hab¨ªa dejado¡±.

Los viticultores madrile?os envejec¨ªan, abandonaban sus cepas y nadie les relevaba porque ya no eran rentables. Las palabras de su abuelo martilleaban su conciencia. ¡°Se hab¨ªa convertido en un monotema, as¨ª que el d¨ªa de mi boda, en julio de 2003, le dije que me ocupar¨ªa de sus vi?as cuando ¨¦l faltara¡±. Su abuelo muri¨® tres a?os m¨¢s tarde, as¨ª que durante un tiempo se ocup¨® del vi?edo desde Barcelona. Las siete hect¨¢reas que recibi¨® se han convertido ahora en 22 gracias a la confianza que han depositado en ella los agricultores de la zona que iban dejando el negocio y a los que Serrano arrienda sus tierras.

La primera vendimia fue en junio del a?o pasado y este verano espera alcanzar una producci¨®n de 20.000 botellas de vino. Ha fundado una bodega, Vi?adores de Valdeiglesias, y elabora su propio blanco y tinto con uvas garnacha y albillo real, una variedad aut¨®ctona que lleg¨® a perderse. ¡°Cuando llegamos no hab¨ªa d¨®nde llevar la uva para pisarla. No hab¨ªa estructura ni gente que comprara el producto. Ahora disponemos de nuestros propios medios, pero es necesario crear cooperativas¡±, explica Serrano.

En junio, la Fundaci¨®n Estudios Rurales, vinculada a la?Uni¨®n de Peque?os Agricultores y Ganaderos (UPA), reconoci¨® su labor otorg¨¢ndole el Premio Orgullo Rural 2018. ¡°El objetivo es que nuestra gente se sienta importante con lo que hace. Se pone de relevancia a aquellas personas que transmiten valores rurales. Vivir en un pueblo implica mucha solidaridad¡±, se?ala Montserrat Corti?as, vicesecretaria nacional de UPA. Serrano, en cambio, no cree merecer la distinci¨®n. ¡°Hay miles de historias como la m¨ªa. Se lo dedico a todos los que han aportado un granito de arena en esta gran monta?a que es la industria alimentaria¡±.

Aquella ni?a que paseaba junto a su abuelo por los vi?edos no solo ha logrado salvar sus cepas, tambi¨¦n ha aumentado la explotaci¨®n agraria gracias a un huerto que naci¨® para satisfacer el consumo propio. ¡°Cuando volvimos al pueblo no hab¨ªa tomates con sabor a tomate, as¨ª que comenzamos a recuperar variedades aut¨®ctonas con el Instituto Madrile?o de Investigaci¨®n y Desarrollo Rural¡±, cuenta. Apostaron entonces por la patata y en abril consiguieron la primera (y ¨²nica) certificaci¨®n ecol¨®gica de este producto en la regi¨®n. Este a?o espera recolectar m¨¢s de 15.000 kilos.??