La ¡®boutique¡¯ de la moda ¨¦lfica
La empresa Eviltaylors, que acaba de abrir tienda en Madrid, produce y distribuye ropa medieval
Con un pr¨¢ctico portap¨®cimas colgado del cintur¨®n uno puede verter disimuladamente el veneno en la copa de hidromiel de su adversario. Nadie le culpar¨¢ de lo que pase despu¨¦s. Nunca est¨¢ de m¨¢s portar un pesado yelmo para evitar ataques por sorpresa. O un mandoble al cinto para imponer su ley a manos llenas. O unos grilletes, ¨²tiles en tantas ocasiones cotidianas. Todos estos accesorios, adem¨¢s de todo tipo de ropa medieval o de fantas¨ªa, es producida o distribuida por la empresa Eviltaylors, radicada en Alcoy, que ha abierto este a?o su primera franquicia en Madrid (Moratines, 16). ¡°En Alcoy tenemos la tradici¨®n de la fiesta de Moros y Cristianos, de corte medieval¡±, explica Pau Romero, director de operaciones que, adem¨¢s, conoci¨® el negocio de las franquicias trabajando en una multinacional de las hamburguesas. As¨ª comenz¨® Eviltaylors, medieval pero con un toque canalla, con su logotipo de Clark Gable con cuernos y su nombre (Sastres malvados, en espa?ol) alejado de los nombres medievales.
LARP (Live action role playing) son las siglas en ingl¨¦s de los juegos de rol en vivo y la principal fuente de clientes de esta empresa. ¡°En los noventa el rol cogi¨® muy mala fama, pero nada m¨¢s lejos de la realidad. Se trata de una especie de teatro improvisado donde la gente se re¨²ne en espacios boscosos para desarrollar historias que dependen de sus propias acciones¡±, dice Romero. En estas historias hay porqueros o caballeros, buhoneros o elfos, hombres-p¨¢jaro o medio-dragones, mendigos u orcos. ¡°Lo bonito del LARP es que ni siquiera es muy competitivo, se trata de pasarlo bien viviendo las historias en tu propia piel¡±, a?ade.
En la franquicia madrile?a, que regenta Blas Jes¨²s Moreno Cid, encontramos jubones (un chaleco medieval), cotas de malla (pesan hasta 15 kilos), brigantinas (armaduras de placas de cuero de remaches) o gambesones, prendas acolchadas que se colocan debajo de la coraza. Los materiales son de calidad: lino, algod¨®n, cuero o lana, muy distintos de los disfraces medievales plasticosos que se venden para Carnaval; estas prendas tienen que sobrevivir muchas aventuras. Adem¨¢s de la producci¨®n de tiradas limitadas, importan marcas de Alemania, Canad¨¢ o Dinamarca.
Las armas, de todo tipo: espadas, mazas, escudos, arcos¡ eso s¨ª, de l¨¢tex, para no hacerse da?o. Se ofrece, por ejemplo, una r¨¦plica de Garra, la espada de Jon Nieve en la serie Juego de Tronos. Y corazas y cascos de metal. Orejas de elfo, m¨¢scaras de vampiro, hechizos de mago. Aparece por la tienda un cliente de pelo largo, Salva S¨¢nchez (21 a?os), que porta una espada larga: ¡°Vengo porque aqu¨ª puede probar los productos directamente y lo prefiero a la compra por Internet. Asisto a eventos donde 200 ¨® 300 personas pasamos un fin de semana jugando. Se trata de meterse completamente en el personaje, como si fueras un actor¡±. Al DrachenFest, en Alemania, pueden asistir hasta 6.000 personas. La horquilla de edad est¨¢ entre los 15 y 50 a?os y el ratio hombres y mujeres ronda el 50%. ¡°Yo conoc¨ª a mi mujer as¨ª¡±, dice Moreno.
Los precios de los trajes no suelen pasar de los 200 euros. ¡°Por 150 euros te puedes montar un traje normalito¡±, explica Moreno. Luis Manuel Prades, de 30 a?os, otro cliente, dice poseer un equipo de unos 2.000 euros, reunido durante 12 a?os. ¡°La afici¨®n me viene de familia: a mis padres ya les gustaban cosas poco habituales, mi hermano jugaba al rol, y as¨ª acab¨¦ metido en esto hasta el fondo¡±, recuerda. Moreno y Prades se conocieron hace ocho a?os, siendo uno un elfo y el otro un humano.
Este negocio tiene otros clientes: los mercadillos medievales que proliferan por los pueblos, los recreacionistas que ponen en pie las batallas que cuentan los libros de Historia o los miembros de tribus urbanas que encuentran aqu¨ª prendas que encajan con su est¨¦tica: heavys, g¨®ticos, moteros... Sin olvidar las bodas medievales que conocen cierto auge. ¡°Mucha gente se est¨¢ casando recreando a las familias de Juego de Tronos: los Stark, los Lannister o los Tully¡±, dice Pau Romero, ¡°casarse de frac est¨¢ bien, pero tambi¨¦n mola casarse con armadura, ?no?¡±.
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