De coche de delincuente a patrulla de la Guardia Civil
Un juez de Madrid decomisa un turismo a un infractor habitual y lo entrega por primera vez en la regi¨®n al instituto armado para que lo utilice en sus servicios
El titular del Juzgado de lo Penal n¨²mero 7 de Madrid ha dictado una sentencia pionera en la regi¨®n. El magistrado ha decomisado un turismo ranchera a un vecino de la capital, habitual en la comisi¨®n de delitos contra la seguridad vial, y lo ha entregado a la Comandancia de la Guardia Civil para que lo utilice en sus servicios habituales. Hasta ahora, lo frecuente era que el veh¨ªculo entrara en un dep¨®sito judicial y se subastara con el tiempo, muchas veces como chatarra.
La carrera judicial de J. P. T., un vecino del distrito madrile?o de Latina de 35 a?os, comenz¨® en 2009, seg¨²n datos facilitados por la Guardia Civil. En junio de ese a?o, un juzgado de Madrid ya le precint¨® un Alfa Romeo. Despu¨¦s, ha ido sumando decomisos de distintos veh¨ªculos. Algunos eran modelos de lujo, como un BMW 523, pero otros eran m¨¢s baratos, como un Opel Corsa, un Ford Mondeo e incluso una moto Piaggio.
El historial de denuncias de este madrile?o tambi¨¦n es largo. En su expediente le figuran ocho infracciones a las normas de circulaci¨®n, algunas de ellas graves o muy graves, como circular bajo los efectos del alcohol. A la Guardia Civil le constan seis detenciones por hechos muy diferentes, como conducir pese a haber perdido los puntos o estar privado del permiso oficial. Pero a ellos tambi¨¦n se unen falsedad documental, estafa bancaria, falsificaci¨®n de las placas de matr¨ªcula de un veh¨ªculo y usurpaci¨®n del estado civil. Este ¨²ltimo lo cometi¨® al presentar un carn¨¦ de conducir de otra persona cuando fue parado por los agentes de Tr¨¢fico, seg¨²n fuentes del instituto armado.
Las circunstancias cambiaron hace unos meses, cuando el titular del Juzgado de lo Penal n¨²mero 25 conden¨® a J. P. T. a la retirada del carn¨¦ de conducir y al pago de una multa tras cometer un delito contra la seguridad vial. Cuando la sentencia pas¨® a la secci¨®n de Ejecutorias del Juzgado n¨²mero 7, se encontraron con que este delincuente hab¨ªa pagado la cuant¨ªa de la multa y que no hab¨ªa ninguna indemnizaci¨®n pendiente a posibles v¨ªctimas ni el pago de responsabilidad civil directa o subsidiaria. Por tanto, al haber satisfecho todas sus deudas, quedaba pendiente el decomiso del veh¨ªculo, seg¨²n recuerdan fuentes judiciales. Este fue considerado en el fallo como el medio para cometer el delito, por lo que el penado deb¨ªa ser privado de ¨¦l.
El Juzgado n¨²mero 7 entendi¨® que se deb¨ªa aplicar entonces el p¨¢rrafo tercero del art¨ªculo 127.8 del C¨®digo Penal. Este recoge, tras la reforma de 2015, que ¡°los bienes, instrumentos o ganancias¡± decomisados por un delito y tras el pago a las v¨ªctimas deben ser entregados al Estado. Dada la novedad de ese art¨ªculo, en la regi¨®n no se hab¨ªa producido nunca entrega alguna de ese tipo a la Guardia Civil.
La providencia de decomiso permite al instituto armado destinar el Renault Laguna con matr¨ªcula GDG, con nueve a?os de antig¨¹edad, a la funci¨®n que m¨¢s le convenga. Tambi¨¦n la autoriza a destruirlo o venderlo como chatarra en caso de no ser apto para la circulaci¨®n. ¡°Para nosotros es una sentencia muy importante y esperamos que cunda el ejemplo, porque estos veh¨ªculos al final eran subastados como chatarra tras pasar a?os en dep¨®sitos judiciales¡±, reconoce un alto mando de la Comandancia de Madrid. Su destino ya est¨¢ fijado: ser¨¢ un coche de apoyo y log¨ªstica para un servicio especializado de la Guardia Civil, dado que se trata de una ranchera y tiene un maletero de gran capacidad. ¡°Tambi¨¦n sirve de aviso para personas como el condenado, que hace gala de una conducta antisocial reiterada cuando se pone a manos de un volante. Es una medida ejecutiva y ejemplarizante que esperemos que sea habitual entre los jueces de la regi¨®n¡±, a?ade.
Oculto en un pueblo de Toledo
El condenado, J. P. T., se hab¨ªa ocultado en un pueblo de Toledo para evitar ser localizado, seg¨²n fuentes de la Guardia Civil. Sin embargo, ese intento no le ha evitado que su Renault Laguna est¨¦ ya en manos del instituto armado. Los agentes ya lo han rematriculado y le han puesto unas placas reservadas -no consta su titular, en caso de ser consultado el archivo de la DGT-, pertenecientes al parque m¨®vil de la Guardia Civil. Eso s¨ª, no lleva las siglas PGC, como las de los coches patrulla. Al tratarse de un coche camuflado, le han asignado una numeraci¨®n normal, como la de cualquier particular.
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